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Tras la experiencia Jubilar, abrió sus puertas Francisco

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Pablo Galimberti recibiendo a los jóvenes que hacen fila. Foto: D. Rojas.

Comenzó a funcionar en Paysandú el liceo Francisco. Inspirado en el Jubilar, es el primer centro educativo del interior del país privado y gratuito, que se construyó en tiempo récord.

Cincuenta adolescentes de barrios de contexto crítico empezaron las clases, en un amplio edificio destinado a retiro espiritual y que la iglesia Católica cedió en comodato por 30 años para que fuera reformado con este fin. El padre Gonzalo Aemilius que ayudó en el proceso de formación, les hizo llegar desde el Vaticano una táblet obsequiada por el papa Francisco que será subastada para recaudar fondos.

"La idea surge en octubre 2012, en un grupo de familias que sintieron la necesidad de crear un espacio educativo para salvar a niños y adolescentes que muchas veces conviven en entornos donde impera la drogadicción y la delincuencia", explicó a El País Mónica Olivelli, fundadora del movimiento.

"En lugar de criticar, dijimos: vamos a hacer algo. Y al conocer la obra de Aemilius en el liceo Jubilar Juan Pablo II quedamos fascinados por los resultados que habían logrado con jóvenes de los barrios Borro y Marconi. Aprendimos que con voluntad y mucho trabajo, todo era posible" indicó la encargada de transmitir la experiencia en Paysandú.

Junto con Elena Zorrilla y Nilda Sandri, comenzaron a diseñar un centro educativo de tiempo completo, religioso y gratuito de gestión privada para atender a jóvenes de los barrios Norte, P3, Curupí y Las Brisas.

"Promovemos al liceo como un espacio donde puedan plasmar sus sueños e iniciativas, compartiendo con otros y descubriendo que es posible cumplirlos. Nuestro trabajo intentará abarcarlos en su plenitud y fortalecerlos en todo sentido", señaló Olivelli, y citó como ejemplo que los adolescentes después de pasar gran parte del día en la institución "se irán a su casa, bañados y merendados. Muchos de estos muchachos no tienen baños completos en sus casas".

Sostienen que es un liceo "que dignifica al alumno y a su familia. Lo ubica dentro de la sociedad y le da herramientas educativas y espirituales, para que el mismo pueda integrarse a un sistema que lo ha mantenido fuera desde su nacimiento. El liceo Francisco va a tratar de que el joven sea un agente de cambio, a través de él cambiará su entorno, su familia y quizás de a poco su barrio", indican los promotores de la idea que vio la luz.

Después de trabajar durante un año en el proyecto, el Ministerio de Educación y Cultura autorizó su creación en julio del año pasado. En tiempo récord lograron reunir cerca de $ 10 millones para iniciar la obra y habilitarlo para su funcionamiento. "Esto es un milagro", recuerda que le dijo Aemilius al grupo que formó la Fundación laica asociada a la iglesia y que de hecho actualmente es presidida por Pablo Galimberti, obispo de la Diócesis de Salto.

La cocina antigua se transformó en laboratorio y viejos cuartos en sala de informática. Además, el espacio verde que rodea las instalaciones transmite paz e inspiración para alumnos que vienen desde sus casas con diferentes dificultades.

El proyecto final insumirá un millón y medio de dólares. Incluye nuevas instalaciones y un polideportivo que será desarrollado en el predio que conforma una manzana entera.

Visión de Galimberti.

El obispo de Salto, Pablo Galimberti, dijo que detrás de este proyecto "hay muchas ilusiones y muchos sueños". "Es una inmensa alegría ver la cara de los chicos y que estén sus familias acompañando", indicó. También destacó el trabajo de la comisión detrás de esta iniciativa, así como el apoyo de un conjunto de empresas.

"Tenemos la ilusión de que estas energías de uruguayas y uruguayos se sigan volcando en iniciativas valederas que no pretenden competir con la enseñanza pública, sino contribuir al bien de la familia.

El presidente de la Fundación desea que este primer liceo del interior "se multiplique e incentive a los organismos de la enseñanza pública a que mejoren y lleguen a aquellos chicos que nosotros no podemos llegar y que están buscando oportunidades".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Pablo Galimberti recibiendo a los jóvenes que hacen fila. Foto: D. Rojas.

Comienzo de clases diferente en Paysandú, en una institución “modelo”DANIEL ROJAS

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