"El mote de enfermero asesino no se lo van a sacar nunca", sostuvo el abogado de uno de los enfermeros. No descartan presentar una demanda al Estado.
Con la sentencia que los dejó en libertad desde ayer, los enfermeros Ariel Acevedo y Marcelo Pereira ya piensan en cómo encararán su nueva vida aunque saben que volver a su profesión les será difícil.
Acevedo pudo concretar una de sus profesiones frustradas en la cárcel de Juan Soler, en el departamento de San José. Ahí, con la autorización de las autoridades, abrió una peluquería para reclusos y policías, proyecto que ya lleva adelante hace más de un año y le otorga experiencia para desarrollarse cuando sea liberado.
"Me levanto a las seis, trabajo hasta las 14 en la cocina, a las 16 voy a la peluquería, soy el que está a cargo. Y llevo dos años estudiando, estoy haciendo liceo, pero otra orientación, hago Humanístico ahora", relataba Acevedo a El País en una entrevista meses atrás.
El abogado de Pereira, Humberto Teske, dijo que la situación de su defendido es diferente.
Pereira ya tenía todos sus estudios terminados cuando fue enviado a prisión, por lo que no tenía mucho para hacer entre rejas. Sabe, dijo Teske, que le será muy complicado volver a tener un puesto de enfermero a pesar de la absolución.
"El mote de enfermero asesino no se lo van a sacar nunca", indicó el abogado. Sin embargo, dijo que todavía no definió si presentará algún juicio al Estado.
justicia los liberó