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Identifican a sospechosos de los homicidios en Solymar

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Policía investiga intensamente para dar con el paradero de los sicarios. Foto: archivo El País
JOVENES DECLARANDO EN EL JUZGADO DE LA COSTA , SEDE PENAL DE CIUDAD DE LA COSTA, CAMIONETA DE POLICIA DE LA SECCIONAL 7, RECORRIDA POR CHICO QUE BALEARON A LA SALIDA DEL BOLICHE KEOPS DE MARINDIA, ND 20090720 - MARIA INES HIRIART
MARIA INES HIRIART

Una misma pistola fue usada para matar a paraguayos y a joven en Casabó.

La Policía identificó el arma utilizada para asesinar al matrimonio paraguayo en el balneario Solymar y, a través de esa pista, busca a dos sospechosos que residen en la zona del Cerro.

Fuentes del caso indicaron a El País que las vainas encontradas en la madrugada del domingo 7 en avenida Giannattasio son similares a las de una pistola 9 milímetros usada el lunes 1° para ultimar a un joven de 22 años en un intento de rapiña en el barrio Casabó.

La víctima fue perseguida por los dos delincuentes por varias calles de esa zona antes de caer muerto de un balazo por la espalda en la intersección de las calles 17 Metros y Suecia.

En ese lugar, a unas diez cuadras de donde se registraron los homicidios de un joven de 25 años, sereno de un liceo, y su sobrino de un año, se encontraron ocho casquillos de bala y otros seis impactos en la moto.

Los dos delincuentes buscados son de la zona del Cerro, según dijeron a El País fuentes del caso.

Los investigadores tienen esperanzas de resolver pronto los homicidios del matrimonio paraguayo y de la jovencita Marcela Artagaveytia (16), embestida por la camioneta Toyota de los ciudadanos guaraníes. Existe un cúmulo de pruebas recogidas en los últimos dos días, señalaron las fuentes.

El lunes 8, efectivos del Departamento de Canelones realizaron un allanamiento en un camping y cabañas de Parque del Plata donde habría estado alojado el matrimonio paraguayo y su hijo de siete años, quien ayer retornó a Paraguay acompañado por una tía.

Al día siguiente fueron detenidos el dueño del camping, un ciudadano italiano de 64 años, carente de antecedentes penales, y su hija. Ambos estuvieron detenidos por 48 horas y ayer fueron liberados sin perjuicio.

"La Policía Científica estuvo en una de las cabañas. Se llevaron varias cosas. La hija del dueño fue detenida. Horas más tarde, la trajeron esposada", dijo un vecino a El País.

El otro allanamiento se realizó en el Cerro por parte del Departamento de Información Táctica (DIT) de Montevideo. No habría dado muchos resultados, según las fuentes.

Sin embargo, en las últimas 48 horas, se abrió un "abanico" de pistas que hacen generar esperanzas a los policías involucrados en la investigación. Una de ellas es el acceso a las llamadas telefónicas efectuadas por el paraguayo asesinado, Ramón Quevedo Arce (45), quien tenía antecedentes penales en 2002 por traficar un cargamento de marihuana en Criciúma, Brasil.

También pudieron rastrear las comunicaciones de la pareja de Quevedo Arce, Claudia Guerrero (40), titulada en abogacía aunque no ejercía la profesión. Tenía una tienda de ropas.

Quevedo Arce vivía en Pedro Juan Caballero, una zona muy usada por el narcotráfico para pasar cargamentos de marihuana y cocaína, informó el diario paraguayo ABC.

Otra línea de investigación firme es la del auto Peugeot, modelo 308 utilizado por los sicarios para el ataque.

Es posible que los asesinos hayan usado dos vehículos. El vidrio trasero derecho de la camioneta paraguaya, donde viajaba el niño de siete años, tiene dos impactos de bala que causaron astillas hacia adentro del auto. Los otros disparos —por lo menos 17— fueron tirados desde el lado del conductor de la Toyota, modelo Land Cruiser.

En la tarde de ayer, afuera del Juzgado Penal de la Ciudad de la Costa, el forense Miguel Cabrera explicó, en rueda de prensa, que Quevedo Arce recibió 13 balazos, cuatro de ellos en la cabeza, uno en la boca, otro en la nariz y el resto en distintas partes del cuerpo.

El primer balazo que recibió Quevedo Arce le provocó la muerte en el acto. El impacto fue en la cabeza.

El hombre cayó sobre el volante del vehículo, que en ese momento fue tomado por Guerrero, que ya había sido baleada dos veces. Un proyectil le dañó una arteria, por lo que la mujer se fue desvaneciendo hasta perder la vida. Llegó a conducir la camioneta por casi un kilómetro.

Como informara El País, Cabrera confirmó que el matrimonio fue herido mientras la camioneta estaba en movimiento en la avenida Giannattasio y no detenida en el semáforo del cruce con calle Uruguay.

Testigos presenciales dijeron que los disparos comenzaron en la avenida Giannattasio y José Enrique Rodó, un kilómetro antes de recibir Quevedo Arce una última ráfaga de ocho disparos.

Los testigos indicaron que, luego de comprobar que el ciudadano paraguayo estaba muerto, los sicarios doblaron por Uruguay hacia el norte del balneario Solymar.

Marcela, una adolescente de 16 años, y un grupo de amigas salían para ir a un baile en un boliche. Marcela caminaba de la mano de su novio. "Iba riéndose", señaló su madre Carina a El País.

La camioneta Toyota la embistió. También derribó una columna y un muro.

Renuncia.

La jueza Marcela Vargas dejará hoy el caso. Alegará ante la Suprema Corte de Justicia aspectos éticos y humanitarios, ya que la madre de Marcela es actuaria de su Juzgado. "Todo el Juzgado está muy shoqueado emocionalmente por lo que le pasó a la hija de nuestra compañera", dijo ayer una funcionaria.

El sustituto de Vargas podría ser el juez Pablo Benítez, quien también trabaja en el Juzgado de Ciudad de la Costa.

Niño de 7 años fue repatriado.

El hijo de siete años de la pareja de paraguayos asesinada el pasado sábado en Solymar, fue finalmente entregado en custodia a su tía y ayer temprano retornó a su país.

El niño viajaba en el asiento posterior de la camioneta cuando desde un auto llovieron balazos contra sus padres. El niño resultó ileso y fue rescatado por vecinos de Solymar cuando la camioneta, ya con sus dos padres muertos, se estrelló a un costado de la avenida Giannattasio.

El menor no declaró ante la Justicia y en todo momento recibió apoyo psicológico por parte de profesionales del INAU. Desde la embajada de Paraguay se detalló que el encuentro del niño con su tía fue muy emotivo. Se agregó que pese a la traumática situación que vivió se encontraba ya fuera del shock inicial.

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Policía investiga intensamente para dar con el paradero de los sicarios. Foto: archivo El País

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