INFORMACIÓN POLICIAL

Dice que había salido de trabajar de una panadería del barrio Santa Catalina. Que era de noche cuando, en plena calle, el auto gris frenó de golpe. Que en ese momento se bajaron dos personas. Y que luego lo rodearon y lo obligaron a subirse al vehículo. Después de eso lo hicieron sentarse en la parte de atrás del coche, en el medio de los dos que en ese momento ya se habían convertido en sus secuestradores.

Según la investigación llevada adelante por la Fiscalía de Estupefacientes, esa noche del 7 de noviembre de 2019 el auto comenzó a andar con dirección al barrio “La Humedad”, en el Cerro de Montevideo. Ahí estaba la casa donde el hombre quedaría en cautiverio en una de sus habitaciones. Cuando los delincuentes bajaron con la víctima los esperaba una mujer, dueña de la casa. De lo que surgió de la investigación fiscal es que en ese momento lo llevaron hasta la habitación, lo hicieron sentarse en una mesa y le dijeron que devuelva los $15.000 que supuestamente debía. Él aseguraba que no tenía nada que ver. Luego lo obligaron a usar su propio celular para que llamara a su madre, una funcionaria policial. Pero todavía no había pasado lo peor. Los delincuentes decidieron demostrar que la amenaza iba en serio.

Uno de los captores agarró un cuchillo de sierra y un termo. El termo lo utilizaron como martillo y con el cuchillo le cortaron la falange de un dedo. Mientras tanto otro lo apuntaba con un arma para que no “gritara o se resistiera” a la amputación. Una vez que lo lograron, le sacaron una foto mutilado y se la enviaron a la madre, exigiéndole los $ 15.000.

Enseguida la madre se dirigió a un local de cobranzas y giró $ 10.000 a la dueña de esa casa. La mujer se subió al mismo auto en que habían secuestrado al hombre y fue a cobrar el dinero del rescate junto con su hermano, uno de los captores.

Pero en ese momento, mientras ellos se dirigían a retirar el dinero, habían quedado dos hombres con la víctima. En esos momentos, los delincuentes le cortaron una oreja.

El secuestrado más tarde logró escapar y fue directamente a un hospital del Cerro.

El líder de esta banda del Cerro y acusado de haberle cortado el dedo a la víctima es “el Pachuli”. Este hombre también está acusado de ser uno de los lugartenientes de la banda de los “Ricarditos”, que regentea “bocas” de venta de drogas en el Cerro y barrios aledaños.

“Pachuli” fue imputado por este hecho en diciembre de 2019. En ese entonces la investigación penal era por tráfico de drogas, lesiones personales y porte de armas.

El pasado 3 de junio este caso tuvo una nueva instancia judicial. Luego de una audiencia, a la que accedió El País, dos personas fueron enviadas a prisión por el secuestro y lesiones personales que le provocaron al hombre. Eran dos hermanos, un hombre y una mujer. En esa audiencia también fue enviada a prisión otra mujer a la que, cuando se realizaron allanamientos para desbaratar a la banda de secuestradores, se le incautó una gran cantidad de estupefacientes.

Fue condenada, luego de un acuerdo entre su defensa y la Fiscalía, a dos años y dos meses de penitenciaria por el delito de negociación de estupefacientes prohibidos. La mujer dueña de la casa y que participó en el secuestro también logró un acuerdo con la Fiscalía. Fue imputada por un delito de secuestro en calidad de coautora con una pena de cinco años y seis meses de prisión efectiva. Su hermano, por su parte, fue enviado a siete años y dos meses de prisión por un delito de secuestro en reiteración real con un delito de lesiones personales. De esta manera la Fiscalía de Estupefacientes logró que los que participaron del secuestro y la mutilación estén tras las rejas. El líder de la banda, “El Pachuli”, no llegó a un acuerdo con la Fiscalía y espera su juicio en prisión preventiva.