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Denuncian a cuidacoches por mendicidad abusiva en Colón

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Grupos de jóvenes acechan la llegada de conductores de autos para pedirles propinas.

Cinco "tribus" de jóvenes en cinco cuadras de la avenida Garzón. Mendicidad abusiva a clientes de comercios y supermercados. Peleas, pequeños hurtos, vandalismo a carteles de la IMM y de los comercios. Esas situaciones hacen parte del día a día de los comerciantes de Colón.

No es la primera vez que cuidacoches son denunciados por mendicidad abusiva, una figura que instruye un juzgado de faltas que puede terminar en un juzgado penal por violencia privada. El jueves 5, vecinos de Carrasco declararon contra 30 de los 140 cuidacoches de Carrasco por pedir propinas de "prepo", robos, daños a vehículos y acampar en plazas.

En Colón, la mayoría de los integrantes de estas "tribus" urbanas son menores de edad. Algunos de ellos tienen 25 años.

Mientras aguardan que salga algún auto, se sientan despreocupadamente en unos separadores amarillos de cementos colocados por la Intendencia de Montevideo para dividir los carriles para autos y ómnibus urbanos de la Avenida Garzón.

Desde allí, los jóvenes otean ambas veredas en búsqueda de una oportunidad que les pueda generar algún dinerillo fácil. Apenas ven acercarse al dueño de un auto, se levantan como impulsados por un resorte y se colocan al frente del vehículo. Esa ubicación tiene dos intenciones soterradas: presionar al conductor a que entregue una moneda y evitar su huida.

Los comerciantes señalaron que aquellos conductores que se niegan reciben desde insultos hasta rayones de sus autos cuando regresan al centro comercial del barrio.

El viernes 20, en las cinco cuadras de la avenida Garzón, ubicadas entre Carve y Camino Besnes e Irigoyen, había pocos cuidacoches. "Hoy (por el viernes) hace frío y no vinieron. Pero si hace calor son unos cuantos. Piden plata en forma prepotente. Canturrean a los gritos y espantan clientes. Cuando hacemos las denuncias, los policías de la Seccional 21ª los llevan y a los 15 minutos están de vuelta", dijo a El País un comerciante de Colón.

El País trató de comunicarse con autoridades de dicha seccional en forma infructuosa.

Hurtos

El 30 de abril de este año, un grupo de comerciantes presentó denuncias en la Seccional 21ª ante "un problema" que afecta el normal desarrollo de las actividades laborales y sociales.

Los empresarios señalaron que frente a sus comercios se instalan un grupo de "muchachos marginados socialmente" que, durante el día, se dedican a la actividad de cuidacoches, la que es regulada por una normativa de la Intendencia de Montevideo.

"En este caso creemos que estos individuos no tienen los permisos correspondientes, además no actúan en forma individual y ordenada. Son entre tres y seis muchachos, dependiendo de la hora, que tienen una base frente al número 1978 bis de avenida Garzón. Se instalan y se desplazan entre ambas márgenes de la avenida", expresa la denuncia a la que tuvo acceso El País.

En otro tramo de la denuncia, los comerciantes señalaron: "La gente, vecinos de la zona que transitan por la vereda ven la tranquilidad alterada. En horas picos circulan jóvenes (reconocidos en el barrio) que visitan comercios como los nuestros para llevarse lo que pueden. Estos sujetos, cuando agarran algo en algún comercio, son festejados por los nombrados cuidacoches alterando aún más la tranquilidad y el normal desarrollo de la vida social de la zona".

Hasta el momento, todas las denuncias de los comerciantes fueron trasladadas por la Seccional 21ª al Juzgado de Faltas de 1er. Turno. Este ordenó a la comisaría adoptar "prevenciones, seguimiento por Policía Comunitaria por 30 días y volver a enterar. Notificar a los denunciantes que se encuentran en oposición que realicen descargos a la IMM". Una segunda resolución del mismo juzgado sobre los sujetos que piden dinero en la avenida Garzón señaló: "Seguimiento por Policía Comunitaria por 20 días, controlando si realizaron trámite correspondiente (los cuidacoches) o si continúan con esa actitud, volver a enterar"

"El Corredor Garzón corrió a la clientela"

El Corredor Garzón es otro enorme problema que enfrentan los comerciantes del barrio Colón. Se trata de un obra de la IMM que enlentenció el tránsito en la zona al instalar 11 semáforos en apenas cinco cuadras. También el tráfico vial se ve afectado por las paradas de ómnibus en el centro de la avenida. La propia ex intendenta de Montevideo, Ana Olivera reconoció que la comuna "se equivocó" con esta obra de infraestructura.

La inseguridad generada por los cuidacoches, la lentitud de desplazamiento por Colón y la rescisión económica que enfrenta el país generaron una caída de las ventas en el orden del 20%, según comerciantes.

Los granjeros de Melilla y Peñarol Viejo, antes clientes de los comercios de Colón, optaron por dirigirse hacia Villa Colón o a La Paz a realizar sus compras, ya que allí se mantiene el antiguo esquema vecinal. "Algunos comercios han cerrado sus puertas", dijo un empresario a El País.

Julio Miranda, un vecino, señaló que su esposa va cada vez menos a la zona comercial porque tiene que caminar esquivando sujetos que duermen y acampan frente a los comercios. "Si se llama a la Policía, los juzgados de Faltas los largan enseguida".

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Grupos de jóvenes acechan la llegada de conductores de autos para pedirles propinas.

Inseguridad en el Corredor GarzónEDUARDO BARRENECHE

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