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Ante impotencia del Mides, las iglesias atienden a indigentes

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El Mides no tiene refugios en Salto. Foto: Luis Pérez

Más de un centenar de personas duermen en la calle en plena ola de frío

Cuando ya se están registrando temperaturas muy frías y los pronósticos meteorológicos están advirtiendo sobre un mayor descenso para las próximas horas, en Salto las personas que viven en situación de calle en su mayoría no encuentran respuestas de organismos públicos para que les brinden techo por las noches; tampoco un plato de comida.

En cambio, sí están recibiendo ayuda de instituciones religiosas para paliar la situación.

Ante la falta de infraestructura del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para atender a estas personas —que suele derivar a los indigentes al departamento de Paysandú—, la Intendencia salteña es la que brinda asistencia a hombres que pernoctan en la calle, para lo cual tiene un local habilitado en el horario de 18:00 a 10:00 de la mañana; pero el reglamento interno de la institución se reserva el derecho a admitir gente con antecedentes penales o por adicción a las drogas, por lo que el apoyo está muy limitado.

En la vía.

En la noche del lunes, entre el andén de la exestación del ferrocarril ubicada en la calle Julio Delgado, sobre el arroyo Sauzal, durmieron 6 hombres sobre cartones y tapados solo con alguna frazada. Otro número similar lo hizo en la puerta de alguna iglesia o en la vía pública.

Mientras eso ocurría en la fría noche, el refugio municipal que puede albergar unas 15 personas, solamente da refugio a ocho personas que cumplen con las normativas.

Queda más gente fuera que dentro del refugio.

"Si no se ajustan al reglamento no pueden estar en el refugio y no todos están de acuerdo", dijo una funcionaria municipal del área social.

"La cabecita no les da para pensar que es mejor darse una ducha cuando llegan, no venir alcoholizados o drogados y por eso eligen dormir en la calle".

Por parte del Mides, el director departamental, Darío Figueroa, ya ha manifestado que este ministerio no cuenta con local para alojamiento transitorio para las personas en situación de calle. "Cuando las circunstancias lo requieren, y siempre y cuando la persona esté de acuerdo, se lo deriva a Paysandú", dijo.

"Lo que más reclaman es comida y ahí tampoco tenemos nada para brindarle porque las viandas que se compran son para los que están autorizados a pernoctar", dijo otro funcionario del refugio municipal.

Al abrigo del fuego.

Dardo, un montevideano que hace un año que se vino para Salto y vive de las artesanías que confecciona, reconoce que consume pasta base pero asegura que no tiene problemas con la Policía ni con la Justicia, y recrimina que no se le permita dormir en el refugio municipal y deba hacerlo a la intemperie, bajo un alero de la exestación del ferrocarril que está próxima a la zona portuaria.

"Yo no maté a nadie y sin embargo en la Intendencia no me admiten, el Mides no existe en Salto y no me queda otra que seguir en la calle pero anoche (por el lunes) casi me muero de frío y en estas condiciones estuvimos seis muchachos", dijo el joven, sentado junto a una fogata que prendieron al amanecer.

Dardo, como otros hombres, mujeres y niños, concurre al mediodía a la Iglesia Misión Vida para retirar una vianda y por la tarde noche a la Casa Diocesana para tomar un chocolate caliente con bollos y llevarse una porción de comida para la cena.

"A la casa del pastor de la iglesia Misión Vida vamos unos 20 al mediodía y a la Iglesia frente a la Plaza Artigas (Casa Diocesana), somos como cien. Van madres con niños chiquitos a comer y llevarse algo", señala el joven, quien tiene palabras de reconocimiento a esta preocupación de las casas religiosas.

Las carencia de parte del Estado para dar respuesta a las personas en situación de calle, en medio de uno de los inviernos más duros de los últimos años, impulsó a un grupo de feligreses de la Iglesia Católica a tender una mano a quienes lo necesitan. Con ese fin, han instrumentado un plan de contingencia que denominaron "Heladera Solidaria". El mismo consiste en que cada uno de los participantes se compromete a llevar a diario 10 viandas preparadas para la cena.

Barbara, una de las feligresas del grupo, se ha mostrado sorprendida por la cantidad de personas que están concurriendo a tomar la merienda y por la noche a retirar un plato de comida. "Estamos atendiendo a decenas de personas y notamos la presencia de madres jóvenes con bebés. Todos los días hay uno más", dijo.

Por otra parte la Iglesia Misión Vida, de lunes a viernes a la hora 13:00, hace entrega de una vianda a las personas que se acercan al local de la calle Viera a la altura del número 80. "Ahora estamos asistiendo a una veinte personas", dijo ayer un integrante de la Iglesia.

Estación polar.

En la noche más fría del año, bajo el alero protector de la antigua estación de ferrocarril de Salto, había media docena de personas durmiendo sobre cartones y tapados con alguna frazada. La gélida madrugada les impulsó a armar una fogata. El Mides no tiene refugios en Salto y el albergue municipal, con capacidad para 15 personas, tiene un reglamento estricto que no permite el ingreso de personas con antecedentes o adictos a las drogas, lo que hace que muchos queden en la calle.

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El Mides no tiene refugios en Salto. Foto: Luis Pérez

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