La fiscal Mónica Ferrero apeló ayer el fallo de la jueza Dolores Sánchez que dejó en libertad a los dos enfermeros acusados de asesinar a 15 pacientes. Sánchez les otorgó la libertad el pasado jueves, argumentando que no existen pruebas para condenarlos.

La fiscal espera un informe de la Justicia para argumentar su apelación, la que coincide con el primer fallo que envió a los enfermeros a prisión.

Marcelo Pereira y Ariel Acevedo estuvieron recluidos en la cárcel de Juan Soler, en San José, durante los últimos tres años, luego de haber sido acusados de la muerte de 15 pacientes el Hospital Maciel y la Asociación Española, donde desempeñaban funciones hasta ese momento.

Ambos enfermeros habían confesado el asesinato de los pacientes por “cuestio- nes humanitarias” y, afirmaron, haber utilizado aire y morfina. Sin embargo, estas declaraciones fueron luego cambiadas.

Pereira declaró que había confesado bajo presión y que se lo había amenazado con represalias contra su esposa, quien había sido conducida a declarar.

Acevedo, por su parte, indicó que su confesión se debió a un mal consejo de su primera abogada, quien dijo que, dadas las pruebas, podría negociar una pena baja. En ese momento se pidieron 16 y 14 años de prisión, respectivamente.

La jueza del caso dijo, además, que la sola confesión no constituye plena prueba y que, como no sucede en este caso, los hechos deben respaldar dicha confesión.

En el caso de los enfermeros, la Junta Médica que estudió el caso determinó que la cantidad de aire que debió administrar Acevedo para provocar algún tipo de descompensación es muy grande. Argumentó, además, que no existen pruebas que indiquen que la inyección de aire provoque la muerte.

Por otro lado, la Junta explicó que la morfina por sí sola no es causa de muerte.

En la sentencia se explica que no se encontraron cantidades importantes de morfina en los pacientes que atendió Pereira, quien había confesado el suministro de la droga por fuera de la indicación médica.

Además, se pudo comprobar que la muerte de algunos de los pacientes que él mismo había confesado matar se había concretado en días u horarios que el enfermero no había concurrido a trabajar.

Otra de las pruebas que se manejaron fue el envío de SMS entre los enfermeros y una colega en donde se hablaba de una “limpieza” de pacientes.

La enfermera estuvo en prisión por un año y medio hasta que se la recaratuló como “encubrimiento” y se la dejó en libertad.

Sin embargo, en la última sentencia se explica que el término “limpieza”, en este caso, refiere a una depuración del alma, y el término es en general utilizado en la religión umbandista a la que pertenece Acevedo.

La Justicia los dejó en libertad el jueves por falta de pruebasGABRIELA CORTIZAS