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Disparos dentro de un juzgado en Rivera tras un intento de fuga de película

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Funcionarios policiales salen del juzgado en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto (Archivo)

IMPUTADO POR VIOLENCIA

Cuando supo que iría a prisión, golpeó a un policía y comenzó a correr. Logró salir del juzgado y cuando intentó cruzar una avenida fue embestido por un auto.

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El juez Gaspar Ardao ya había tomado la decisión y así se lo hizo saber sobre el final de la audiencia al hombre que estaba detenido. Esta persona, de 39 años, había quedado a disposición de la Justicia el pasado sábado en Rivera tras haber sido denunciado por su pareja. La decisión del juez fue imputarlo por ser el presunto autor de un delito de violencia de género en reiteración real con lesiones personales. A raíz de esto iba a ser trasladado a la cárcel Carancho (Rivera) por un lapso 90 días mientras la fiscal del caso, Stella Alciaturi, reunía todos los elementos de prueba para llevarlo a un juicio oral.

Cuando se da una formalización de la investigación penal y se decreta la medida cautelar de prisión preventiva, se esposa al imputado y luego se lo traslada hacia un centro penitenciario. Eso era lo que iba a suceder este sábado en el Juzgado de Rivera. El hombre salió de la sala del juzgado hacia la zona de los celdarios de la misma sede judicial escoltado por un policía. El efectivo llamó al chofer del auto en el que se iba a hacer el traslado y le pidió que fuera hasta la puerta del juzgado, ya que había estacionado a unos 30 metros del lugar. El policía le pidió al imputado que pusiera sus manos en la espalda.

Había llegado el momento de colocarle las esposas, llevarlo hacia el auto y luego a la cárcel. Pero en un instante todo cambió. El detenido golpeó en la cara al policía con su codo y comenzó a correr dentro de esa zona del juzgado. El policía, que cayó producto del golpe, se levantó y comenzó a seguirlo. Para intimidarlo disparó dos veces hacia el suelo, pero el hombre siguió huyendo.

El imputado logró salir del juzgado, siempre con el policía persiguiéndolo de cerca. Se llevó puesto a un hombre al cruzar la calle, y luego cuando intentó cruzar una avenida fue embestido por un auto. En ese momento el policía lo alcanzó, pero el detenido siguió golpeando al uniformado. Ambos cayeron al suelo y finalmente el policía, con la ayuda de alguien que pasó por el lugar, logró reducirlo. En ese momento había gran presencia policial en la zona porque alguien del juzgado había llamado a la Policía tras escuchar disparos dentro de la sede. Finalmente, el hombre fue conducido a la cárcel.

La denuncia.

Horas antes, un patrullero con dos efectivos policiales recorría las calles de la ciudad de Rivera cuando recibieron el llamado desde el Centro de Comando Unificado (CCU). Desde allí se les informó que, a raíz de “un problema familiar”, tenían que ir hacia una casa ubicada en el barrio Mandubi, al sur de la ciudad. Cuando llegaron se encontraron con una mujer “asustada” que les dijo que su pareja le había pegado. La mujer no solo denunció esa agresión sino que les explicó a los uniformados que desde que ella tenía 13 años -ahora tiene 30- sufría abusos sexuales por parte de esta persona. Producto de estos abusos, dijo, nació una niña que hoy tiene 13 años.

La víctima agregó además que sospecha que el hombre también podría haber abusado de la pequeña, ya que ella ha notado cambios de “carácter” en la niña. La fiscal Stella Alciaturi pidió que se activara rápidamente el protocolo establecido. La niña, que estaba en la casa de su abuela, fue derivada a un hospital para ser atendida y realizarse exámenes. También fue internada la mujer a raíz de la denuncia de agresión.

La representante del Ministerio Público dio por enterado de lo sucedido a un juez de Familia. Lo primero que el magistrado dispuso fue retirar al hombre del lugar, prohibirle el acercamiento a las víctimas en un radio de 1.000 metros por 180 días y dejarlo requerido en caso de no ser hallado en la vivienda.

Cuando la Policía fue a buscar al agresor, ya se había ido. Pero más tarde, al saberse buscado, decidió entregarse. Allí, según indicaron fuentes policiales a El País, dio su versión de los hechos. Dijo que había tomado alcohol y discutido con la víctima. Relató que en un momento la empujó y “ella cayó y se golpeó la cabeza”. Como la escena lo asustó, decidió irse de la casa. Al enterarse que lo buscaban se entregó.

Finalmente, luego de conocer la decisión de la Justicia, se rebeló, golpeó al policía y protagonizó una escena de película. Ahora la Fiscalía podrá ampliar la formalización de la investigación penal en su contra también por haber huido y agredido al policía. Su condena se conocerá luego de un juicio oral.

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