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Asesinó a su familia política por una casa y ahora le dieron la pena máxima de prisión

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Centro de Justicia de Rivera. Foto: Archivo El País

TRIPLE HOMICIDIO EN RIVERA

Siete años después de que Paola Fraga planeara la matanza, la Justicia de Rivera la condenó a 30 años de penitenciaria más medidas de seguridad eliminativas.

Pasaron siete años desde que Paola Fraga planeó con frialdad el asesinato de su cuñado, su concuñada y mató al hijo de dos años y medio de ambos. Fraga era docente y no tenía ningún tipo de antecedentes. Pero la envidia y el rencor porque su familia política viviera en una casa heredada, de gran valor económico y en la zona céntrica de la ciudad de Rivera la impulsaron a contratar a dos sicarios para que asesinaran a toda la familia.

Fue entonces que, ante la imposibilidad de acceder a esa casa, la mujer planeó el triple asesinato. Fraga se contactó con un joven de 19 años que había sido vecino de ella y que hacía trabajos para su casa y le contó el plan macabro: debería matar a su cuñado y su concuñada. Ella era la que se iba a “encargar” del pequeño niño de dos años y medio. La mujer le dio un cuchillo al sicario y le dijo que consiguiera a otra persona más para llevar adelante la matanza. A cambio les iba a dar $ 40.000 Este hombre se contactó con un joven, que en ese entonces tenía 17 años. Fraga pasó a buscar a los sicarios y fueron a la casa de las víctimas dos veces. Allí analizaban por dónde era mejor entrar.

El 20 de julio de 2013 fue el cumpleaños de su pareja. Al festejo concurrieron su cuñado y concuñada. Fraga aprovechó esa oportunidad para robarle las llaves de la casa y hacer una copia. A los días devolvió las llaves y dijo que las había encontrado tiradas en su casa. El 7 de agosto fue el día que se puso en marcha el plan. Fraga fue a buscar a los asesinos y se dirigieron a la casa de sus familiares. Con la copia de las llaves abrió el portón de la entrada y les dijo a los delincuentes que se escondieran en el pasillo. La mujer tocó timbre y cuando su cuñado abrió la puerta los dos sicarios saltaron sobre él. Uno de ellos lo atacó con un cuchillo en el cuello y lo mató. Luego de esto, Fraga gritó: “el es mío, el es mío”, en referencia al pequeño niño de dos años. Fraga, según relataron los sicarios en la sentencia de primera instancia a la que accedió El País, intentó ahogar al niño con sus brazos. Luego le puso un almohada en su rostro y se sentó sobre él. Mientras lo asfixiaba le decía al niño que debía morir para que no ser igual que su padre. Minutos más tarde la concuñada de Fraga llegó a la casa. Al ver la escena intentó escapar, pero uno de los sicarios cinchó de su pelo y la llevó hacia el interior del domicilio. Fraga entonces tomó el cuchillo y comenzó a apuñalara. Como la mujer no moría uno de los sicarios tomó el cuchillo y le apuñaló en el cuello provocándola la muerte. La mujer siguió empujando el mango para que la herida fuera más profunda.

El 12 de agosto de 2013 Fraga y uno de los sicarios fueron enviados a prisión preventiva. El 2 de julio de 2020 la Justicia se expidió sobre el caso. En un fallo de primera instancia, al que accedió El País, Fraga fue condenada a 30 años de penitenciaria más medidas de seguridad eliminativas (que van entre un año y quince de prisión). Fue culpable de homicidio y coautoría de otros dos homicidios. El sicario, por su parte, fue condenado a 25 años por un homicidio y coautoría en otro.

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