FA bloquea investigación pero procura distanciarse de los K
Problemas en Argentina y Brasil “no serán de impacto en Uruguay”, argumentó Tourné.

El Frente Amplio resolvió no habilitar la formación de una comisión investigadora sobre la corrupción en Uruguay. La comisión había sido planteada por el senador colorado Pedro Bordaberry a partir de los casos que involucran a altos funcionarios de los gobiernos kirchneristas en Argentina y del Partido de los Trabajadores en Brasil, que en la última década han mantenido fuertes lazos con la izquierda local. De todos modos, en el Frente Amplio buscan desmarcarse de los casos de corrupción en la región, en particular los que surgen en Argentina, país que esta semana quedó frío cuando José López, exsecretario de Obras de los gobiernos de los Kirchner, fue descubierto enterrando US$ 8,9 millones en un monasterio de la provincia de Buenos Aires.
Desde el Frente Amplio el principal argumento que se utilizó para negar la investigación es que estos hechos no pueden relacionarse con Uruguay, y que el país tiene el mejor índice de transparencia de América Latina. "Por más que existan problemas en la región no son de impacto directo y que involucren al país", dijo la senadora Daysi Tourné, que presidió la comisión preinvestigadora que recibió ayer la denuncia de Bordaberry. La decisión de no habilitar la investigación se tomó por dos votos a uno: Tourné y Ruben Martínez Huelmo, ambos del FA, por la negativa; y el colorado José Amorín por la positiva.
"Todos coincidimos en que Uruguay no tiene problemas serios de corrupción en este momento, ni siquiera sospechas", remarcó Tourné.
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El caso López impactó tanto en las huestes de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que varios operadores K comenzaron a abrirse rápidamente diciendo sentir "vergüenza" y "bochorno".
Sectores del FA que en el pasado gobierno de José Mujica tenían relaciones estrechas con el kirchnerismo y La Cámpora —el movimiento cuyo referente es Máximo Kirchner, hijo de Néstor y Cristina—, ahora también toman distancia.
"Esto no roza a Uruguay. Pero nos alarma la devaluación de la actividad política, que una persona con paquetes con millones de dólares de origen espurio aparezca tirándolos en un monasterio. No tiene lógica ninguna", dijo a El País el senador del MPP, Martínez Huelmo.
Agregó que "la estrecha relación" con los gobiernos K "era diplomática, y política en el caso del Mercosur", pero "no tuvimos a nivel de gobierno una vinculación de especie alguna. Hay una cercanía con el PT brasileño pero eso no significa nada". Luego sostuvo que "nosotros aventamos cualquier tipo de vinculación al respecto".
Las relaciones políticas eran tan profundas con algunos grupos del FA, que en septiembre de 2014 la senadora Constanza Moreira defendió acérrimamente a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. "He sido de las pocas defensoras del gobierno argentino en nuestras filas en el Parlamento", expresó Moreira en El Observador. "Los gobiernos K en Argentina han sido los mejores de los últimos 30 o 40 años", remató.
En octubre de 2015, cuatro días antes de las elecciones argentinas, el MPP envió a un representante a reunirse con La Cámpora, para hacer efectivo el apoyo al entonces candidato kirchnerista Daniel Scioli. El diputado Jorge Meroni fue el encargado de dar el mensaje. En tanto, el diputado socialista Gonzalo Civila viajó a Buenos Aires para hacer campaña por Scioli, y el diputado suplente del MPP Mathías Dutra ofició de fiscal por el kirchnerista Frente para la Victoria, que tenía a Scioli como candidato, en la primera vuelta electoral del 25 de octubre.
Otros sectores del oficialismo, como Asamblea Uruguay, nunca estuvieron tan de acuerdo con la relación profunda con los gobiernos K. Y ahora lo recuerdan: "La realidad argentina solo se supera a sí misma. Nosotros nunca nos sentimos parte de ellos como una corriente ideológica de izquierda con un discurso con contenidos de izquierda pero que después se veía que no lo era", dijo el diputado José Carlos Mahía. "Yo no asumo a la línea K como de izquierda", concluyó.
La Cámpora y la planta de Ancap.
En octubre de 2013, en medio de una liturgia kirchnerista por parte de La Cámpora y el Pit-Cnt, los entonces presidentes Cristina Fernández y José Mujica inauguraron la planta desulfurizadora de Ancap en La Teja. Alabaron a Néstor Kirchner, a Juan Domingo Perón y a la propia Fernández. Los jóvenes cantaron y arengaron durante los discursos de la presidenta, de Mujica y del sindicalista Marcelo Abdala. Con sus gritos y arengas, los jóvenes permanecieron un rato luego de que Fernández abandonó el lugar junto a Mujica. El acto costó US$ 360.000, según surgió de la comisión investigadora sobre Ancap.
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