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En los días de lluvia, disminuyen los delitos

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Sensación térmica. Con el mal tiempo, bajan las probabilidades de ser víctima de un delito. Foto: Archivo El País.
FERNANDO PENA

Estudio explica por qué hay más crímenes cuando hace calor, y analiza cómo influyen los feriados.

Un estudio realizado en Uruguay revela que las variaciones del clima y los días feriados, entre otras circunstancias, tienen incidencia en el aumento y la disminución de los delitos. En los días lluviosos, los hurtos, las rapiñas e incluso los casos de la violencia doméstica, disminuyen en un 1%. La cifra podría parecer ínfima, pero representa, en un año, 412 hurtos, 42 rapiñas y 58 denuncias de violencia doméstica menos que en los días normales, si se tiene en cuenta que Uruguay registra un promedio de 77 días de lluvia al año, según las estadísticas de Meteorología.

En cambio, cuando las temperaturas son más altas, aumenta el número de crímenes. Según el estudio, por cada grado extra, los delitos crecen en un 0,3%.

El análisis también expone lo que sucede en los feriados, algo similar a lo que ocurre en los días lluviosos. En fechas cómo el 1° de enero, 1° de mayo, 18 de julio, 25 de agosto y 25 de diciembre, los delitos disminuyen en un 14% en comparación a los demás días. El dato tiene una explicación bastante evidente ya que en esos días el movimiento comercial es escaso al igual que el número de personas que transitan las calles.

La investigación fue llevada a cabo por el economista Ignacio Munyo, director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa de la Universidad de Montevideo y se fundó, para realizar su análisis, en una base de datos que abarca el período entre los años 2002 y 2010. Luego de ese año, tanto las cifras de hurto y rapiña como las de violencia doméstica, experimentaron un fuerte crecimiento. Del 2010 al 2014, las cifras oficiales indican que el número de hurtos aumentó 5,9%, las rapiñas un 33,1% y la violencia doméstica llegó a crecer un 90%.

Clima y crimen.

El economista cita en su trabajo estudios similares realizados en países como Estados Unidos e Inglaterra, que estudian la relación entre el clima y los delitos. Uno de ellos es obra de la estadounidense Ellen G. Cohn, doctora en Criminología y Profesora Asociada en el Departamento de Justicia Criminal en la Universidad Internacional de Florida, quien realizó una investigación sobre "Clima y Crimen" donde habla de las razones que llevan a que se cometan más crímenes en los días de calor y menos en los días lluviosos. Según ella, eso se debe a que los días donde las temperaturas son más altas, las personas tienden a salir más de sus hogares lo que hace que no sólo sean más vulnerables a los robos en la calle sino que también, al aumentar el número de viviendas vacías, los delincuentes tienen mayor oportunidad para ingresar en ellas. Por el contrario, en los días lluviosos o de temperaturas bajas, las personas tienden a permanecer en sus casas.

Munyo, por otro lado, sostiene que las pocas personas que salen de sus casas esos días, son más propensas a sufrir un robo ya que las calles están vacías y hay menos testigos posibles.

Otro estudio realizado en 1992 por el británico Simon Field para la Revista Británica de Criminología —también citado por el economista uruguayo— habla del efecto de la temperatura sobre el número de crímenes cometidos en Inglaterra y Gales, y sostiene que la temperatura "es uno de los principales factores que deben tenerse en cuenta para entender las variaciones que registran los delitos en cada estación".

El calor, según Field, puede aumentar no solo los pensamientos agresivos sino también conductas violentas, lo que puede llevar a que las personas cometan más delitos que en los días donde la temperatura es menor.

Suba del dólar incide en violencia doméstica.

El análisis de Ignacio Munyo forma parte de una investigación más extensa, llamada "Crimen y entretenimiento" que fue publicada en la revista científica suiza Kyklos Internacional Review for Social Sciences, en agosto del 2014.

Además del clima, el economista ha realizado una variedad de estudios en los que relaciona los delitos con distintos aspectos de la vida cotidiana. En uno de ellos (que fue publicado en El País) investigó la cantidad de delitos que se cometían cuando jugaba la selección uruguaya de futbol, tanto en las eliminatorias como en la Copa Mundial de Futbol, y constató que en esos partidos los hurtos y las rapiñas caían un 15%.

Otro de sus estudios investigó qué sucedía con los delitos cuando aumentaban las asignaciones familiares y cuando el dólar fluctuaba. En el primer caso descubrió que los hurtos y rapiñas aumentan en un 1,5%. Por el contrario, en el caso del dólar, observó que dependía del tipo de cambio; para ello tomó como ejemplo lo sucedido entre el 2002 y 2004, cuando debido a la devaluación del peso uruguayo, que se depreció en un 58%, los casos de violencia doméstica se incrementaron 35%. En cambio, entre enero de 2004 y febrero de 2009, con la revalorización del peso, que se apreció un 29%, la violencia doméstica se redujo en 23%.

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Sensación térmica. Con el mal tiempo, bajan las probabilidades de ser víctima de un delito. Foto: Archivo El País.

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