La Policía detuvo ayer a un tercer hermano, clave para la solución.

"Tomaban bastante, y cuando lo hacían se alteraban, se amenazaban. Por otra parte, era gente humilde, trabajadora y de confianza, no sé qué pudo haber pasado".

El relato de un vecino de Molles de Quintero (Durazno) muestra la sorpresa que ganó terreno en la pequeña población rural.

La Policía y la Justicia de la ciudad de Paso de los Toros (Tacuarembó) investiga la muerte a tiros de dos hermanos sexagenarios, cuyos cadáveres fueron encontrados el domingo 27 en su humilde vivienda de campo.

Los fallecidos tenían un tercer hermano y no se descarta la intervención de éste, aspecto que está el proceso de investigación. Vivían en dos casas de humilde construcción, carecían de energía eléctrica y de agua potable.

Las edificaciones están ubicadas dentro de la parcela de un establecimiento agropecuario de la zona de Molles de Quinteros, a 83 kilómetros al norte de la ciudad de Durazno.

"La zona no es de fácil acceso; si venís solo, seguro te perdés", dijo a El País un hombre de la localidad de Carlos Reyles que ofició de guía para dar con el apartado lugar en donde se produjo el hecho de sangre que conmocionó la zona rural compuesta por estancias de miles de hectáreas en donde se observan plantíos y producción ganadera.

"No salgo del asombro, los conocía a todos ellos de chiquitos; uno de los cuatro varones falleció el año pasado y hace un par de semanas vino la madre a visitarlos", relató un vecino que prefirió no dar a conocer su nombre.

Dijo que los dos fallecidos, así como el otro hermano, son una familia conocida por todos. "Hacían changas, trabajadores como ninguno. Además podías dejar un montón de dinero que no te tocaban nada", agregó.

En la tarde de ayer policías de la seccional de Molles, ubicaron en la zona de la represa de Baygorria, al tercer hermano. Su declaración será clave para esclarecer el hecho.

PASO DE LOS TOROSVÍCTOR D. RODRÍGUEZ