RIVERA

Un auto de la Policía recorría un barrio de Rivera. Habían pasado apenas unas horas desde que la ciudad se había envuelto en la oscuridad de la noche. Era el pasado viernes 24 de julio y los efectivos se sorprendieron cuando una mujer los interceptó y comenzó hacerles señas. Les quería decir algo. Había llamado hacía pocos minutos al 911 para pedir ayuda, pero no espero a que llegaran. Cuando vio a los policías en el auto decidió frenarlos y contarles.

La mujer les narró que su hijo de 11 años le acababa de contar que la pareja de la mujer que cuidaba a sus hijos cuando ella iba a trabajar, un hombre de 38 años, había abusado físicamente, psicológicamente y verbalmente de él.

La Policía activó rápido los protocolos para este tipo de denuncias. Así, madre e hijo fueron trasladados a la comisaría especializada en violencia doméstica y de género.

El caso cayó en manos de la fiscal Alejandra Domínguez y rápidamente se comenzó a investigar. El niño, según indicaron fuentes del caso a El País, contó los abuso que habían sido perpetrados por el hombre y también manifestó que cuando “él no hacía lo que le pedía, le pegaba”.

Pero cuando la Policía dio con el nombre y apellido del abusador, el caso dio un giro. El hombre se encontraba internado en un hospital de la ciudad porque había sido baleado en el día posterior a la denuncia.

La herida la había recibido en el marco de una ola de disparos que habían lanzado hacia una propiedad de un amigo de él. Además, cuando la Policía ingresó el nombre del denunciado en su sistema interno se encontró con que esa persona se había fugado el 13 de marzo de 2020 de una cárcel de Santana do Livramento (Brasil). Allí, explicaron fuentes de la investigación, estaba cumpliendo una condena por haber cometido “crímenes sexuales”.

Pero su historial delictivo no terminaba ahí. Además, esta persona estaba siendo investigada por otro caso de abuso sexual en Uruguay y a la vez estaba requerido por personal de la Brigada de Droga de Rivera en el marco de una investigación vinculada con la comercialización de estupefacientes.

Una vez que el hombre fue dado de alta en el hospital fue conducido a declarar ante la fiscal Domínguez. Ayer la Justicia, a pedido de la fiscal, formalizó la investigación penal contra él por ser el presunto autor del delito de abuso sexual agravado contra el niño de 11 años.

Mientras se espera la instancia del juicio oral, donde se conocerá la condena, el hombre fue enviado a prisión preventiva. La misma vencerá el 24 de noviembre de este año.