Alertó sobre suba de salarios y su efecto sobre la inflación.

Ya en la segunda mitad de su cadena nacional por radio y televisión de ayer, en la que hizo balance de su primer año de gestión, el presidente Tabaré Vázquez pasó varios avisos importantes: dijo que la prioridad es defender el grado inversor (Brasil lo perdió en septiembre del año pasado) para que al país no le cueste más endeudarse y que se enfatizará en el combate contra la inflación que castiga a los sectores de ingresos fijos. Además, advirtió que el gobierno será austero en materia de gasto público. Al Pit-Cnt, que pidió cambios en los lineamientos oficiales para los Consejos de Salarios, le respondió que no están dadas las condiciones para acceder a ese reclamo.

Vázquez se detuvo en destacar la importancia del "grado inversor" que Uruguay tuvo antes de la crisis del 2002 , que ese "terremoto" le hizo perder y que luego fue recuperado ya bajo administración frenteamplista. Lo consideró "el activo financiero intangible más importante que tiene Uruguay".

"De perderse el mismo, los impactos indirectos sobre el sector real de la economía serían muy negativos. La confianza en el país se vería afectada y, con ello, la inversión extranjera directa, la cual ha sido uno de los pilares del crecimiento de los últimos años. Asimismo, implicaría un aumento significativo en la carga de intereses de la deuda pública (que el año pasado representaron 3,5% del PIB) y aumentaría el costo del endeudamiento para todos los proyectos de inversión, tanto públicos como privados, lo que podría reducir el volumen general de inversiones y por tanto, impactar negativamente en el número de puestos de trabajo" explicó.

La alusión de Vázquez seguramente tiene que ver con el hecho de que el déficit de las cuentas públicas se ubicó en enero en 3,8% del Producto Bruto Interno, el nivel más alto de los últimos 13 años. Ese dato es mirado atentamente por las "calificadoras de riesgo" que lo consideran un indicador de la capacidad del país para repagar sus deudas.

Vázquez señaló que se va a "luchar frontalmente y sin tregua contra la inflación, ya que esta es una carga pesada para los sectores de la población con ingresos fijos y con menores ingresos". La señal es importante si se tiene en cuenta que la inflación está ya hace mucho tiempo fuera del rango meta del gobierno (de entre 3 y 7% al año). En los últimos doce meses terminados en enero se ubicó en 9,6% y en realidad con el alza tarifaria de enero el gobierno parecía haber mandado la señal de que le daba prioridad en esta etapa a mejorar el resultado de las cuentas públicas. UTE subió sus tarifas por encima de la inflación de 2015 y Ancap sigue sin trasladar a sus precios el fuerte abaratamiento del crudo.

Con respecto al gasto público, que se incrementó en el último presupuesto, Vázquez señaló que "es necesario, no solo reafirmar el compromiso asumido en la discusión presupuestal de evitar la persistencia de una lógica incremental, sino también, disminuir los gastos del Estado que no sean prioritarios". "¡Pero que quede claro! Mantendremos en todo su nivel la inversión comprometida en políticas sociales", se apresuró a aclarar. Vázquez mandó otro aviso con la mente puesta en la ronda salarial de este año que incluirá a más trabajadores que los que abarcó la de 2015 y que incluirá a renglones con muchos asalariados y remuneraciones bajas como las grandes superficies comerciales y el sector rural. "A los efectos de evitar un mayor impacto negativo sobre el empleo se requiere mantener los lineamientos salariales diseñados en 2015, especialmente en lo relativo a evitar los mecanismos automáticos de retroalimentación entre precios y salarios como un elemento más para disminuir las presiones inflacionarias, ya que como hemos dicho, la inflación castiga más a los sectores de ingresos fijos. Además, si nos apartamos de estos lineamientos, seguiríamos perdiendo puestos de trabajo, lo que creemos nosotros, sería una de las consecuencias no deseadas", explicó.

El Pit-Cnt critica los lineamientos y la semana pasada planteó que los "correctivos por inflación" se puedan aplicar a los 12 meses de vigencia de un convenio y no solamente a los 18 o 24 meses.

El presidente admitió en el inicio de su discurso que "el año 2015 ha sido difícil y se han planteado grandes desafíos, tanto internos como externos, en diversas áreas", aludiendo así a que el "viento de cola" y los altos precios de los commodities que favorecieron en años anteriores al país y a la región, quedaron atrás. Tras destacar que, aún así, Uruguay sale bien parado en la comparación regional enfatizó que "hemos logrado que el desempleo continúe manteniendo cifras históricamente bajas para nuestro país (7,5 %) y que los trabajadores que desafortunadamente perdieron su fuente de trabajo, estén siendo apoyados y acompañados por el Estado".

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El presidente Tabaré Vázquez omitió referirse específicamente al que quizás ha sido el mayor dolor de cabeza de su segundo gobierno: la situación de Ancap que lo obligó a disponer su millonaria capitalización y a remover a sus directores oficialistas. Solamente hizo una referencia genérica a que se trabajará con los directorios de las empresas públicas para que cumplan sus metas. También evitó aludir a su decisión de retirar a Uruguay de la negociación del Trade in Services Agreement (Tisa), luego de constatar la fuerte oposición al acuerdo que existía dentro del Frente Amplio, algo que le valió duras críticas de la oposición.

Si bien enfatizó mucho en la necesidad de preservar el "grado inversor" para que no se encarezca el costo del crédito al que accede Uruguay, Vázquez no aludió directamente al déficit fiscal que en los 12 meses terminados en enero, llegó al 3,8% del Producto Interno Bruto, el máximo nivel en 13 años. Tampoco hizo referencia directa a la evolución desfavorable de la cifras de empleo. Si bien admitió la merma en las exportaciones de 11,6% en 2015, destacó que Uruguay es el país de la región en el que la caída de las ventas al exterior ha sido menor.

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