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La grieta

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Nadie esperaba una votación tan reñida. Nada hacía prever que entre la propuesta que resultó ganadora y la que terminó siendo derrotada hubiera apenas un voto de diferencia.

Pero cuando se contaron los votos, las caras de satisfacción de unos y los gestos de desaprobación de otros mostraban, a quien quisiera verlo, que la grieta que se había abierto entre ambas facciones sería difícil de cerrar.

Creo que no nos estamos entendiendo. ¿Quién habló de la asamblea de la AUF en la que por 10 votos a nueve se aprobó la moción de entablar negociaciones con una empresa de indumentaria deportiva interesada en vestir a la selección uruguaya? ¿Quién mencionó a esa reunión, transmitida en directo por radio y televisión, y seguida por los uruguayos como si en ella le fuera la vida misma a la República? ¿Quién aludió a ese debate público en el que se dijo que estaban en juego la democracia, la libertad y los mismísimos principios artiguistas?

No. Nada de eso. No todo pasa, mal que le pese a algunos, por el fútbol. De hecho, en la misma semana que pasó, el Pit-Cnt resolvió, por 21 votos a favor y 20 en contra, convocar a un paro parcial para el 15 de septiembre y a una marcha hasta el Parlamento para reclamarle al gobierno que no postergue para el 2017 gastos presupuestales.

Los que ganaron —los más críticos del gobierno— sostienen que hasta que no se vote la Rendición de Cuentas hay tiempo para doblarle el codo —un poco más— al presidente Tabaré Vázquez y al equipo económico. Los que perdieron, incluyendo al propio presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, y al siempre locuaz Marcelo Abdala, consideran que ya se logró que el gobierno aceptara flexibilizar las pautas salariales. Hasta consiguieron que el ministro Danilo Astori, que decía que esa medida sería absolutamente inviable, tuviera que salir a explicar por qué, de golpe y porrazo, a pura presión sindical, lo que un día no se podía al día siguiente era una realidad.

Los que perdieron no se quedaron callados. "El paro es un disparate", clamó Pereira. Una forma de decirle al presidente "esta vez no fuimos nosotros, sino sólo algunos de nosotros".

Pereira llegó a decir que "no se pueden hacer paros que la gente no comprenda". ¿Desde cuándo, Pereira? ¿O la gente entiende que al trabajador lo dejen a pie porque el transporte ha decidido parar? ¿O se entiende que los taxis paren en rechazo a Uber, dando así más trabajo a su competidor?

Desde la otra vereda, el dirigente de la bebida, Richard Read, salió al cruce de Pereira y le recordó que la central, democráticamente, resolvió el paro y que el estatuto advierte que los sindicatos o dirigentes gremiales no se pronunciarán públicamente en contra de lo que resuelva el Pit-Cnt.

Read se preguntó si el presidente de la central sólo apoyará aquellas medidas con las que esté de acuerdo y si "demonizará" a quienes no piensan como él.

Como se ve, la unidad sindical sólo queda de manifiesto en los discursos del 1° de Mayo y cada cinco años, cuando quienes hoy están en veredas opuestas se suben juntos a las tribunas para pedir el voto por el Frente Amplio. [email protected]

LA COLUMNA DE PEPE PREGUNTÓN

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