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120 días de prisión preventiva para tres personas por torturas durante la dictadura

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El centro clandestino de detención  “Los Vagones”  funcionó dentro del Parque Artigas. Foto: Google Maps

CENTRO DE RECLUSIÓN EN CANELONES

Se trata de dos retirados policiales de 79 y 69 años y de otro hombre de 73 años. El centro donde ocurrieron los crímenes de lesa humanidad era conocido como "Los Vagones".

El fiscal letrado especializado en crímenes de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, solicitó la formalización de tres personas acusadas de aplicar torturas en un centro de detención que funcionó en Canelones durante los años de la dictadura, conocido como “Los Vagones”. Se trata de dos retirados policiales de 79 y 69 años (el primero vive en Santa Lucía y el segundo en la ciudad de Canelones) y de otro hombre de 73 años que reside en San Ramón. Para todos, como medida cautelar, se solicitó 120 días de prisión preventiva.

Todo comenzó hace tres años cuando la Secretaría de Derechos Humanos de la Intendencia de Canelones tomó conocimiento de la existencia de este lugar de secuestro y tortura, e hizo una primera denuncia. Por su parte, la asociación civil Identidad, Derechos Humanos y Memoria Canaria (Agora) y otros actores del departamento recabaron una serie de testimonios de víctimas “de tratos crueles, inhumanos y degradantes en el centro clandestino Los Vagones”. La finalidad de recoger esos testimonios era que el lugar fuera declarado un sitio de memoria, además de conformar un archivo de acceso público.

Todo ese material se puso en manos de la Fiscalía, la que dio inicio a una investigación e interrogó en forma individual a más de una decena de víctimas.

Estas personas coincidieron en sus relatos en cuanto a que fueron ilegítimamente privadas de su libertad entre los años 1975 y 1976, en los centros clandestinos denominados “Los Vagones”, ubicados en una primera instancia en el Parque Artigas -donde funcionaba la Escuela de Policía y la fuerza de choque de la Policía en la calle Rodó- y luego trasladados a un sitio más apartado y periférico del mismo parque, en la Ruta 5 (barrio Olímpicos).

En ese lugar, permanecieron algunos durante varios días y otros durante meses. “Allí fueron sometidos a apremios físicos y tratos crueles e inhumanos que consistieron en: cubrirles la cabeza con capuchas para impedirles la visión, colgamientos de los brazos y plantones durante varias horas hasta perder la conciencia, golpizas en todo el cuerpo, el denominado ‘tacho’ que consistía en sumergirle la cabeza al detenido en un tacho con agua, el ‘caballete’, e incluso algún episodio de simulacro de ejecución”, sostiene la solicitud de formalización de la Fiscalía.

Resultado de la tortura.

Utilizando los apremios físicos, las personas eran interrogadas para que confesaran su pertenencia a las organizaciones prohibidas por la dictadura, así como para que delataran a otros compañeros. Por ello, se labraron diversas actas por parte de los oficiales interrogadores, las que eran elevadas al juez sumariante, quien a su vez trasladaba los antecedentes al juez militar de instrucción.

Tras la admisión de los hechos las víctimas eran puestas a disposición de la “Justicia Militar” conformada por un magistrado castrense que con esos elementos ordenaba la confinación por largos períodos en diversos centros de detención, como el Penal de Punta Carretas y el Establecimiento Militar de Reclusión N° 1 (Penal de Libertad) para los hombres y el Establecimiento Militar de Reclusión N° 2 (cárcel de Punta de Rieles) para las mujeres.

Las víctimas, tras describir los tormentos a los que fueron sometidas, relataron que pudieron identificar a algunos de los represores que pertenecían a la Dirección de Investigaciones de Canelones, entre ellos a los tres enjuiciados.

Expresaron, a su vez, que muchos vecinos del departamento de Canelones fueron detenidos durante las fechas mencionadas, aproximadamente unas 70 personas.

Cuando eran muchos los detenidos y como la capacidad locativa de “Los Vagones” era reducida, se utilizaba para recluirlos el edificio que en una época ocupó el cine Lumière.

Capuchas, submarinos, “plantones” y golpes

Una de las víctimas que dio testimonio a la Fiscalía, de iniciales HM (hoy de 69 años) declaró que estuvo detenido desde el 25 de abril de 1975 hasta junio del mismo año. Relató que antes de entrar a “Los Vagones” le colocaron una camisa en la cabeza y le ataron las manos con alambres. Lo pusieron “de plantón” (parado por tiempo indeterminado) y comenzaron a interrogarlo. Al mismo tiempo le propinaron “grandes golpizas”. Llegó a estar seis días en esa situación al extremo de alucinar y ver personas que no estaban en el lugar, como su madre y su hermana.

Otro de los detenidos, de iniciales FP, declaró que reconoció a uno de los policías que intervino en su detención, a quien conocía porque habían sido compañeros de escuela. En el lugar le hicieron permanecer con capucha, comer excremento y fue sometido a golpes de todo tipo. Esta misma persona dijo que luego fue al penal de Punta Carretas y que cuando lo regresaron a “Los Vagones” la tortura fue “más dura”, porque los represores utilizaron “colgamientos y submarinos”.

Otra de las personas detenidas, HLR, hoy de 64 años, declaró que la capucha se la sacaban cuando dejaban de torturarlo y que los apremios al principio eran “rústicos” y después se perfeccionaron. No lo dejaban gritar cuando lo torturaban para que no se escuchara desde la calle.

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