El microdispositivo no genera ningún problema para los animales. Tiene el tamaño de un grano de arroz y se coloca solo una vez en la vida. 

Se implanta de forma subcutánea y no tiene batería, por lo tanto solo se activa cuando se acerca un lector, que al ser un dispositivo pasivo no afecta la salud de los perros.

Los dueños de los animales tendrán acceso al sistema y podrán chequear en la historia del can así como modificar sus datos como por ejemplo un cambio en la dirección.

El costo de la implementación del chip se divide entre el precio del dispositivo y el de los honorarios que recibirán los veterinarios por colocarlo. 

La Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal (Cotryba) acordó fijar en $ 500 la colocación.

La colocación del microchip tiene como objetivo generar un control sobre los perros del país y es de uso obligatorio.

El lanzamiento del chipeado obligatorio de canes comenzó este miércoles 20 de septiembre, si bien su uso comenzará a ser obligatorio a partir del 1 de enero.

Cotryba no cuenta con personal asignado que se encargue de la inspección de que los perros tengan el chip obligatorio, por lo tanto solo se controlará en el caso de que haya una denuncia.

En caso de determinar la falta se deberá pagar una multa.

El chip que se implementará a los animales no cuenta con GPS, por lo tanto no hay una forma de poder rastrear al animal en caso de extravío. 

Sí funciona si alguien encuentra un perro perdido. En ese caso puede ser llevado a una veterinaria habilitada para que lean el chip con la información del animal registrada, por ejemplo el nombre del dueño y la dirección.