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Denuncia que capilla le prohibió enseñar catequesis por ser lesbiana

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Tiene 20 años y se formó en el entorno de la obra social Don Bosco. El párroco de Salto la expulsó "como quien echa a un perro", dijo la joven.

Una joven de 20 años denunció que fue impedida de continuar impartiendo catequesis en la capilla Don Bosco de Salto, luego de que el párroco de la Iglesia se enterara de su condición de lesbiana.

La catequista o “animadora”, como ella prefiere que se la identifique, dijo a El País que fue invitada a retirarse como “un animalito, así como alguien que hecha a un perro de un lugar”.

La joven se manifiesta como formada espiritualmente y como persona desde su niñez en el entorno de la obra social Don Bosco, donde funciona también la capilla de la Iglesia Católica. El pasado 11 de marzo recibió la comunicación del párroco Raúl García, sobre la determinación de impedirle impartir clases de catequesis, tal como lo venía haciendo desde cinco años atrás.

“El jueves anterior había participado de los juegos y todo estaba normal, el cura no me comunicó nada. A los dos días cuando era ya una determinación que la sabía antes de reunirme con los jóvenes y adolescentes me dice 'tenemos que hablar', y me dice que por mi condición sexual no podía estar mas al frente de este grupo, aunque podía participar de otras actividades pero no en catequesis", indicó

"¿Raúl, me estas corriendo como a un perrito?, no soy un animal”, señaló que fue la pregunta que le realizó al religioso, quien le respondió que se la quería cuidar. “¿De que me querés cuidar o proteger si tengo veinte años y no hice nada malo'”, le respondió al cura.

Una historia violenta.

La historia de la joven está cargada de violencia familiar y con actuaciones judiciales, ya que sus padres tampoco aceptaron su opción sexual. Ella es la hija mayor de una familia compuesta por tres hermanos, con los que últimamente no mantiene contacto.

“Sufrí la discriminación y violencia en mi casa para no perjudicar a mi familia, porque temía que mi madre perdiera el trabajo si yo la denunciaba, y allá por octubre del año pasado no aguanté mas los castigos y me presenté en la Oficina (Unidad Especializada) de Violencia Doméstica, donde intervino la justicia y me amparó, aunque igualmente me tuve que ir de mi casa porque no soportaba la discriminación”, acotó.

La joven dijo a El País que se dio cuenta de su condición sexual a los cinco años. “Me lo guardé hasta los quince, cuando me dije que no podía seguir ocultándolo". Afirmó que en la capilla "algunos lo sabían pero todos me respetaban y nadie puede decir nada sobre mi comportamiento dentro”. De hecho, según cuenta, un cura que actualmente no está en el lugar tenía conocimiento de la situación.

Apoyo.

La joven se aloja actualmente con sus abuelos paternos, mientras con sus escasos contactos procuran conseguirle trabajo para que pueda solventar sus gastos y su independencia.

La abuela señaló que su nieta recibe un apoyo económico del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) mediante la tarjeta Uruguay Social, pero que es "insignificante" aunque le permitió comprarse los elementos para su estudio. “Ha recorrido unos cuantos comercios entregando currículos, yendo al Mides, pero está difícil conseguir un empleo. A mí y a mi marido no nos pesa ni nos avergüenza en nada que viva con nosotros, pero queremos ayudarla a que salga adelante" indicó la mujer, quien agregó que desde que se enteraron de su opción sexual la apoyan. "No la dejarmeos sola", concluyó.

SALTOLUIS PÉREZ

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