Exportadores advierten dificultades para acceder a los mercados por baja competitividad.

Anivel empresarial tienen reparos sobre el efecto que lograría una flexibilización del Mercosur. Sostienen que de no producirse mejoras en la competitividad los productos verán igualmente problemas para acceder a los mercados y advierten sobre el efecto que pueden tener algunos tratados comerciales en el cierre de empresas locales.

Esta semana, Uruguay tuvo el apoyo explícito de Argentina para negociar una flexibilización a la estructura del Mercosur que permita lograr acuerdos con terceros países. La próxima semana se espera la llegada del canciller de Brasil, José Serra, quien es crítico con el bloque porque, ha dicho, "deja mucho que desear", y apuesta a firmar tratados bilaterales. Paraguay se estima a nivel oficial que estaría afín a seguir la misma línea.

"De la palabra al hecho a veces hay un trecho. La verdad es que hace tanto que lo esperamos que ahora lo digan es bueno, pero habría que avanzar más rápido y no olvidarse que si bien los acuerdos son el fondo, el país tiene que ser competitivo porque si no es como hacer una carretera y que no haya autos para usarla", dijo a El País el presidente de la Unión de Exportadores, Álvaro Queijo.

"Los acuerdos son buenos porque nos permiten competir en igualdad de condiciones con países que hoy están negociando tratados, pero si no somos más competitivos por más que tengamos los mejores tratados no vamos a poder llegar", agregó. Para Queijo, en este sentido, acuerdos con los grandes mercados como el europeo, el asiático o Estados Unidos serían clave. "Es importante hacer acuerdos con mercados que puedan tener realmente capacidad de pago", afirmó.

En estos casos la carne, uno de los principales productos de exportación, podría tener ventajas que hoy están teniendo otros países que están formando acuerdos bilaterales que Uruguay no puede.

Pese a ello, el presidente de la Cámara de Industrias, Washington Cavallo, dijo que Uruguay tiene problemas de "producción y volumen" agravados por la pérdida de competitividad que deberían trabajarse.

"La clave es firmar acuerdos que no perjudiquen a la industria uruguaya. Necesitamos acuerdos que tengan desgravación parcial para que las empresas a las que se les va a hacer difícil competir por falta de competitividad puedan ir adecuando su realidad. No queremos que se firmen acuerdos que lleven al cierre de las empresas locales especialmente las que demandan empleo y recursos uruguayos", sostuvo Corallo.

Corallo considera que las industrias que más beneficios verían de la firma de tratados comerciales serían las del sector agropecuario. Pero también dijo que podría ser una salida para industrias que hoy tienen problemas. "Hay empresas que con estructuras de costos adecuadas, con mejoras en las tarifas podrían salir adelante. Este es el caso de los lácteos que es una industria fuerte, pero con problemas y, por ejemplo, podría colocar su producción en China", dijo el presidente de la Cámara de Industrias. Lo mismo dijo que podría ocurrir con los vinos en donde adecuando su producción se podría salir a competir en el mundo.

Queijo, por su parte, planteó que las industrias que tienen valor agregado podrían expandirse más, pero también insistió en las mejoras de la productividad.

Lo cierto es que pese a que el gobierno pueda tener acuerdos bajo la manga, los mismos no se darían de la noche a la mañana. Los empresarios consultados consideran que se trata de procesos de quita de aranceles que llevarían 10 años.

Asimismo, el gobierno debería administrar las posiciones internas, especialmente dentro del Frente Amplio donde han criticado al Canciller Rodolfo Nin Novoa por apelar al bilateralismo y dejar de lado el Mercosur.

De hecho, la resolución del Mercosur y la oposición de sectores del Frente Amplio, hicieron caer las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en el primer gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010).

EL REDISEÑO DEL MERCOSUR