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Preocupan los resultados de UTU en las pruebas Aristas

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El 80% de los estudiantes de UTU, de tercer año, es incapaz de calcular un promedio. Entre los alumnos más ricos es el 75%. Foto: Fernando Ponzetto

LA EDUCACIÓN BAJO LA LUPA

En tercer año de educación media, grado en que fueron evaluados los estudiantes, los alumnos de UTU consiguen peores resultados que sus pares de liceos públicos y mucho peores que los de privados.

El pobre está destinado a que, en promedio, le vaya peor en Matemática que a un rico. No es un dato nuevo. La prueba Aristas, cuya primera parte se difundió en agosto, había demostrado que ocho de cada diez estudiantes que asisten a tercer año de enseñanza media en los barrios más pobres son incapaces de calcular un promedio (la media aritmética). En cambio, en los sectores más favorecidos, solo tres de cada diez no logra realizar ese cálculo. Pero la parte no publicada del informe muestra que además del contexto, el tipo de centro educativo hace la diferencia. Y la UTU está en la “peor ubicación”.

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), el organismo encargado de la prueba, publicó la base de datos de ésta con el objetivo de “transparentar” el proceso y poner fin al culebrón desatado por el retraso de la difusión (el compromiso de la comisión directiva era que se publicara antes de las elecciones nacionales y esa tardanza llevó a la renuncia de uno de sus directivos). Aun así, la base de datos excluye a los centros educativos rurales y presenta de manera poco “amigable” a los liceos gratuitos de gestión privada.

Resulta que Aristas es la primera prueba nacional que permite la comparación de desempeños en Matemática y Lectura según el tipo de centro educativo. Y los resultados muestran un escalonamiento que pone el dedo en la llaga ideológica: a los privados les va mejor y a la UTU bastante peor que los liceos públicos.

Para seguir con el ejemplo del “promedio matemático”, los datos procesados por El País y cotejados con evaluadores especializados en educación muestran que el 31% de los alumnos de liceos privados (sin tener en cuenta el contexto) son incapaces de calcular exitosamente un promedio.

En los liceos públicos ese porcentaje asciende al 66%. En el ciclo básico de UTU llega al 80%. Y en la Formación Profesional Básica (que es la modalidad de UTU que trabaja con estudiantes con mayor rezago): el 90% no sabe hacer un promedio (no llega al nivel 3 de Aristas).

La Formación Profesional Básica arroja siempre magros resultados: en distintos barrios, distinto sexo y distintas edades. Vale aclarar que los estudiantes de tercero de esta modalidad tienen, en promedio, casi 18 años. Mientras que en los liceos (públicos o privados) no llegan a los 15 años. Significa que el FPB es una población que acumula una trayectoria de “fracaso escolar”.

Pero donde no se pensaba que existiera tal diferencia es entre el ciclo básico “común” de UTU y los liceos públicos, mucho más luego de que la UTU haya sido uno de los desconcentrados que más creció su matrícula y más defendió el presidente del Codicen de la ANEP, Wilson Netto.

En este sentido, el Consejo de Formación Técnico Profesional (UTU) venía trabajando por limpiar su imagen de “mala calidad” en comparación a Secundaria. Pero los resultados de Aristas parecen tirar por la borda ese esfuerzo de persuasión: a mismo contexto, también la UTU obtiene peores resultados.

Entre los estudiantes “más ricos” -que es donde los liceos privados concentran el 82% de su población y es, por tanto, más fiable la comparativa- los de UTU siguen siendo los de peor desempeño: el 75% no logra calcular un promedio matemático (en los liceos públicos es el 57% y en privados el 28%).

En algunos contextos, la distancia entre liceos públicos y privados desaparece (muy similar a lo que reflejaban las pruebas PISA), pero lo de UTU es marcado en todos los quintiles.

La interpretación de estos resultados es parte de lo que explica que el Ineed aún no haya publicado el informe final de Aristas. Ha habido seis versiones y ahora los técnicos se volvieron a centrar en la tercera versión, pero “haciendo retoques” (por lo que ya no usan número de versiones, sino letras). La semana que viene la directiva del Ineed votará la aprobación de la última versión, letra F.

Una lectura que “molesta” a la ANEP
El retiro de los blancos muestra que es difícil acordar políticas de Estado. Foto: AFP

El liceo Impulso -uno de los seis centros educativos gratuitos de gestión privada y que entre sus fundadores tuvo al futuro ministro de Educación, Pablo da Silveira- recaudó por donaciones casi 4.000 dólares por alumno. Eso significa que solo este instituto recibió diez veces más donaciones que toda la ANEP.

El dato ya serviría para intentar “justificar” por qué este tipo de centros educativos tienen desempeños en Matemática y Lectura más similares al promedio de los liceos públicos que a los centros de zonas más pobres en las que están radicados.

Pero el solo hecho de que los gratuitos de gestión privada obtuviesen resultados mejores llevó a sucesivas discusiones en la directiva del Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

El nivel socioeconómico y cultural de los alumnos de estos liceos público-privado está a mitad de camino entre los niveles de quienes asisten al ciclo básico de UTU y los matriculados en la Formación Profesional Básica de UTU. Pero consiguen desempeños mejores. Dicho de otro modo: los liceos gratuitos de gestión privada tienen un desempeño similar a los liceos urbanos en general, y eso que atienden a una población más desfavorecida.

El Ineed aún no publicó los resultados de los centros rurales. Pero fuentes del Instituto confirmaron a El País que presentan desempeños “claramente más desfavorables” que los registrados en el ámbito urbano.

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