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Familias eligen radicarse en el campo tras electrificación rural

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Oscar Botti y su señora resolvieron irse a vivir al campo. Foto: N. Araújo

Se establecen en paraje donde cerraron 3 escuelas por falta de alumnos.

El sábado se celebró el día del trabajador rural y en Cerro Largo se conocieron noticias alentadoras para el sector agropecuario. En lo que parece ser un cambio en la tendencia de muchas décadas, algunas familias comienzan a volver a vivir en el campo.

La despoblación de las zonas rurales es uno de los problemas socioeconómicos que han afectado a Uruguay y con particular énfasis en la zona rural del noreste. En la 12 sección judicial de Cerro Largo cerraron tres escuelas en el último año por falta de alumnos.

Ahora, con la llegada de la energía eléctrica se abre la posibilidad de que se instalan nuevos vecinos atraídos por la posibilidad de contar con algunas de las comodidades que se cuenta en la ciudad, según informaron algunos vecinos.

La electrificación rural cubre algo más del 90% del departamento de Cerro Largo, según cifras manejadas por jerarcas de UTE.

Cambios.

Óscar Botti tiene 59 años, es un trabajador rural que visitaba su establecimiento una o dos veces por semana y había resuelto quedarse en la ciudad, por diversos motivos, entre ellos la falta de acceso a la tecnología que, además de "enlentecer las actividades cotidianas, le encarecía todo", dijo a El País.

Hace dos meses que, junto a su señora, resolvió radicarse en su establecimiento rural de paraje Cañas, a 40 kilómetros de Melo. Desde hace dos meses la zona cuenta con energía eléctrica luego que UTE aplicara un plan de electrificación rural para llegar a tres escuelas de la zona. Para ello instaló una red de 150 kilómetros de cableado.

"Teniendo mis cultivos, mis vacas y mis gallinas tomando aire puro donde nadie lo contamina, donde la violencia, el robo y el hambre no existen; no podía irme al campo porque no tenía los elementos necesarios para poder vivir y desarropar las tareas, todo por falta de energía eléctrica", afirmó.

Precisamente, el productor aseveró que la posibilidad de contar con electricidad cambió su vida y la de su familia.

"La heladera que antes era a gas nos encarecía todo, no teníamos electrodomésticos co-mo microondas, batidoras, licuadoras, lavarropas, televisores solamente a batería y se agotaba si no había viento para mover el cargador aéreo o sol para el panel recolector", dijo.

Botti fue el encargado de hacer uso de la palabra en ocasión de la inauguración de la red eléctrica. Al respecto, sostuvo que para antes alambrar se demoraba "mucho tiempo barrenando piques con un berbiquí" manual, y ahora "con un taladro eléctrico podemos agujerear cerca de mil piques en poco tiempo", sostuvo.

Además, recordó que el agua potable ahora con una bomba sumergible se puede traer el vital elemento hacia tanques desde varios metros de distancia, lo que antes era imposible, había que cargar con barriles en carros tirados por caballos.

"Ahora con la luz en la campaña se pueden llevar a cabo proyectos de vida plenos y enriquecedores, y mucha gente volvió al campo en estos últimos dos años", afirmó.

Volver.

Willen Sosa es otro productor que volvió a campaña y en particular a Cañas. Consultado por El País, dijo que siempre pensó que cuando se jubilara se quedaría en la ciudad a pesar de que la campaña le gusta mucho más, pero que sin las comodidades como en la planta urbana, no quería irse.

Hace pocos meses, Sosa resolvió cumplir su sueño y se mudó al campo junto a su esposa. El hombre ya está jubilado y su esposa sigue trabajando como docente. La llegada al campo de la energía eléctrica le permitió cumplir su sueño.

"Ahora tenemos todo, hasta televisor plasma, podemos cargar el celular, cortar pasto con la maquina eléctrica y todo lo que antes no se podía por falta de luz, ahora podemos, nos cambió la vida. Si esto hubiese pasado 20 años atrás nos habíamos venido antes a vivir en campaña", sostuvo.

INE dice que el 5% vive en el campo; técnico habla de 12%.

Para el Instituto Nacional de Estadística (INE) la población rural en Uruguay viene sufriendo bruscos descensos, que la ubican en 13% en 1985, en 9% en 1996 y en 5% en 2011.

Sin embargo, en el año 2013 el investigador y exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar) Diego Piñeiro, sostuvo que en realidad la población del campo alcanza al 12%.

La diferencia, según Piñeiro, se vincula a que para el INE la población rural se define como aquella que vive en "centros dispersos". Sin embargo, el proyecto técnico de Piñeiro tomó en cuenta aquellos centros habitados existentes en donde la mayoría de la población económicamente activa trabaja en tareas vinculadas al campo. "La mayoría de las personas que trabajan en el campo residen en pequeños o medianos centros poblados ya que existe una migración hacia esos lugares, desde los establecimientos debido a que los mismos ofrecen mejores servicios básico", explicó.

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Oscar Botti y su señora resolvieron irse a vivir al campo. Foto: N. Araújo

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