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Cooperativas ven obstáculos para la absorción de Raincoop

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Parada de ómnibus ubicada en Avenida Garzón. Foto: Ariel Colmegna.
Parada de ómnibus en Avenida Garzón, gente subientdo a ómnibus de Raincoop , 2 destino Portones, foto Ariel Colmegna, Archivo El País, nd 20121024, corredor Garzón
Archivo El País

Caída de venta de boletos, deterioro de la flota y recesión exigen cálculos.

A últimas horas de la tarde de ayer fueron convocados a la Intendencia de Montevideo representantes de las directivas de las empresas de ómnibus Coetc, UCOT y Comesa.

Comenzaron así las conversaciones para determinar la posible absorción de Raincoop, después de que los socios de esta cooperativa en default votaran el pasado domingo ingresar en una transición previa a su cierre definitivo.

En la primera instancia de diálogo participaron por la comuna la directora de Movilidad Urbana, Beatriz Tabacco, el director de Transporte, Máximo Oleaurre, y el director de Tránsito, Pablo Ferrer.

Los cuatro meses transcurridos desde que, en diciembre de 2015, una asamblea de Raincoop rechazó la propuesta de absorción han ocasionado varios problemas para la negociación.

Fuentes de una empresa dispuesta en principio a dialogar a fin de recibir a los socios y trabajadores en quiebra, dijeron ayer a El País que no desean reproducir las pérdidas o multiplicarlas por dos o por tres. Habrá que profundizar el análisis.

Ya comenzó a pensarse que los trabajadores que no sea factible absorber de inmediato integrarían bolsas de trabajo, como quedó resuelto durante la última crisis bancaria.

"Todo lleva tiempo; no es posible agarrar una crisis y dividirla en tres", dijo a El País un representante de una de las cooperativas que estuvo en la reunión de ayer.

Desde otra empresa hubo una declaración más cautelosa aún. Declararon a El País que hay varios asuntos a rediscutir y resolver, desde que la propuesta de la Asociación Sindical de Cooperativistas y Obreros del Transporte (Ascot) aprobada en la asamblea de Raincoop, nunca fue debatida con UCOT, Coetc o Comesa.

En las internas de estas empresas habría aumentado la resistencia de algunos socios a la absorción después de que su ofrecimiento original terminó considerándose "oportunista".

Inversión.

"Las cooperativas debemos ser muy cuidadosas en los pasos que se den porque el sistema, la venta de boletos, está en permanente caída, y el propio país viene ingresando en una etapa de recesión. Al liquidarse Raincoop podría quedarse sin ningún bien. Habrá que ver si ante todo el plan aparece otro respaldo, eso mejoraría las condiciones. De lo contrario hay que pensarlo muy bien. Con el deterioro de las unidades habrá que hacer un inversión", expresó otra de las fuentes.

La flota de Raincoop evidenciaba ya en octubre del año pasado un importante deterioro, agravado a estas alturas. Ese tema crucial se debe sumar al hecho de que hay ómnibus (en leasing) cuya propiedad pertenece a bancos como el BROU y el ITAÚ.

Para solucionar ese problema deberá hablarse con las instituciones financieras y después invertir en horas de taller y compra de repuestos.

Como persona jurídica, antes que nada Raincoop deberá resolver su liquidación en otra asamblea. Entonces los permisos volverán a su dueña: la Intendencia de Montevideo, que podrá readjudicarlos a otras empresas de transporte de pasajeros, con las condiciones que estime necesarias.

No habrá fusión y continuidad jurídica sino que se trata de un caso muy similar al de la desaparecida Cotsur a principios de la década de 1990.

Según los consultados, el proceso de decadencia de Raincoop, muy extendido en el tiempo, no permite hoy hacer cálculos acerca de la venta de boletos de sus 13 líneas.

Por lo menos, los resultados del balance serían muy relativos, sea en las líneas rentables como en las sociales que exige el servicio regulado por la Intendencia.

De todos modos, es público que las líneas 221 (a Solymar y El Pinar) y la 222 (a Parque del Plata) están entre las más ambicionadas. No se descarta que Coetc, UCOT y Come armen un pool para cumplir esos servicios.

Las deudas de una empresa sin crédito.

En este mes Raicoop había conseguido pagar las partidas de dinero para cancelar deudas atrasadas con el BPS. Pagó en marzo $ 12.000.000 y en abril $ 17.000.000. El Banco República le adelantó últimamente por concepto de subsidios unos $ 6.500.000. De ellos $ 5.200.000 sirvieron para no tener que hacer más convenios de refinanciación con el BPS, y el resto para cumplir con el aporte del IRPF a la DGI.

Pero el endeudamiento continúa. Le debe al Banco República US$ 3.900.000 por renovación de flota, US$ 1.200.000 al Banco ITAÚ por el mismo concepto, y prácticamente US$ 3.000.000 entre fideicomiso urbano y suburbano que se dijo fue destinado a renovación del equipo tecnológico y la flota. De 151 ómnibus que tiene Raincoop solo un 30% estaría en condiciones óptimas y alrededor de 60 están parados, mientras el resto de las unidades exigen un mantenimiento continuo debido a diversos desperfectos.

El desahogo económico que solicitaban los socios de Raincoop no llegó a tiempo. El Banco República negó el sobregiro de $ 13.000.000 solicitado. Al no tener esta cantidad desde diciembre de 2015, la empresa cooperativa se quedó sin cobertura. Eso generó un pasivo de aproximadamente $ 20.000.000 que debió refinanciarse. Una consecuencia fue el atraso en los pagos de sueldos a los socios.

Tampoco pudo conseguirse un fideicomiso de 1.500.000 dólares con proveedores y otros inversores, según lo prometido por la gerenciadora Lourdes Carbajal, quien en la asamblea del pasado domingo fue cesada en ese rol por la mayoría de los socios.

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Parada de ómnibus ubicada en Avenida Garzón. Foto: Ariel Colmegna.

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