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"Egresan de 6° con 15 años y no comprenden un titular"

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Iripé Buzzeti. Francisco Flores
Archivo El Pais

La directora general de Primaria, Irupé Buzzetti, suele recibir halagos de dirigentes de la oposición que son muy críticos con el gobierno. Esto, quizá, se deba a su manera frontal de decir las cosas.

La jerarca no tiene dificultades en reconocer los problemas. Sabe que hay alumnos que egresan de sexto año de escuela sin los conocimientos básicos para enfrentarse al liceo, y no lo oculta. Tiene un plan para modificar esta realidad, pero advierte que llevar adelante cambios de fondo en Uruguay es siempre complicado.

—¿Cómo avanza el plan que se tenía al comenzar el gobierno para que la repetición de los escolares se limite solo a 3° y 6° año?

—En 2016 pudimos avanzar en la finalización de los perfiles de logro para los alumnos, en la creación de libros que dicen claramente lo que tienen que saber según el grado que estén cursando. Además estamos llevando adelante una serie de evaluaciones para determinar en qué situación están los estudiantes. También estamos haciendo un especial énfasis en apoyar a los profesores y a los niños que están más rezagados. Todo esto nos está mostrando cómo podemos intervenir. Porque yo no creo que haya que decretar que no haya repetición, como dijo una vez (el exsubsecretario de Educación y Cultura) Fernando Filgueira. Quiero estar completamente segura de que, si a los chiquilines se les da más tiempo para adquirir los conocimientos, se van a obtener cosas mejores. Yo soy una convencida de que no tiene sentido hacerlos repetir en primero. Eso es ponerles a los chiquilines ya con seis años una mochila de fracasados.

—¿Cree que antes de 2019 se va a poder implementar este plan?

—Los estamos evaluando, capaz que en 2018 podemos tirarnos al agua. Creo que estamos haciendo las cosas seriamente. Esto que nosotros queremos implementar es para que los chiquilines no salgan a los 14 años con problemas, porque a los 15 ya no pueden estar en la escuela y los tenemos que pasar al liceo. Y además, porque no está bueno que un chiquilín de 14 años esté en el recreo con otros más chicos, porque tienen diferentes intereses, porque puede pasar corriendo, pechar y lastimar a uno más chico, o porque se pueden dar situaciones de manoseo.

—¿Está pasando eso?

—Hubo un caso en Costa Azul, pero no es lo común. Pero esto pasa porque los hacen repetir en primero, cuando con 15 años tiene que estar en el Ciclo Básico. Yo no tengo problemas de que, si no llega al nivel que tiene que tener, se haga una pausa en tercero, porque después en cuarto ya tiene que comprender textos, lo que es más difícil, entonces repitiendo ahí se lo puede equilibrar. Lo mismo en sexto, antes de que se enfrente a la educación secundaria.

—¿Y cómo egresan de la escuela, a nivel académico, esos estudiantes de 15 años?

—Y salen con lo mínimo, salen en una situación de que no son capaces de leer el titular de un diario y comprenderlo. Porque desde que entra hasta tercero se le enseñan las herramientas, pero después de ahí tienen que aprender a comprender y a escribir otro tipo de textos, pero como con esos alumnos se gastó la repetición no se los puede emparejar. No pueden comprender historia, o geografía. La evaluación no tiene que servir para que se diga este alumno no sirve, es para buscar soluciones. Pero este es un país donde cuesta llevar adelante los cambios. Hubo todo un lío por pasar el carnet de papel a electrónico...

—En 2015 en Primaria hubo 733.309 inasistencias de maestros, lo que fue un récord. En 2014 habían sido 575.441 y en 2013, 629.321. En el primer semestre de 2016 se llegó a 213.057 faltas. ¿A qué se deben estas cifras?

—Lo que pasa es que en las escuelas, a diferencia de los liceos y las UTU, las maestras son casi todas mujeres. Entonces lo que pasa es que se tiene, además de la gran cantidad de faltas que se dan siempre entre junio y julio por las gripes, una enorme cifra que responden a los embarazos. Esto también nos lleva a gastar un montón de dinero en suplencias.

—¿Cuánto dinero?

—No tengo la cifra global, pero por ejemplo en octubre, que fue el mes que se gastó más, fueron 70 millones de pesos. Porque hay que pagar al maestro que no viene y al que lo cubre.

—¿Y por qué la cifra de inasistencias crece año a año?

—Lo que pasa es que la licencia por maternidad es más larga ahora, porque es un mes y medio antes, un mes y medio después, y el tiempo de lactancia en las escuelas no se puede dar, porque no se le puede decir a la maestra que tiene un turno de cuatro horas que venga dos. En promedio, a una maestra embarazada se la pierde por seis meses. Muchas escuelas tienen un maestro integrador, que es el primer suplente de la escuela y es el que cubre estos cargos.

—¿Cómo están con respecto a la cantidad de docentes, porque el número de egresados cae año a año?

—Sí, baja, pero lo que tenemos es una diferencia importante entre el sur y el norte del Río Negro. Nos estamos manejando mucho con la gente que viene para la capital desde el interior. Desde 2012, cuando yo era consejera electa por los maestros, los estamos haciendo venir. Lo que hacemos es darles dos cargos, uno en la mañana y otro en la tarde, para que le valga la pena. Así pueden llegar a sueldos de unos 40.000 pesos.

—¿Y dónde viven?

—En general vienen en grupo y alquilan. Estamos trabajando con la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) intentando que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) habilite algunas propiedades que tiene y no usa. Para que puedan ir a vivir ahí. Es darles una ventaja para que al menos no tengan que pagar el alquiler.

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Iripé Buzzeti. Francisco Flores

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