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Hace un año se atrincheró en Goes y baleó a dos policías; ahora enfrenta su juicio

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Efectivos de la Guardia Republicana durante un operativo por hombre atrincherado en Goes. Foto: Francisco Flores

JUSTICIA

El hombre era investigado por una denuncia que realizaron las embajadas de Argentina y Gran Bretaña en Uruguay. Cuando lo fueron a buscar, recibió a la policía a balazos.

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El caso fue sonado. Eran cerca de las 8:00 del 23 de noviembre de 2018 y la Policía concurrió a una casa en el barrio Goes. Los agentes tocaron timbre en el lugar, pero no imaginaron lo que iba a suceder después: horas de pánico y una persona atrincherada que los recibió a balazos desde el interior de la vivienda.

El hombre era investigado por una denuncia que realizaron las embajadas de Argentina y Gran Bretaña en Uruguay. “Hola necesito un fusil, ¿ustedes tienen alguno?, si quieren puedo tirar para su lado”, había escrito el hombre en un primer mensaje a la embajada de Gran Bretaña. Minutos después lo volvió a hacer: “Hola, ¿me puedo unir a la banda?, ¿cuántos hombres tienen?, ¿saben algo de las granadas? Creo que las iban a dejar ahí y luego buscarlas para arrojarlas por todos lados”.

La fiscal Stella Llorente pidió el inicio de la investigación penal contra esa persona. El lunes pasado comenzó el juicio al imputado en el Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo penal, cuyo titular es el juez Marcelo Souto. En los próximos días declararán en calidad de testigos efectivos de Policía Científica, Brigada Antidroga y expertos del Instituto Técnico Forense.

Llorente dijo a El País que solicitará una condena y reconoció que el acusado incurrió en varios delitos graves. Esta persona había sido calificada en su momento como inimputable de responsabilidad penal.

Así fue el caso.

Agentes de la policía concurrieron a la casa ubicada en Concepción Arenal y José L. Terra con una orden de allanamiento en mano y con el objetivo de incautar equipos informáticos del domicilio del hombre a raíz de las denuncias efectuadas. Los funcionarios de Inteligencia tocaron timbre en el domicilio. Quien los recibió fue la madre del hombre. En un principio la mujer negó que su hijo estuviera dentro de la casa, pero luego cambió su versión y dijo que estaba. Fue ahí que los policías comenzaron a pedirle que saliera de la habitación, pero como no lo hacía forzaron la puerta. Ahí comenzó la tensión.

“Nos atiende la madre del indagado, ella quiso evitar el ingreso diciendo que no estaba. Le manifestamos que igual teníamos que ingresar al domicilio y en un momento se arrodilla no queriendo permitir el ingreso y la corro con un brazo. Soy el primero en ingresar. Estaba todo oscuro, sigo hacia el fondo y cuando mis compañeros entran atrás mío, siento gritos de la primera habitación”, declaró el primer agente en ingresar al domicilio durante el juicio. Luego de eso, dijo, los dos oficiales se pararon frente a la puerta de la habitación para intentar ingresar.

“Cuando se abre la puerta siento un disparo y en ese momento mis compañeros empiezan a disparar y mi compañero cae al piso”. “Sentí que el cuerpo se me fue para adelante y se me cayó la pistola. Me habían disparado. No me percaté que me había herido, pensé que me había dado en el chaleco. Me fui para el fondo me saqué el chaleco y vi que estaba herido”, agregó. El agente recibió un disparo en su espalda.

Efectivos de la Guardia Republicana durante un operativo por hombre atrincherado en Goes. Foto: Francisco Flores
El hombre, atrincherado cinco horas, hirió a dos policías. Foto: Francisco Flores.

El intercambio de disparos continuaba y fue ahí que la policía pidió apoyo a la Guardia Republicana, que incluyó a un negociador. El encargado de esta función, según relató la fiscal, “intentó por varias horas” que el hombre se rindiera, pero no tuvo éxito. El hombre siguió disparando e incluso algunas balas impactaron contra dos blindados de la Republicana.

La Policía entonces formó tres grupos para llevar adelante una nueva operación. Uno de ellos intentó distraerlo desde la puerta del domicilio y otro desde la ventana, mientras que el tercero entraría a la vivienda. Otro efectivo resultó herido en su hombro. El tiroteo continuaba, hasta que en un momento el hombre resultó herido en sus piernas, ya que vestía un chaleco antibalas. Ahí la policía lo detuvo.

Dentro de la habitación se incautaron diez armas de fuego, proyectiles y dispositivos electrónicos. Además el imputado tenía 13 plantas de marihuana y envoltorios con 900 gramos de esa droga.

Durante el juicio la fiscal intentará buscar que se condene al hombre como inimputable ya que un psiquiatra determinó que padece esquizofrenia. El hombre se encuentra internado en el Hospital Vilardebó, donde goza de salidas transitorias cada 15 días.

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