DEBUT

Desde ayer Uruguay tiene su Academia Nacional del Derecho. Era, hasta entonces, el único país sudamericano que no contaba con una institución de esta índole.

“Uruguay está rindiendo una asignatura que tenía pendiente. La mayoría de los países iberoamericanos han pasado por la experiencia de nuclear en una institución lo más destacado de la academia con la finalidad de crear un centro de desarrollo, promoción y perfeccionamiento del Derecho”, afirma Ricardo Olivera García, abogado grado 5 en Derecho Comercial, y uno de los cinco profesionales del área que estuvieron en el motor inicial de la academia.

Olivera aporta además la experiencia como académico correspondiente en Uruguay de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires y la de Córdoba.

Si bien hasta ahora el cometido de una academia de Derecho era cumplido de forma aislada por profesionales independientes o por institutos especializados en materias concretas, todavía no se había producido el movimiento para crear este espacio interdisciplinario que funcionará como un centro de opinión independiente de los colegios profesionales, de instituciones de enseñanza universitaria, del gobierno.

El objetivo principal es desarrollar el Derecho y progresar en la materia jurídica que está en permanente y constante transformación a nivel mundial. Además, fomentará el espacio para el análisis y la reflexión. “El progreso y perfeccionamiento del Derecho es fundamental para toda colectividad”, añade Olivera.

El consejo directivo de la Academia Nacional del Derecho en Uruguay cuenta con Olivera como presidente y Juan Andrés Ramírez como vicepresidente. Los secretarios son Gonzalo Fernández y Cecilia Fresnedo de Aguirre, el tesorero Alejandro Abal Oliú, y la primera Comisión Fiscal está integrada por Ema Carozzi, Carlos E. Delpiazzo y Augusto Durán Martínez. Además tiene otros 35 académicos de número.

Al respecto de los integrantes, Olivera explicó que “es una fundación de autoconvocados y está presente lo más destacado del pensamiento jurídico de cada una de las disciplinas que integran la materia jurídica, tanto desde la abogacía como la escribanía pública”.