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La espada de Oribe llega a la fiesta de la Patria Gaucha

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La espada fue fabricada en Toledo en 1826. Foto: F. Flores

HISTORIAS EN LOS FOGONES

Su dueño, José Luis Braga, cabalgará por las calles de Tacuarembó, a los 88 años, portando la reliquia nacional.

Comprar una espada en una casa de subastas o en una de empeños puede implicar bastante más que la adquisición de una reliquia, y en tal caso, quien decide hacerlo a veces transmite con claridad su intención. Así lo hizo Leandro Gómez en 1842, cuando compró la espada de honor que la Provincia de Córdoba le había entregado a Artigas en 1815, y que entonces esperaba al mejor postor en un remate de Buenos Aires. Leandro Gómez, que participaría de las luchas de los federales con Oribe, reivindicaba así la figura del prócer y enfrentaba la leyenda negra tejida sobre él en aquellos días.

Hace 40 años, el 20 de octubre de1978, en plena dictadura, un militante histórico de los blancos que nunca sin embargo llegó al Legislativo, José Luis Braga, compró en la casa de remates Gomensoro&Castells la única espada de Manuel Oribe que se conserva en Uruguay, y con la cual cabalgará con paso altivo, por primera vez, en el desfile de la edición 32 de la Fiesta de la Patria Gaucha que se cumplirá del 6 al 11 de marzo en Tacuarembó.

Braga había desembolsado N$5.978,88 por la espada, cuando el sueldo mínimo estaba en $ 200; por entonces le juró al anterior poseedor que jamás revelaría su identidad, porque en medio de la puja éste se le acercó a confesarle su cruel delito: "la necesidad tiene cara de hereje", le había dicho al oído, no bien se le presentó como el dueño de la espada fabricada en Toledo en 1826, con una empuñadura en donde un ángel alado toca el clarín y porta el escudo argentino.

Estas características de la pieza se explican debido a que Oribe recibió la distinción por batallas como la de Quebracho Herrado, (librada en 1840 —coincidentemente en Córdoba— entre federales y unitarios), cuando estaba al servicio de Juan Manuel de Rosas y persiguió al general Lavalle, que moriría en el norte argentino.

Fe notarial.

Braga exhibe hoy el testimonio de origen de aquella espada, el documento notarial de la sucesión, pero pasa rápidamente las hojas, hacia atrás y adelante, para seguir manteniendo en el anonimato a quien le hizo el traspaso de la espada.

"Yo vivía al lado del Hotel Carrasco y a la hora de almorzar me llamaron para avisarme que se remataba la espada de Oribe. Me fui sin almorzar, llegué y ya había empezado el remate. Me puse a refistolear atrás de los escritorios, allá en el local de la calle Piedras. Y vino un empleado medio descomedido, porque yo iba muchas veces, y me dijo que tenía que retirarme. Le contesté: ¡quiero ver la espada del general brigadier Don Manuel Oribe, y como usted no me deja pasar, ahora la voy a comprar así la veo todas las veces que me dé la gana!".

—¡Pah, la embarré!— masculló enseguida Braga para sus adentros, en medio de una especie de anfiteatro colmado, en el antiguo local de la calle Piedras, en la Ciudad Vieja.

Me retiré para atrás y me recosté en una pared. Y ahí fue que se me acercó el dueño de la espada y me dijo aquello.

Después de la adquisición, a Braga le llegó una oferta. "La querían de decoración para un cuartel. Pero ¡no! ¡No es decoración! Me considero que soy el tutor, cuido los bienes patrios como propios, pero no tienen precio, no vendo las reliquias del Partido Nacional", recuerda a los 88 años.

Por la patria.

Braga disfruta de 9 hijos, 26 nietos (13 mujeres y 13 varones) y 8 bisnietos. Con algunos de ellos marchará por las calles de Tacuarembó, pagos que no le son ajenos, al contrario. Muchas horas de su infancia las pasó en aquella tierras, en campos de la familia, cercanos a Salsipuedes y El Pedernal, en donde Timoteo Aparicio se batió con Goyo Suárez a lanza pura.

Esas vivencias camperas hicieron que Braga escribiese: "Tierra buena en que viví/los años de mi niñez/te evoco en mi madurez/soñándote desde aquí./Si en tu cuna no nací/llorando cual benteveo/hoy te mando mi gorjeo/pa´l reverso de tu estampa/soy hijo de Estación Pampa/nacido en Montevideo".

Desde aquella infancia, a Braga también le gustó cantar, como lo hizo de adulto acompañado por Los Bagualeros, un conjunto folclórico que integraban unos cuñados y Alberto Zumarán.

Hincha de Gardel y de Charlo, Braga recorrió todo el país en medio de campañas electorales, no solo en auto sino también en avión. A los 18 años ya estaba decidido a hacer el curso de piloto pero debió esperar a cumplir los 21, porque presumía que sus padres no le darían la firma requerida para la instrucción.

"Soy acuariano y toda la vida me gustó navegar y volar. Tuve dos aviones, el primero, un Cessna 175 (un monomotor), que era CX Alfa Zulu Romeo. Después tuve un Cessna 235 (un turbohélice), CX Bravo Eco Juliet", cuenta a la vez que hace pasar las páginas de un álbum de fotos gigante. Otra reliquia histórica para la política nacional. Otro tema.

El norte profundo

La espada que recibiera Manuel Oribe por su lealtad a la causa de los federales artiguistas fue fabricada en Toledo en 1826. El uruguayo y militante del Partido Nacional, José Luis Braga, la tiene en su poder desde hace 40 años y la lucirá en la Patria Gaucha.

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