SIN RESOLVER
“El asesino está entre nosotros”, dice el padre de Luciana.
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Ricardo Bentancur recorre todos los días las dos cuadras de pedregullo que separan su casa de la de su hija muerta. “Es difícil, pero vamos a seguir pidiendo justicia y movilizándonos”, dice a El País el padre de Luciana Bentancur, la odontóloga de pueblo Castellanos (Canalones) que fue asesinada de 49 puñaladas en su consultorio hace más de un mes.
Ricardo dice que ese pequeño trayecto lo repite día a día porque tiene que darle de comer a los dos perros que eran de su hija y también porque le “quedó la costumbre de ir”. El resto del día, cuenta, lo pasa “encerrado” en su casa.
A veces ese trayecto lo hace acompañado de su nieto de casi tres años. Los padres de la joven quedaron a cargo de la tenencia del hijo de Luciana. “Tratamos de andar juntos”, dice Ricardo sobre el niño y cuenta que “él tiene muchos recuerdos y pregunta por qué no está” su madre. “Él tiene un sentido de orientación extraordinario, cuando pasamos a una cuadra de la casa el quiere ir para ver si la puede encontrar”, cuenta con la voz entrecortada.
El padre de Luciana sostiene que la investigación por el crimen de su hija “está muy estancada y que no hay novedades”, y por eso entiende que la misma tiene que “cambiar de dirección y apuntar a otro lado”.
Por el crimen de la mujer de 35 años todavía no hay ninguna persona detenida.
La fiscal de Canelones Alicia Schiappacasse, a cargo del caso, dice que la investigación se encuentra en un proceso de indagatoria. “Se está trabajando firmemente como el primer día. Se están juntando indicios y se están esperando otros resultados”, explica. “Se están tomando muchas declaraciones, no tenemos nada todavía seguro para hacer una imputación en este momento”, agrega.
Además señala que “se están recogiendo pruebas y nuevos elementos probatorios. Los que ya se levantaron en la escena del hecho y algunos que aún están carentes de resultados porque llevan su tiempo (...) Hay líneas de investigación”, explica.
Por otra parte la fiscal indica que también se realizaron “pericias a celulares”, pero que de ellas no surgieron elementos para detener a alguna persona.
“Estamos armando las piezas”, agrega Schiappacasse.
El padre de Luciana, por su parte, entiende que la Fiscalía tiene que apuntar a “buscar el motivo del crimen”, ya que “no hay pruebas”.
“Luciana no tenía ningún enemigo, ninguna deuda, era una persona referente y de bien”, dice el padre y asegura: “el asesino anda entre nosotros y es muy allegado. La persona entró directamente convencido de lo que iba a hacer, fue una venganza”.
Los habitantes de Castellanos desde que ocurrió el crimen ya no duermen con las puertas abiertas como era costumbre. Amigos y vecinos de Luciana se han movilizado cuatro veces desde que sucedió el crimen. “Queremos que se haga justicia y de alguna forma también mitigar el miedo que sentimos porque no sabemos si quien mató a Luciana está entre nosotros”, dice a El País una vecina de Castellanos, que prefirió el anonimato.
“La realidad del pueblo cambió de un día a otro. La gente no sale de noche, trancan las puertas y eso antes no pasaba”, dice la vecina y aclara que “los de investigación han trabajado mucho y todos los días se ve efectivos de Homicidios en las calles entrevistándose con algunos vecinos”.
Ricardo dice que “los vecinos se movilizan casi todas las semanas” y recuerda que “la última vez que lo hicieron fue al cumplirse un mes” del crimen. “Se concentraron en el centro del pueblo y en la ruta”, dice Ricardo y agrega: “Ellos están dolidos, están conmovidos. Por la forma en la persona entró a la casa es del entorno”.
El padre de Luciana sostiene que está preocupando porque “la situación se está alargando y las estadísticas dicen que si no lo agarrás en el corto plazo (al culpable) el tema termina en el olvido”. También pide que el Ministerio del Interior agregue otro equipo para que “pueda investigar el crimen desde cero”.
Pero paralelamente al curso que tome la investigación, Ricardo seguirá avanzando todos los días por esas dos cuadras de pedregullo hasta la casa de su hija porque ese lugar, dice, también es su casa.
El asesinato que conmovió al pueblo.
Luciana Bentancur fue encontrada muerta dentro de su casa, donde también funcionaba el consultorio odontológico donde atendía a sus pacientes, el jueves 5 de setiembre. El día anterior había viajado a Montevideo para realizar un curso de cirugía. Cuando volvió al pueblo, ese mismo día, pasó a buscar su auto por la casa de sus padres y llegó a su casa cerca de las 21 horas. A las 8:00 de la mañana del jueves tenía que pasar a buscar a su hijo de dos años y medio por la casa de su exesposo, en San Bautista, pero nunca lo hizo. Su expareja, de la que estaba separada desde hace unos cinco meses, llamó a los padres de Luciana a eso de las 10 para decirles que no había pasado por el niño. Sus padres, que a esa hora estaban en Montevideo, llamaron a una vecina para que fuera hasta la casa. Al entrar, encontró el cuerpo de Luciana tirado en el suelo.