Justicia

Cinco jueces, 4 fiscales, 100 citados en casi 4 años de juicio.

La foto de Lola Chomnalez tomando un batido en un restaurant bonaerense persigue a algunos operadores judiciales. Sin embargo, la investigación del asesinato ocurrido hace casi cuatro años se encuentra como el primer día: no hay sospechosos.

El expediente, que acumuló fojas tras fojas en el Juzgado Penal de Rocha, rompió todos los récords de desprolijidades: cinco jueces, cuatro fiscales, 100 citados a declarar como indagados y testigos y cambios de los investigadores por orden del actual magistrado de la causa, Juan Miguel Giménez. Pruebas levantadas en una caja de bananas cuando apareció el cuerpo, drones que no funcionaron porque sus baterías estaban descargadas, enfrentamiento entre la Justicia y la Policía y el borrado de huellas por los cuatriciclos de Prefectura. El peor escenario posible.

El cambio de investigadores no cayó nada bien en el entorno de Chomnalez. Por decisión del juez Giménez, la investigación estará a cargo del comisario de la Jefatura de Rocha, Alexis Duarte, quien sustituyó al director de la Coordinación de Policía Científica, comisario Mayor, Líber de los Santos. Es decir, el magistrado optó por centralizar la investigación en Rocha en lugar de contar con la experiencia de De los Santos, quien había comenzado la investigación desde la muerte de Lola Chomnalez.

Con lo único que cuenta la investigación es una muestra de ADN encontrada en una toalla que llevaba Lola en su mochila, la que apareció enterrada a poca distancia del cuerpo.

La Policía sigue dos líneas de investigación: una que los matadores eran personas muy jóvenes del asentamiento Malvinas, ubicado entre Valizas y Aguas Dulces. El móvil podía ser el robo (Lola llevaba el equivalente a US$ 100 en pesos) o el ataque sexual. Sin embargo, el forense determinó que Lola era virgen. Una segunda línea apunta a que un sujeto "de afuera" del balneario Valizas haya ultimado a Lola. Esa hipótesis tampoco arrojó resultados.