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Hoy gana la violencia

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Muerte, amenazas, hinchas baleados, camisetas prendidas fuego, disputas entre dirigentes y autoridades. La previa de este clásico, que permite esperar lo peor, alejó a la gente de la cancha. Sin importar cuál sea el resultado, el partido de hoy es un triunfo de los violentos.

Así se llega al clásico de hoy. Un partido del que se habla hace varias semanas pero no por su importancia deportiva. Un día en el que hay más gente pendiente de posibles disturbios, incidentes, heridos o muertos, dentro o fuera del estadio, que de los resultados futbolísticos. Un clásico que casi marca un hito histórico al excluir a la Olímpica, "la tribuna de familia", símbolo de la buena convivencia de antes y de los conflictos de hoy.

La polémica sobre la Olímpica al final no fue más que una anécdota, pero en el fondo, más allá del teléfono descompuesto y las acusaciones entre el Ministerio del Interior y los delegados de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), subyace lo de siempre: nadie quiere enfrentar a los violentos que se adueñaron de este deporte, y nadie quiere cargar con un muerto sobre sus hombros.

En la AUF están preocupados por el clima de violencia latente; los dirigentes de la Comisión de Seguridad lo respiran y perciben en las redes sociales. Hasta hace unos días no se esperaban disturbios dentro del estadio porque los encargados de seguridad del club tenían algo así como la palabra de los barras de que durante los 90 minutos de juego habría paz. Sin embargo, fuentes de Peñarol confiaron a El País que "la interna se complicó otra vez" y que la Ámsterdam hoy, como otras veces, será "tierra de nadie".

Además, la Policía cree que habrá enfrentamientos entre las facciones de la barra de Peñarol afuera del estadio y por eso un contingente de 1.000 policías —nunca habían sido tantos hasta ahora— se distribuirá en barrios y puntos de riesgo.

La peregrinación premeditada de un grupo de hinchas de Nacional desde la sede del club hasta la plaza de Santa Lucía con el solo fin de ver sangre del rival, es un extremo al que no se había llegado y que aún hoy, dos meses después, tiene perplejos a unos cuantos. La descarga de 34 balas en el auto de uno de los líderes de la barra de Peñarol hace casi un mes, presuntamente por una disputa vinculada al narcotráfico, también. Si bien "Nandito" no murió, sus agresores dejaron un mensaje claro con semejante detonación: acá no se juega.

A eso se le podría agregar el hincha de Peñarol que fue baleado en el baño de la Ámsterdam en un partido supuestamente "tranquilo" el 4 de noviembre, o los dos hinchas de Nacional y Peñarol procesados esta semana por quemar camisetas de sus rivales y subir las imágenes a Facebook.

Hace rato que el fútbol es más que un juego y eso también se siente en la economía de los clubes. Las sanciones, los partidos a puertas cerradas en que se pierde la venta de entradas, la contratación de guardias privados y tecnología es hoy un rubro que pesa en los balances. Un solo ejemplo: tras el baleado de Peñarol este año en la Ámsterdam, el club pagó más de US$ 15.000 de multa, tres partidos de local sin público, abogados especializados en la defensa y un armado de seguridad especial. En la comisión de seguridad aurinegra calculan que el gasto supera el medio millón de dólares al año.

La AUF, como organizador de los espectáculos, incrementó en un tercio su gasto en seguridad en los últimos cinco años. Según Ignacio Alonso, integrante del Consejo Ejecutivo, la guardia privada y la contratación de policías ronda los US$ 1.300.000 anuales. Equivale al presupuesto completo de un equipo promedio de Primera División en todo un año.

El despliegue de seguridad que harán la Policía, la AUF y los clubes hoy será inédito, justamente por la presunción de que el partido puede ser motivo y escenario de más hechos sangrientos. También es cierto que, si bien la mayoría de los enfrentamientos entre Nacional y Peñarol de los últimos años han dejado como saldo decenas de detenidos, destrozos y heridos (ver cronología en la página siguiente), solo una vez hubo un hincha muerto en un clásico. Fue Walter Diego Posadas, de Nacional, en 1994.

Los clubes han apostado a la buena disposición de sus hinchadas con una campaña conjunta en redes sociales y la consigna "Que sea en paz". Es posible que pese a la presión de los días previos no suceda nada grave. Sin embargo, la violencia ya ganó porque logró alejar a la gente de la cancha. Al cierre de esta edición se llevaban solo 17.000 entradas vendidas y la tan manoseada Olímpica apenas esperaba recibir a 500 personas.

Las dos caras.

Los 105 metros de largo que tiene la cancha del Estadio Centenario no solo separan este domingo a la tribuna Ámsterdam de la Colombes. También apartan dos realidades diferentes de cómo están compuestas las barrabravas de los equipos grandes del fútbol local. Mientras en "Peñarol la hinchada está más fraccionada y hay aparentes disputas por el espacio", en "Nacional hay un claro líder y mayor cohesión", explica Celestino Conde, asesor de seguridad en el deporte del Ministerio del Interior.

Las fracturas en la barra de Peñarol son, según Conde, un reflejo de la puja política en la directiva aurinegra. La división interna "dificulta la toma de decisiones" y llevó a la renuncia de referentes del comité de seguridad institucional.

Según el sociólogo especializado en deporte Leonardo Mendiondo, hubo un momento bisagra en 2009, dos años después del fallecimiento del presidente José Pedro Damiani. "Peñarol empezó a quedarse sin líderes carismáticos: sucedió en la directiva, entre los jugadores y en la hinchada". Fue entonces que "Jorgito" y "Henry" tomaron la batuta, justo cuando el club decidió colocar a los barras como asesores en seguridad pagos.

"Esa fue una interpretación errónea", aclara Conde. "El Ministerio del Interior le exigió a cada club que hubiera un coordinador de seguridad institucional, pero jamás pidió que el cargo fuera ocupado por un hincha". El romance duró hasta el año pasado, incluyó entrega de carnés (hasta que la comisión de seguridad anuló la medida), reparto de entradas, acuerdos con el Ministerio de Transporte para la movilidad y presión a jugadores para que les regalaran indumentaria deportiva.

La hinchada aurinegra "fue tomando fuerza y hace cuatro años importó el modelo feudal argentino", explica Mendiondo. Los principales grupos empezaron a fraccionarse y hoy la Policía tiene identificados tres grupos sólidos que a su vez contienen grupos más pequeños. Muchos de ellos, dice Conde, están identificados con zonas de la ciudad: Marconi, Borro, Cerro Norte y Villa Española.

Quien controla la barra es visto en la interna de los hinchas como quien goza de mayor poder para el mercado de drogas, explican los especialistas en seguridad. No es que el tráfico sea "relevante" dentro del estadio, pero sí lo es en el prestigio que otorga afuera. Es una cuestión simbólica.

A estas facciones organizadas se les suman "oportunistas" que aprovechan las instancias deportivas para cometer delitos y que se instalan en las tribunas populares porque ofician de cobijo del disturbio. Son, en su mayoría, adolescentes de entre 12 y 15 años.

En la hinchada de Nacional hay dos facciones: Lucas Píriz —la mayoritaria— y Colectivo 7411 —la más nueva. Sin embargo, Marcelo Sosa, "El Sapo" como se conoce al líder bolsilludo, es el referente global y recibe el respaldo del club. Hace siete años que es funcionario de la institución para garantizar la "seguridad", dice el presidente José Luis Rodríguez. De los 40 guardias que Nacional desplegará en el clásico de hoy, hay dos que se integran a la Colombes para lidiar con posibles disturbios, cuenta Wilson Miraballes, jefe de seguridad de la institución.

El Colectivo 7411 surgió en 2006 como un grupo de hinchas organizados en un foro y cuyo objetivo principal era el aliento a través de la innovación y el colorido. Sin embargo, algunos de sus integrantes estuvieron involucrados en la balacera de Santa Lucía que terminó con la vida de Hernán Fioritto.

Problemas y soluciones.

Hay quienes sostienen que siempre hubo violencia en el fútbol y hasta aportan datos históricos. Sin embargo, las nuevas formas en que se expresan las barrabravas han cambiado este deporte como pocos fenómenos, dice el sociólogo Dante Steffano. Primero fue la división de hinchadas, luego la aparición de cargos especializados en seguridad, más tarde la modificación en el diseño de los estadios —alambrados, cámaras, entradas diferenciales— y hasta se incrementó el presupuesto de los clubes en seguridad entre un 5% y 10%.

También la ciudad se fue modificando por los barras. Los ómnibus debieron tomar medidas, la Policía cambia a agentes de unidad para reforzar el control en las principales avenidas y los accesos al Centenario, e incluso un grupo de uniformados acompaña la llegada de los hinchas de Peñarol desde el ombú de Ramón Anador y otro hace lo mismo con los de Nacional desde la sede de 8 de Octubre.

Nadie discute que afuera del estadio la Policía es responsable de la seguridad. En cambio, los criterios cambian respecto a quién debe dar las garantías adentro.

La postura del Ministerio del Interior es que esto último corre por cuenta del organizador del espectáculo. Esta semana, a raíz de la discusión sobre la habilitación de la Olímpica, el subsecretario Jorge Vázquez dijo sentir que lo que quieren los clubes de parte de la Policía es "represión". A su juicio, la presencia policial puede dar lugar a provocaciones que terminen en una "masacre de gente". "No voy a crear un campo de batalla en la tribuna y lo que sí voy a hacer es poner cámaras de seguridad, y cuando alguien haga algo que no debe, lo voy a buscar y me lo llevo. O lo voy a buscar a la casa y en el próximo partido no entra", planteó en radio Carve.

El abogado Fernando Costa, que hasta hace dos semanas integraba la mesa ejecutiva de la AUF, entiende que la Policía habría incumplido con una norma del Mercosur si hubiera mantenido su decisión de no ingresar a la Olímpica. Costa se refirió al "Acuerdo operativo sobre lineamientos en materia de seguridad en eventos futbolísticos", suscrito por los ministros de Interior de varios países —entre ellos, Eduardo Bonomi—, que en 2012 resolvió "instar al personal a cargo de la seguridad tanto pública como privada a controlar que los túneles, rampas, pasillos y escaleras permanezcan despejadas".

Si bien la normativa internacional en general y europea en particular suele establecer que sean los guardias privados los que vigilen dentro de las canchas, Costa entiende que la realidad regional es distinta. En los clubes concuerdan con esta visión porque creen que los guardias pueden controlar al que "es normal de lunes a viernes y se pone bobo durante los fines de semana", pero no a los delincuentes. "La guardia de seguridad privada es agua mineral en un concurso de borrachos: no tiene capacidad de incidir", ironizó un dirigente de Peñarol.

Conde, el asesor del Ministerio, dice que los policías tienen la potestad de cooperar cuando un guardia privado se lo solicite. Pero a su juicio también el privado "puede hacer el uso progresivo de la fuerza y defenderse" si está siendo atacado (siempre bajo la racionalidad).

Otro punto de discusión es el uso del derecho de admisión, que en algunos casos los clubes han manifestado no poder aplicar por falta de regulación. A juicio del Ministerio, es claro que los privados son los que deben aportar los datos y la Policía es la encargada de ejecutarlo. A juicio del vicepresidente de la Comisión de Seguridad de la AUF, Edgar Ten-Hoever, en varios casos los dirigentes no lo han hecho por "temor a individualizar a los violentos" por posibles represalias.

La instalación de las famosas cámaras de identificación facial, que estarán disponibles en el correr de 2017, terminarán con todas las excusas en este sentido. La idea es que las imágenes sirvan de prueba para que el organizador determine la prohibición de ingreso aun cuando no exista una judicialización del caso.

En tanto, Ten-Hoever informó que la AUF, asesorada por sus abogados, elaboró un proyecto que busca eliminar los hechos de violencia en el fútbol mediante un incremento en las sanciones a los clubes cuyos hinchas se descontrolen. El borrador está a estudio de las instituciones y el objetivo es aplicarlo a partir de 2017. Es una más de las tantas apuestas que se han hecho para que la violencia finalmente pierda el partido.

Mil policías y más de 150 guardias privados para 17.000 hinchas.

La Policía recomienda que haya un guardia privado cada 200 espectadores. Hasta ayer a la noche apenas se llevaban vendidas algo más de 17.000 entradas que, siguiendo el criterio policial, harían necesarios 85 guardias. Sin embargo, Edgar Ten-Houver, vicepresidente de la Comisión de Seguridad de la AUF, anunció que la asociación desplegará a 100 personas. Unas 25 irán a la tribuna de mayor capacidad; el resto se repartirá entre las populares, el cuidado del alambrado y las puertas de acceso. La guardia privada de AUF —que la pagan a medias Nacional y Peñarol— tendrá el auxilio de otras 80 personas que conformarán la seguridad de los clubes. En estos casos estarán filtrados en la hinchada, acompañando a los jugadores en el vestuario y a los dirigentes en los palcos. Solo la terna arbitral y los funcionarios de recaudación tendrán la custodia policial, por requerimiento de sus gremiales. Habrá 1.000 uniformados dando respaldo en los cacheos y desplegados en la ciudad.

A tener en cuenta para quienes vayan al estadio.

A las 17 horas el juez Leodán González dará el pitazo inicial. El operativo policial estará montado cuatro horas antes porque, ya lo advirtió el Ministerio del Interior, la revisión para el ingreso al estadio "será rigurosa".

El primer consejo de las autoridades es llegar temprano, respetando los sectores de ingreso para cada parcialidad.

Dado que se prevé lluvia, el Sinae recomienda el uso de calzado cerrado y no empujar en las aglomeraciones. La Policía recuerda que de llevar paraguas debe ser sin punta, la radio no puede tener pilas grandes y las botellas plásticas no pueden superar los 600ml. No hay problema en llevar termo y mate.

Sigue vigente la medida que limita el tamaño de las banderas, considerada por el Ministerio del Interior como "exitosa". Los "trapos" no pueden superar los dos metros por uno, con el objetivo de facilitar la revisión y evitar el escondite de armas y droga.

Para alentar habrá que apelar a la garganta. Están prohibidos los fuegos artificiales, las bengalas, el humo de color, papel picado y serpentina de papel.

El Sinae pide que se eviten la insignias que inciten a la violencia, llevar el documento de identidad vigente, tener control sobre los menores de edad e identificar la puerta de salida más cercana.

LOS INCIDENTES QUE DEJARON LOS CLÁSICOS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS.

1 - Primera final del Uruguayo: 12/05/2010.

El juez Jorge Larrionda para el partido y llama a la Policía por incidentes en la tribuna Olímpica, que era compartida por los clubes. Hinchas comienzan a tirar proyectiles.

2 - Segunda final del Uruguayo: 15/05/2010.

Implementan un “pulmón” en la Olímpica para separar las hinchadas. Se pierden 4.000 asientos (US$ 44.000 de recaudación). Dirigentes de Nacional asisten a esa tribuna.

3 - Peñarol campeón: 18/05/2010.

Los festejos de hinchas aurinegros en 18 de Julio se salen de control. El jefe de Policía, Walder Ferreira, es herido de bala en una pierna en Plaza Cagancha. Hay 500 detenidos.

4 - Torneo Apertura: 15/11/2010.

Nacional dispone que la Olímpica sea solo para sus hinchas, pero se da venta previa en red de cobranzas a parciales de Peñarol. Policía modifica el operativo; no hay incidentes.

5 - Torneo Clausura: 08/05/2011.

Tiran un cóctel molotov a la camioneta del jugador aurinegro Jonathan Urretaviscaya. La Policía detiene a 11 hinchas de Nacional, uno de ellos menor de edad; quedan libres.

6 - Torneo Apertura: 20/11/2011.

Nacional decide que la Olímpica sea destinada para sus hinchas. Concurren solo 30 simpatizantes de Peñarol, en una esquina, y son agredidos por parciales tricolores.

7 - Torneo Clausura: 20/05/2012.

En la semana previa, un simpatizante de Nacional resulta baleado tras un cruce de hinchas en una plaza de Montevideo. Querían robarle una bandera. En el partido no hay disturbios.

8 - Torneo Apertura: 11/11/2012.

Detienen a 49 hinchas antes de ingresar al Estadio por tenencia de drogas, armas de fuego y por querer ingresar caños de hierro a las tribunas. El partido termina empatado sin goles.

9 - Campeonato de verano: 16/01/2013.

El arquero de Nacional, Jorge Bava, golpea a un policía tras reclamar más minutos adicionales. El jugador pasa la noche detenido y finalmente es procesado sin prisión.

10 - Torneo Clausura: 05/05/2013.

Peñarol vence a Nacional 3 a 0 y el resultado lleva a una discusión entre dos hinchas. Uno, que viajaba en moto, golpea a otro en la cabeza dejándolo sin conocimiento.

11 - Torneo Apertura: 24/11/2013.

Tras incidentes en la Ámsterdam resultan heridos nueve policías. En la mañana siguiente los uniformados presentan la denuncia, pero los 20 hinchas son liberados en la tarde.

12 - Campeonato de verano: 20/01/2014.

Nueve jugadores quedan detenidos, cinco de Nacional y cuatro de Peñarol, por enfrentarse a piñas en el partido. De la trifulca participan 30 hinchas que ingresan a la cancha.

13 - Torneo Clausura: 27/04/2014.

En la previa hay un detenido por incitar a la violencia en Facebook. La Policía encuentra en el estadio balas de armas de fuego. Ocho personas deben ir a declarar.

14 - Torneo Apertura: 09/11/2014.

Hay 32 detenidos, más de la mitad por rapiña. Un cantinero de la Ámsterdam denuncia haber sido robado por $ 60.000. La Policía encuentra un cuchillo y botellas de cervezas.

15 - Campeonato de verano: 18/01/2015.

Tiran piedras al golero de Nacional, por lo que suspenden el partido. Retoman pero hay disturbios en la Ámsterdam. El juez Jonathan Fuentes decide pitar el fin antes de tiempo.

16 - Torneo Clausura: 17/05/2015.

Cinco hinchas de Peñarol son procesados con prisión previo al clásico por “violencia privada”. Durante el partido hay 39 detenidos y varios ómnibus resultan apedreados.

17 - Final del campeonato 14/06/2015.

Durante el partido hay una lluvia de asientos a la Guardia Republicana desde la Ámsterdam. Más de 30 hinchas son detenidos y hay destrozos en los festejos de la avenida 18 de Julio.

18 - Torneo Apertura: 08/11/2015.

La Policía despliega 800 efectivos dentro y fuera del estadio. Detienen a 32 hinchas, 15 de ellos de Nacional, por rapiñar a un joven. Hay corrida a la salida e incautación de cerveza.

19 - Campeonato de verano: 20/01/2016.

La Policía incauta pirotecnia en la tribuna Olímpica. Hinchas de Peñarol la habían ingresado por una ventana rota de un baño. Los fuegos artificiales debían estar autorizados.

20 - Torneo Clausura: 14/05/2016.

Es el primer clásico sin Policía en las tribunas. No se registran incidentes, pero el coordinador de seguridad de Peñarol pide un cambio legislativo para más garantías.

CLÁSICO: ENFRENTADOS AL EXTREMO

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