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Se extinguió un bastión de los bares de Malvín

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Manuel Ribeiro(túnica blanca) y su esposa (a su derecha) junto a amigos y parroquianos. Foto: Marcelo Bonjour

ESQUINA DE COPAS Y COPETINES

El café y almacén El Volcán estuvo abierto desde 1947.

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El bar cumplió 70 años en 2017 y su dueño Manuel trabajó allí desde hace casi 60 años. Foto: Marcelo Bonjour
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Bajó las cortinas El Volcán en una ochava histórica de Malvín, en Avenida Italia y la intersección de Solferino y Monzón. El edificio en que se ubicó hasta ayer el café y almacén está a la venta.

Al propietario de El Volcán se le venció el contrato de arrendamiento del inmueble y por cansancio decidió colgar la túnica blanca, jubilarse del diario quehacer.

El boliche abrió sus puertas en 1947 y tuvo 4 propietarios; Francisco Pazos fue el primero, dueño además de todo el edificio erigido en una zona en donde por entonces aún no había mucha población, al punto que los habitantes más recordados de aquella época en el folclore local siguen siendo los gitanos.

El nombre elegido para el bar se habría debido a la invasión de cenizas que soportó Montevideo pocos días después de la erupción de un volcán de Chile.

Manuel Riveiro, que hoy tiene 78 años y hasta ayer fue el último dueño de un comercio que aún dejaba ver la valiosa carpintería en roble original en el espacio del almacén y los mármoles de todos sus mostradores, había llegado a Uruguay desde La Coruña en 1957 y el 2 de mayo de 1958 ya estaba trabajando allí como empleado.

En 1961, época de la grappa con limón, la caña y el espinillar, junto a uno de sus cinco hermanos, el mayor, José, aprovechó la oferta de venta y decidió zambullirse en el mundo de los prestamistas para conseguir el dinero y convertirse en uno de los nuevos dueños de El Volcán. Por el 65 los Riveiro conformaron una sociedad anónima y desde 1977 Manuel se quedó solo en Malvín, mientras que dos hermanos, entre ellos José, se dedicaron a otro bar de Instrucciones y Mendoza que también habían comprado en la década de 1960.

Con Daría Vilariño, que hasta ayer despachaba en la fiambrería, Manuel cumplió los 50 años de casado. En Uruguay tuvieron dos hijos, uno de los cuales está en estos días en Montevideo para dar una mano, pero piensa retornar a España. Daría, oriunda de Santa Comba, un pueblo próximo al que nació y se crió Manuel (la localidad de A Baña) llegó a Uruguay el 1° de noviembre de 1958 en un barco francés desde Vigo, en tiempos en que la autorización para viajar tenía que darla el cura de la comarca.

Famosos.

Los parroquianos del boliche de copas y copetines que cerró sus puertas llegaron a fundar un equipo de fútbol que llevaba su nombre y que tenía camiseta gris, en referencia al color de las cenizas volcánicas que llegaron desde los Andes. Todo eso quedó en la historia, como quedará el permiso municipal aún vigente que autoriza a ingresar al bar solo a hombres, por la sencilla razón de que no hay baño para mujeres, aunque en algún momento se planeó construirlo con azulejos y artefactos regalados por Metzen y Sena que se mantienen en depósito en un sótano.

El Volcán mereció capítulos televisivos producidos por Coral Cine y conducidos por Marcelo Fernández en el ciclo Boliches que emitió Canal 10. En ellos puede verse a personajes otrora famosos que han pasado por el bar, como el juez de fútbol Roque Tito Cerullo, o a damas que en su infancia iban al almacén de compras o a comer galletitas, como las conductoras Julia Moller y María Inés Obaldía.Boliches, bares, patrimonio.

Un trabajo que no daba ganancias

El 8 de diciembre se llevará a cabo el remate del mobiliario del bar y despensa El Volcán. Su propietario Manuel Riveiro dijo a El País que el cierre del comercio no se debe a otro motivo que su cansancio. Quiere jubilarse. Pero junto a esa causa asoma otra. "Los impuestos, bueno, tenemos que pagarlos todos. Trabajando no hay problema. La cosa es que el trabajo ha bajado mucho y si trabajo todo el día y no me queda nada, no me sirve". De aquí en más, piensa realizar junto a su esposa un segundo viaje a España y en la próxima fiesta gallega tocar la pandereta, su instrumento preferido.

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