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En el FA no logran "emparchar el alma"

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Pasaron dos años y dentro del Frente Amplio no lograron "emparchar el alma", una expresión usada por el expresidente José Mujica para hacer referencia a las diferencias que estallaron en su gobierno con el Ministerio de Economía.

Esa y "quererse un poco más entre los compañeros" fue la consigna a la que convocó Mujica el 20 de febrero de 2013 tras llamar a un Consejo de Ministros de emergencia para evitar que el enfrentamiento por decisiones de política económica entre el astorismo y su entorno con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) provocara un quiebre.

Pero ni él mismo logró cumplir con el petitorio.

La semana pasada el propio Mujica hizo pública una carta dirigida al ministro de Economía, Danilo Astori —su vicepresidente en el período anterior—, en la que preguntó sobre el caso de Ancap "por qué no se planteó investigar si la cosa era tan mala" y "por qué no lo planteó" en el Consejo de ministros. "¿Acaso trataba de ayudar a la empresa pública?", preguntó Mujica.

El ministro Astori no tardó en reaccionar y respondió en otra carta pública a Mujica el sábado 12, dejando en claro que los problemas entre ambas corrientes en la coalición de gobierno se arrastran desde hace tres años.

"Te pido recuerdes una tensa sesión realizada en 2012, durante la cual Fernando (Lorenzo, entonces ministro de Economía) y yo hicimos una extensa e intensa argumentación al respecto. Lamentablemente, nuestros planteos fueron inútiles. No obtuvimos ninguna respuesta ni percibimos la más mínima reacción ni tuya ni de la OPP que, te recuerdo, es la institución especializada en el seguimiento y control de las empresas públicas", dijo Astori, quien consideraba entonces que las inversiones en las empresas públicas estaban "fuera de control".

El enojo de 2012 siguió en 2013 en donde diversas fuentes políticas dejaron en claro a El País que dentro del gobierno había un "desgaste" debido a una "saturación" porque nada había cambiado. De hecho, había funcionarios que no se dirigían la palabra. A tal punto era la situación de quiebre y descoordinación entre el Ministerio de Economía, la OPP y las empresas públicas que el entonces ministro Lorenzo se enteró de la inversión de US$ 40 millones de Antel en el complejo polideportivo Antel Arena cuando el proyecto ya estaba encaminado.

Y los encontronazos no terminaron allí. A fin de ese año Lorenzo presentó renuncia, por propia iniciativa, buscando facilitarle el camino a la Justicia en la investigación por el caso Pluna.

"Ha sido un ministro brillante y casi por momentos obsesionado con el interés del país", subrayó Mujica en conferencia de prensa en ese entonces. La frase parecía tender un puente entre el mujiquismo y el astorismo en cuanto al respaldo de la gestión. Pero dos años después las diferencias vuelven a surgir entre ambos sectores de izquierda y los protagonistas no son diferentes. La novedad es el anuncio del presidente Tabaré Vázquez de que la consigna ya no será quererse más sino encarar el problema, en este caso de Ancap la capitalización de la empresa pública (se habla de unos US$ 1.000 millones) y la remoción de su cúpula.

Astori vs. Mujica

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