EDUCACIÓN

“En un solo año de enseñanza, lo que aprenden los estudiantes con buenos docentes es tres veces superior a lo que aprenden los que tienen malos docentes”. Esta conclusión, a la que llega un reciente estudio de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, es uno de los insumos del think tank uruguayo Ceres para concluir que “los docentes son pieza esencial del cambio educativo y hay que profesionalizar esa actividad”.

La reforma educativa es, según el último informe de Ceres, “impostergable”. Tanto es así que siete de cada 10 estudiantes uruguayos que ingresan al ciclo básico no están recibiendo la formación necesaria para desarrollarse a futuro. Eso sin tomar en cuenta que, al término de la educación obligatoria, solo cuatro de cada 10 acabarán titulándose.

“No es excusa la restricción presupuestal, y con los recursos actuales es posible mejorar los resultados”, sostiene el informe. Para ello muestra cómo algunas economías que destinan menos dinero por estudiante que Uruguay -es el caso de Singapur, Rusia o Serbia- obtienen mejores desempeños en las pruebas PISA.

Más que la cantidad de dinero, insiste Ceres, el punto central estaría en cómo se privilegia a aquellos docentes más destacados. “Ahí es donde se juega realmente el partido: lograr un sistema que genere incentivos necesarios para que los buenos docentes puedan florecer, en un marco presupuestal acorde en esfuerzo y modalidades de asignación de recursos, con seguimiento y evaluación de objetivos, metas e impactos, y transparente”.

Las mismas pruebas PISA habían revelado que en seis de cada 10 centros educativos uruguayos había problemas de asistencia. Y que, de acuerdo a la valoración de los directores, el 35% de los liceos o UTU cuentan con docentes que no están preparados para la tarea.