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Falta de transparencia en la IMM

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Lo del título no es una opinión, sino un hecho empírico. Diferenciándose de sus antecesores Ricardo Ehrlich y Ana Olivera, el intendente Daniel Martínez cambió la forma de hacer los acuerdos semanales con su gabinete.

En esta instancia, que es pública y se realiza los días lunes tanto para la prensa como para cualquier ciudadano, el intendente aprueba todas las resoluciones de las reparticiones municipales. Habitualmente no hay discusiones profundas y si no se logra un acuerdo inmediato sobre un asunto, éste es retirado para su revisión.

¿Cuál es el cambio? Martínez liberó a sus directores de la responsabilidad de leer los resúmenes de los temas que se aprueban en esta importante instancia. Ahora, solo dan cuenta de aquellos que consideran "importantes". Y algunos, en ocasiones, directamente no leen nada.

La idea de Martínez, seguramente bienintencionada, es que exista un trabajo transversal antes de llegar a los acuerdos, quitar burocracia y eliminar "chacras". Sin embargo, sólo eliminó 25 minutos de una reunión que no es otra cosa que la instancia de mayor transparencia en la administración municipal de Montevideo.

El trámite normal de un acuerdo no debería superar los 45 minutos dando lectura a un párrafo que resume cada tema; así ha sido desde hace muchos años. Este simple acto les permite a 15 jerarcas sentados alrededor de una mesa advertir errores, mejorar coordinaciones, hacer salvedades sobre asuntos de fondo y de forma. Observaciones que pueden evitar aspectos "menores" como que salga un error en una plaqueta que se colocará en la ciudad, o "mayores" como un juicio millonario contra la comuna. Otro ejemplo gráfico podría ser el de la ruptura de una obra nueva de vialidad para incorporar un semáforo, algo que podría ocurrir si solamente dos directores no hacen las coordinaciones correspondientes.

A los acuerdos puede concurrir un vecino afectado por una expropiación o un periodista interesado por un tema que quizás no sea "relevante" para un director, al que por tanto no podrá entrevistar en ese momento.

El cambio introducido por Martínez tampoco ayuda a eliminar las "chacras". Un jerarca podrá bajarle el perfil, incluso por motivos políticos, a un asunto que otro director sí puede entender relevante.

Difícilmente todos los directores puedan estudiar la totalidad de los asuntos, que pueden ser fácilmente 70 u 80 en un acuerdo. En la misma situación se ubica el intendente, quien colocará su firma al pie de cada resolución. Demasiadas pérdidas para ganar 25 minutos de tiempo.

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