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El miércoles reabren 542 escuelas y Codicen ya piensa en el día después: ¿qué hacer?

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Consejero dice que “la repetición tiene que ser excepcional” y pone foco en aprendizajes. Foto: Fernando Ponzetto

Los consejeros saben que, tras la vuelta a las clases presenciales, pende una pregunta cantada: ¿cómo abordar un año lectivo tan atípico?

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Mientras España lloraba sus más de 19.000 muertos por el nuevo coronavirus, una voz, no sanitaria, irrumpió esta semana en medio de la pandemia: “La promoción será la regla general y la repetición la excepción”. Eran las palabras de Isabel Celaá, ministra de Educación del país ibérico, ante la escucha atenta de los legisladores. La jerarca, partidaria del “qué pasen todos”, ha abierto la polémica, y en Uruguay piensan que su postura, “aunque suene horrible, es razonable”.

El Codicen prepara a toda marcha las condiciones de las 542 escuelas rurales que, a partir del próximo miércoles, reabrirán sus puertas. Pero los consejeros saben que, tras la vuelta a las clases presenciales, pende una pregunta cantada: ¿cómo abordar un año lectivo tan atípico?

Una semana después, el miércoles 29, autoridades y actores de la educación evaluarán si están dadas las condiciones de abrir más centros educativos, anunció anoche en presidente del Codicen, Robert Silva.

Discusión.

A fines del año pasado, cuando el COVID-19 ni siquiera tenía nombre, el Codicen había resuelto la eliminación de la repetición automática. Los alumnos dejan de promover, o no, según la cantidad de faltas o de asignaturas sin una calificación suficiente. Los docentes, discusión mediante, tienen la potestad de determinar si un alumno u otro están en condiciones de avanzar al siguiente nivel.

Este “paraguas” normativo, ya le da al sistema la garantía para flexibilizar la repetición que, a juzgar por el consejero Óscar Pedrozo, “tiene que ser excepcional”. Pero, a diferencia de España que está terminando su año lectivo, en el hemisferio sur las clases recién empezaban cuando llegó la pandemia. Por eso, la discusión todavía no está laudada y “el foco está puesto en los aprendizajes de hoy”.

Aun así, es uno de los dilemas que subyacen del temario que las asociaciones de colegios privados abordarán con el Codicen el próximo martes: “Dado que hay un número muy alto de instituciones que han continuado brindando el servicio educativo, existen múltiples dudas respecto a la documentación de esas clases y de la evaluación en este período”.

Resulta que la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) y la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep), que nuclean a más de 300 colegios, solicitaron una reunión con las autoridades de la enseñanza a efectos de que haya una “validación oficial” de las clases virtuales.

La iniciativa surgió justo antes de que 16 padres hayan elevado quejas a Defensa del Consumidor por tener que abonar la cuota del colegio de sus hijos sin recibir cursos a cambio (sí tareas a distancia), informó Telenoche.

“Necesitamos que los órganos rectores de la educación validen el trabajo que estamos haciendo las instituciones, de manera de seguir avanzando en los programas y poder actuar en consecuencia”, explicó a El País Juan Carlos Noya, presidente de Aidep.

“Actuar en consecuencia” significa que la evaluación de fin de curso esté ligada a la marcha de la educación a distancia. Y ahí entra en discusión, otra vez, la repetición.

Los colegios que no habían desarrollado plataformas virtuales se apoyan en el Plan Ceibal y en aplicaciones de celular. Foto: Archivo El País
Los colegios que no habían desarrollado plataformas virtuales se apoyan en el Plan Ceibal y en aplicaciones de celular. Foto: Archivo El País

Pero también significa que, si las autoridades establecen un mínimo de horas de cursos online o tareas por semana, pueda haber una flexibilidad del calendario para que los colegios que vienen más rezagados se puedan poner a tiro.

El ministro de Educación, Pablo da Silveira, había dicho en En Perspectiva que es “muy probable” que, una vez retomada la presencialidad, las clases se extienden hasta fin de año.

El Codicen aún no estudió esta idea. Entre las posibilidades está la “nivelación” durante el verano educativo, estirar el año lectivo e, incluso, la suspensión de las vacaciones del invierno escolar.

De hecho, el origen de las vacaciones de julio estuvo ligado a la gripe invernal: era la manera de cortar los focos de contagio en el mes de más frío y, a la vez, desinfectar los centros educativos.

En este sentido, en el Codicen ven más viable una orden vinculada al calendario que el establecer un mínimo de tareas a cumplir durante la enseñanza a distancias.

Según el consejero Pedrozo, “no está dentro de la potestades del Codicen el establecer cuántas tareas tiene o puede enviar un docente o una institución”.

Ni siquiera podrían hacerlo los consejos desconcentrados. Héctor Florit, de Primaria, explicó que “la ordenanza 14, de habilitación de institutos privados, le prohibe a la Administración este tipo de injerencias”.

Lo que sí aprobó el jueves el Codicen fue “un documento que promueve cómo aprender en este contexto: ir hacia aprendizajes de largo aliento, más conceptuales, y dejar de lado las formas más contenidistas”, explicó Pedrozo.

En este sentido, el documento tiene como prioridad el “restablecer el vínculo” con aquellos estudiantes que están desescolarizados, desconectados o no siguen el ritmo. Como ejemplo, hay unos 1.000 alumnos que había acabado Primaria y, sin embargo, no reengancharon la educación media.

A estos se les suman cerca de un tercio de los escolares que, tras un relevamiento de la Inspección Técnica, estaban desconectados previo a la semana de Turismo.

La educación a distancia, reza el documento, “puede generar más desigualdad que la educación presencial”. Sin embargo, agrega, permite un trabajo más individualizado.

Alfombra sanitaria y clases con tapabocas
Escuela rural. Foto: Fernando Ponzetto

Primaria depuró la lista de escuelas rurales que están en condiciones de reabrir a partir del próximo miércoles. La lista incluye 542 locales: 153 de docentes que viven en la escuela o en la zona; 361 de maestros que viajan en locomoción propia; y 28 en que los docentes viven en la institución entre lunes y viernes.

Ayer, tras una reunión bipartita, la ANEP fijó un protocolo de actuación en esta vuelta a clases. Entre otras disposiciones, se exonera de concurrir a las clases presenciales a los docentes que sean grupos de riesgo (en esos casos hay suplentes); se pide el uso de tapabocas en el trayecto y, de ser posible, durante el horario de clase; y para los centros con mayor circulación de estudiantes se colocarán alfombras sanitarias (felpudos, trapos o alfombras mojadas con hipoclorito para desinfectar el calzado).

En coordinación con el Ministerio de Salud, se les realizará el test de COVID-19 a aquellos que deban trasladarse desde poblados o ciudades con presencia de la infección. También quedan exentos de concurrir a clase aquellos que presentan síntomas vinculados al curso de la enfermedad. Entre los estudiantes, a su vez, tiene que haber un metro y medio de distancia.

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