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Las cooperativas no quieren ser sociedades anónimas

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Cooperativas de transporte. Foto: Ariel Colmegna

Trabajadores de compañías de ómnibus intentan preservar su identidad.

Las cooperativas de transporte de pasajeros no quieren abandonar su identidad, pasar por ejemplo a ser sociedades anónimas. Pero en la interna de algunas de ellas no falta la confesión acerca de las dificultades que se presentan para combatir la pérdida del espíritu cooperativista.

A la par reniegan del tratamiento tributario que reciben y que conduce a sus trabajadores a recibir salarios inferiores a los del resto del sistema. A medida que se desploma la venta de boletos y es cada vez más difícil pagar las cuotas para el recambio de ómnibus debido al aumento del dólar, si esto no se concretara los costos operativos de las empresas (por gastos en repuestos o unidades fuera de servicio) pueden dispararse y ponerlas en riesgo.

La cantidad de boletos vendidos varía según los meses. En enero se venden unos 18 millones en el total del sistema. El 65% corresponde a Cutcsa. Es el mes más débil del año. En marzo la cifra asciende a 21 millones. El promedio de boletos mensuales en 2015 era de 25 millones. Ese ingreso es uno de los factores que incide en el cálculo del valor, que tiene dos precios: el de la paramétrica, el cual representa el costo real, y el pagado por el usuario.

Antes del último aumento de $ 2 del boleto común, cuando costaba al público $ 26, el valor del boleto según la paramétrica era de $ 27,70, sin sumar los aumentos de salarios y otros factores como la suba del dólar que afecta a repuestos y lubricantes. Hasta ahora la Intendencia no ha dado a conocer el costo del boleto según la paramétrica desde que cuesta $ 28, pero rondaría los $ 30.

"La gente se confunde con los subsidios. Hay una cantidad que no son al boleto común sino a determinado tipo de usuarios, como los estudiantes. El usuario pasa su tarjeta y paga cero peso, pero nosotros cobramos el valor de ese boleto. Si paga un 30% o un 50% menos según las categorías de estudiantes, la diferencia la pone la Intendencia o el Ministerio de Economía. El subsidio que sí afecta la paramétrica es el fideicomiso del combustible; las empresas tienen un precio del combustible congelado", dijo a El País Fernando Fernández, presidente de Tupci . Esa diferencia la costean, en definitiva, los particulares que viajan en sus vehículos.

El fin del guarda.

Un 72% del precio del boleto común se destina a pagar salarios, algo que cuestiona cada vez más el mantenimiento de la figura del guarda. Si desapareciera, en la parámetrica de cálculo, la incidencia de los salarios podría disminuir un 20% al final del proceso de cambio, aunque todavía resulta difícil de establecer a ciencia cierta.

"El sistema ya ha avanzado; un 50% de los ómnibus tienen conductor-cobrador o micrero, pero evidentemente que si un coche debe pagar dos salarios de conductor-cobrador en vez de cuatro, por dos guardas y dos conductores, hay un menor costo operativo. Es una realidad, puede llegar a pensarse en esa reestructura. Pero hay que hacerlo lentamente, porque atrás de esto hay gente, no se la puede dejar sin trabajo. Un micrero cobra un 30% más que el chofer común, que a la vez cobra más que el guarda. O sea que se ahorraría un poco más de la mitad de un sueldo de guarda por cada micrero", explicó Fernández, quien también es el tesorero de Coetc.

Para concretar la transición, las cooperativas buscan que quienes actualmente ingresan a trabajar como guardas puedan cumplir todas la funciones: manejar y vender boletos.

Pérdida de ventas.

Fernández dijo a El País que la aparición de la tarjeta del Sistema de Transporte Metropolitano, con su oferta de boletos de una y dos horas ha provocado que Cutcsa sea la gran beneficiada. Debido a su flota mayor y más homogénea, con mucha presencia en todas las avenidas, es la compañía que vende más boletos comunes, pero también capta gran parte de las combinaciones. "A influjo de este tipo de boletos nuevos, o de líneas nuevas como la CA 1, Cutcsa ha crecido en estos años en detrimento de las cooperativas".

Tanto UCOT y Coetc, (que cumplieron 53 años de fundadas), debido a los boletos de una y dos horas bajaron un punto la venta respecto al total de boletos vendidos en Montevideo. Se estima una reducción de un 9% a un 8% en cada caso. Pero más sufrió Raincoop, en donde la caída fue desde casi un 7% a poco más de un 5%.

"En este caso la gran mayoría de esos boletos perdidos han ido a Cutcsa porque Raincoop tiene muchas líneas con recorridos calcados a los de Cutcsa. Y si Raincoop no presta el recorrido en forma habitual y permanente, aumenta la chance de que pierda más en el mercado", advirtió Fernández.

Tributos y sueldos.

En cuanto a la actual crisis de Raincoop y la situación de las otras cooperativas, el presidente de Tupci indicó que "todas las últimas políticas en materia de transporte le han sentado muy bien a Cutcsa, más allá de la habilidad con que se ha administrado esa empresa, que es algo indiscutible, como el poder económico y el poder de lobby que ha tenido para desarrollarse. Pero también hay que ver la gran diferencia en materia tributaria desde que Cutcsa encamina su reestructura y logra beneficios que los cooperatistas no tienen".

En pocas palabras, si un cooperativista se fuera a trabajar a Cutcsa ganaría unos $ 16.000 más que ahora, monto a sumar a un sueldo de $ 50.000.

"Nosotros pagamos nuestros tributos por lo realmente trabajado, sea el Fonasa, los aportes personales a la seguridad social y sobre todo el Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas", indicó.

Están dispuestas a absorber a Raincoop

Las empresas de Tupci manifestaron su disponibilidad para absorber a los trabajadores de Raincoop, por lo menos a 500 de casi 600. Es la empresa con menos socios. Coetc, por ejemplo, tiene 1.025, de los cuales 930 son cooperativistas.

"La idea era que el resto de las personas de Raincoop no quedaran sin trabajo; algunos tenían una parte a la venta y había que ver cómo se les reembolsaba esa parte, y otros tenían causal jubilatoria, o querían renunciar. Cuando se desarrolló el plan estaba contemplada casi la totalidad de los trabajadores. Eso pasó a fines de 2015.Hoy por hoy Raincoop está trabajando para salir por sus propios medios. Si la Intendencia nos convoca, nuevamente ahí estaremos. Pero hay que respetar la decisión de la asamblea de los cooperativistas de Raincoop, que le buscan la vuelta, a su propio costo, dejando de cobrar jornales, viáticos y licencias".

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Cooperativas de transporte. Foto: Ariel Colmegna

TRANSPORTE DE PASAJEROSCarlos Cipriani López

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