JUSTICIA

Al caer la tarde del 18 de noviembre de 2020, el técnico en reparación de celulares Nicolás D. ingresó a la joyería Portubicada en pleno centro de Montevideo. Extrajo una pistola Magnum calibre 3.57 y encañonó a la dueña y a su hijo.

Nicolás permitió que el hijo de la joyera fuera al banco a buscar dinero. Antes de que regresara, la Policía rodeó el lugar. Tras horas de negociación, el delincuente se entregó.

A pedido de la entonces fiscal Adriana Costa, la jueza Diovanet Olivera lo procesó por tentativa de rapiña y privación de libertad.

En una audiencia realizada ayer, la Fiscalía solicitó a la magistrada una prórroga de la medida cautelar de privación de libertad para Nicolás.

En cambio, los abogados defensores de imputado, María del Carmen Dávila y Raúl Menéndez, pidieron una prisión domiciliaria para su defendido por su estado de salud.

Según Dávila, el procesado perdió 20 kilos por problemas estomacales y cálculos renales.

Ambos defensores también solicitaron a la jueza Olivera el traslado de su patrocinado a la cárcel de Punta de Rieles porque allí se encuentra alojado un familiar directo. La Fiscalía no se opuso. Al finalizar la audiencia, la jueza pidió una pericia sobre el estado de salud de Nicolás e hizo lugar a su traslado al penal de Punta de Rieles como lo solicitó la defensa.