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El futuro de un país está en "la ciencia" y la "curiosidad"

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Directora del Área de Educación en Ciencias del Instituto Weizmann, Liat Ben David. Foto: Presidencia
Vicente-Manuel-Tort

EDUCACIÓN

Académica israelí pide apostar a la ciencia durante “toda la vida”.

Directora del Área de Educación en Ciencias del Instituto Weizmann, Liat Ben David. Foto: Presidencia
Directora del Área de Educación en Ciencias del Instituto Weizmann, Liat Ben David. Foto: Presidencia

Tomar una cerveza tiene su ciencia. El gas y la espuma son dióxido de carbono, producido por una levadura que atrae a las moscas y que estas desperdigan. Esos hongos hacen que el producto sepa igual en cualquier parte, algo esencial en las compañías cerveceras multinacionales, por lo que la cepa se guarda en nitrógeno líquido. Estos son solo algunos detalles, mezcla de química y física, que esconde la bebida alcohólica más consumida en Uruguay. Liat Ben David, directora de Educación de la Ciencias en el instituto israelí Weizmann —donde estudió el presidente Tabaré Vázquez— sabe que esto es así. Pero no fue esta la razón que la llevó a juntarse en bares, cerveza de por medio, con varios jóvenes de su país. En todo caso se propuso liderar un proyecto de popularización del pensamiento crítico, de llevar la ciencia a la calle, porque, dice, "allí está el futuro de un país, también de Uruguay".

La cultura judía "fomenta la curiosidad, el cuestionamiento y la investigación desde una edad temprana". Esa es la razón, según esta bióloga, por la que Israel ha conseguido más de 12 premios Nobel en menos de 70 años de existencia. Y a su entender parte de este pensamiento es el que es necesario expandir, pero "no para obtener galardones", sino para "dar posibilidades a la población".

En Israel, como en Uruguay, fueron muy criticados los resultados obtenidos por los alumnos de 15 años en las pruebas PISA. La diferencia entre ambos países está en que el Estado situado en Medio Oriente logra "altos porcentajes de graduados en el liceo y la universidad".

Esto demuestra que si una sociedad "quiere lograr un aprendizaje próspero, debe alentar e invertir en educación e investigación durante toda la vida, independientemente de cualquier prueba internacional". En Uruguay no se alcanzará al 1% del PIB destinado a investigación y desarrollo hacia 2020. En Israel, ya ahora, lo destinado supera al 4,3% (y eso que su PIB es seis veces mayor).

Ben David dio una serie de conferencias y recorrió Uruguay con la idea de potenciar el estudio de la ciencia. En su visita comprobó que, a pesar de las diferencias señaladas, ambos países comparten un problema común: la desigualdad de acceso de las mujeres a esta área del conocimiento.

"Lo importante es apuntar a la excelencia y reconocer a quienes hacen aportes exitosos, sean hombres o mujeres, para el bien de la humanidad", explicó. Y aun cuando "este sea una camino largo, ya está habiendo un cambio de tendencia". La ciencia así lo dice.

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