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Así era la cómoda vida de una banda que robaba a usuarios de cajeros automáticos

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Retiro de dinero en cajero automático. Foto: Archivo El País

APARTAMENTOS EN RAMBLA DE POCITOS Y BULEVAR ESPAÑA

Los integrantes de una banda que se “especializó” en rapiñas a usuarios que depositaban o retiraban dinero de cajeros automáticos de Montevideo y Canelones, llevaban una buena vida.

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La banda era buscada por los investigadores del Departamento de Hechos Complejos hace meses. Se había “especializado” en asaltar a personas que ingresaban a los cajeros automáticos a depositar o a efectuar retiros de dinero.

El modus operandi de la gavilla era sencillo: una mujer trasladaba a tres asaltantes en un Peugeot o en un Chevrolet y los dejaba a 100 metros de los cajeros. Los delincuentes ingresaban a los cubículos, miraban y salían. Luego se apostaban cerca a esperar a las víctimas.

Cuando una persona ingresaba al cajero a depositar o extraer dinero, era sorprendida por los asaltantes con armas desenfundadas y le extraían sus ingresos. Si otro usuario del cajero llegaba en el momento del atraco, también era robado.

El 3 de octubre de este año, la banda asaltó a un policía de Interpol cuando retiraba dinero de un cajero automático ubicado en Avenida Italia y Solferino. Eran las 20:00 horas de ese sábado. Cuando el policía extraía el dinero, irrumpieron dos delincuentes armados en el cajero, mientras que un tercero quedó afuera haciendo de “campana”.

Tal como quedó registrado en las cámaras de seguridad del cajero, los autores de la rapiña llevaban tapabocas y guantes. Le exigieron al policía de 32 años, que iba de particular, el dinero que había extraído: $ 20.000, y la pistola de reglamento marca Glock, según informó Subrayado.

A partir de ahí, los asaltantes percibieron que se habían equivocado. Sabían que toda la Policía iría tras sus pasos, según dijo una fuente de la investigación a El País.

La banda estuvo inactiva durante unas semanas, y luego volvió a actuar. El viernes 23 asaltaron a una persona que depositaba su dinero en un cajero de Punta de Rieles.

Y al día siguiente (sábado 24), se dirigieron a la Ciudad de la Costa. Sin embargo, efectivos del Departamento de Hechos Complejos los esperaban en el lugar en un móvil.

Como en una policial clase B, los delincuentes se acercaron a pie a los cajeros mirando para todos lados. Pero los policías estaban apostados a una distancia prudencial. No fueron vistos.

Los asaltantes protagonizaron una rapiña y huyeron del lugar en un auto, mientras un móvil de Hechos Complejos seguía su derrotero. Los rapiñeros trataron de cubrir su huida a balazos y se desató un tiroteo a la altura del Intercambiador Barradas.

Dos delincuentes fueron heridos de bala y ningún policía resultó lesionado. Finalmente, casi toda la banda fue atrapada al ser interceptado el vehículo en el barrio Carrasco.

Buena vida.

Según una fuente del caso, la banda tenía cuatro integrantes en forma permanente: el líder -un rapiñero que se había fugado de la cárcel de Soriano-, otros dos secuaces y una mujer de 18 años que oficiaba de chofer.

La gavilla era buscada por nueve atracos cometidos en Montevideo y un número de asaltos en Canelones que aún no fue cuantificado por las fiscalías.

En los próximos días los delincuentes declararán ante el fiscal Leonardo Morales por los asaltos efectuados en Montevideo. Dicho fiscal ya ordenó varias medidas a la Dirección de Hechos Complejos.

Los ingresos económicos de los asaltantes eran buenos. Evidentemente les daba para vivir sin tener que cumplir con un horario de trabajo.

Residían en un apartamento ubicado en la rambla de Pocitos esquina Bulevar España y en otro que se encuentra por Bulevar España casi Benito Blanco.

Los cuatro rapiñeros, cuyas edades oscilan entre los 24 y los 30 años, solían vestir ropas modernas, según una fuente del caso. No trascendió sus antecedentes penales.

Dos chicas adolescentes, una de 18 años y otra de 20, también integraban la banda.

A pedido del fiscal Leonardo Morales, la Justicia procesó a la chofer por su complicidad en los asaltos. El juicio penal en su contra todavía no comenzó.

Persecución con chofer de 18 años

El 24 de octubre de 2020, la banda asaltó a un usuario de un cajero automático ubicado en las cercanías del shopping de Ciudad de la Costa. Los asaltantes se subieron a un auto y se dirigieron a toda velocidad hacia Montevideo. Fueron seguidos por un móvil de la Dirección de Hechos Complejos de Montevideo. En ese momento los policías capitalinos recibieron la ayuda de la Policía canaria. Según contaron las fuentes, la persecución pareció una película de acción, con Avenida Italia y las calles Barradas y Biarritz como escenario. El móvil de Hechos Complejos, conducido por un experiente comisario, les tiró el auto encima a los rapiñeros. Pero la joven chofer, de 18 años, lo esquivó y pasó a centímetros del patrullero. Las balas zumbaban en ambas direcciones.

El auto de los rapiñeros tomó Barradas y dio un giro hacia Biarritz a toda velocidad. Fue detenido cuando ya tenía dos ruedas pinchadas por los disparos de los policías. En la puerta de la conductora había también otros dos impactos de bala.

Uno de los delincuentes trató de deshacerse en vano de su arma.

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