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En Durazno apuntan al necroturismo

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Escultura de perro "Gaucho" hecha con bronce donado por pobladores que lo cobijaron.

Una idea surgida a nivel local podría concretar la irrupción del departamento de Durazno en la nueva corriente denominada "necroturismo" o "turismo de cementerios", centrada en recorrer los principales monumentos funerarios de pueblos y ciudades. La necrópolis duraznense tiene verdaderas reliquias de arte que datan de los albores del 1800.

Hay majestuosos panteones de hasta tres metros de alto, la mayoría esculpidos en mármol y en granito.

En el lugar descansan los restos de hombres, mujeres y familias ilustres, por ejemplo el médico Penza Espinelli, sepultado junto a una hija a la que no pudo salvar de una enfermedad.

"A veces tenemos muchas aprehensiones hacia los cementerios, muchas veces llegamos comprometidos con algo íntimo y personal, cuando recorremos estos lugares tenemos algo que nos duele, cuando hay seres queridos y amigos cercanos. Pero también los cementerios tienen un sentido colectivo, guardan la memoria de una sociedad y entonces tenemos también que acostumbrarnos a recorrerlos para conocer y aprender más de nuestro ser colectivo", dijo a El País Óscar Padrón Favre, historiador y director de Museos de la Intendencia de Durazno.

Él puso como ejemplo el reciente homenaje al doctor Miguel Rubino. Señaló que "este logro de que, a partir de ahora quien transite por este cementerio vea que hay materializado un panteón que contiene sus restos y los de su esposa, María Elena Píriz Rodríguez, tiene que ser aprovechado por los docentes, para que tomemos como ejemplo la figura de Rubino y la de tantos otros duraznenses que, como Rubino, nos han dado un sentido de orgullo, de pertenecer a esta tierra duraznense, pero también a nuestro Uruguay".

En el Durazno de fines de 1800 y del 900 se hicieron muchas cosas, refirió Padrón.

"La gente se unía para hacer teatros, hospitales, puentes y caminos, o instituciones de enseñanza; figuras como la de Rubino surgieron porque había un verdadero sentido de compromiso, en la comunidad de entonces", sostuvo Padrón.

Don Gaucho.

En el ingreso principal a la necrópolis duraznense, sobresale la figura del perro "Gaucho", esculpida en bronce, en sus medidas naturales, realizada en homenaje a un animal que supo ganarse la simpatía y el afecto de los duraznenses y que está eternizado, gracias a una colecta popular efectuada en la década de 1980 para conseguir el bronce de la obra.

"Gaucho" recorrió 44 kilómetros desde Villa Carmen, su hogar, hasta el hospital de Durazno, hacia donde había sido trasladado su amo, que días después falleció.

Después de esto, el perro acudía todos los días para estar al lado de la tumba del hombre, hasta que comenzó a granjearse la simpatía de la gente, siendo recibido como "uno más" en cada casa duraznense.

Saúl Moisés Piña, veterano periodista e investigador duraznense, dijo compartir la idea del licenciado Padrón, e incluso coincide con un planteo verbal efectuado por él a anteriores jerarcas de la intendencia. "Se lo planteé a asesores de Vidalín en su momento, a Iturria también, pero se necesita gente especializada en el tema, como Padrón, por ejemplo, para preparar a los guías".

El cementerio duraznense "antes era un espacio abierto, un campo sacrosanto y siempre tuvo mucha riqueza arquitectónica", dijo Piña a El País.

En décadas pasadas, hubo en la ciudad otros dos cementerios, "uno a una cuadra de la plaza Artigas, hacia el río Yi, y el otro en una actual zona bastante céntrica, a un costado de la Iglesia San Pedro, donde hoy hay viviendas del BPS".

Personalidades.

En el cementerio que podría incorporarse a la lista turística se encuentran las tumbas de Silvestre Octavio Landoni, César "Potrillo" Zagnoli, el dramaturgo Orlando Aldama, las actrices Nelly Goitiño y Rosina Sosa Galó; los docentes Pedro Montero López, Polonio Cirilo Mateos, deportistas como Héctor Mercklen Budelli, José Guillermo Vera, Alfredo Arambillet, Amuedo Vargas, Manuel Demetrio Souza, y Ruben "Tony" Cabrera, entre más.

SABER MÁS

Uno de los 33.

Algunas versiones que han circulado durante décadas, indican que los restos de uno de los participantes de la gesta libertadora de 1825, que culminó con el Desembarco de los 33 Orientales, yace en el cementerio de Durazno, aspecto que aún los historiadores no han podido documentar.

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Escultura de perro "Gaucho" hecha con bronce donado por pobladores que lo cobijaron.

Historiadores destacan al arte funerario del CementerioVÍCTOR RODRÍGUEZ

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