JUSTICIA

Así lo señaló en su informe la semióloga de la Policía que analizó la declaración de Williams Pintos.

Su relato es frío, inexpresivo, su gestualidad concuerda con su declaración verbal y tampoco busca en su memoria recuerdos de los detalles del crimen.

Esta fue una de las conclusiones del informe de la semióloga de la Unidad de Hechos Complejos de la Policía sobre la declaración del asesino de la niña Brissa González, Williams Pintos, realizada el 25 de enero pasado.

La profesional agrega: En muchas preguntas, Williams Pintos no conectó consigo mismo y tampoco buscó en su memoria los recuerdos del crimen, evitando dar detalles.

Surge del informe que su confesión es veraz en general, pero miente en aquellos tramos donde dice que no recuerda ciertos detalles que le fueron preguntados relativos al asesinato de Brissa.

En la audiencia de declaración, Pintos confesó haber matado a la pequeña en el balneario Las Vegas (Canelones). Pero dijo que no recordaba más que el inicio del episodio cuando tomó contacto con la niña en la calle y el final del mismo en el balneario Las Vegas. No así todo lo que sucedió en el medio.

"Yo la maté, merezco la pena de muerte, soy una animal", dijo el taxista en la sede judicial.

La declaración de Williams Pintos se realizó a pedido de sus abogados defensores, Estefanía Broggi y Diego Moreira en aplicación de los artículos 64 literal e y 213 del nuevo Código de Proceso Penal (CPP) que se refieren a los derechos de los imputados y a los supuestos de la prueba anticipada.

También se pidió la participación de la semióloga para que realizase un análisis gestual para determinar la existencia de contradicciones entre el lenguaje gestual y el lenguaje verbal del acusado.

Ante el juez Ricardo Míguez y el fiscal especial de Homicidio, Juan Gómez, la semióloga filmó y fotografió toda la audiencia para poder realizar su informe.

A la audiencia también concurrió Ana Paula Gerez, madre de la víctima, asistida por los abogados penalistas. Juan Raúl Williman y Soledad Suárez, del Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República.

El Consultorio funciona en convenio con la Asociación de Familiares y Víctimas de la Delincuencia (Asfavide) y el Ministerio del Interior para la atención de las víctimas del delito que carecen de recursos económicos.

El miércoles 7, Gómez dijo a El País que en este momento elabora la acusación fiscal contra Williams Pintos por un delito de homicidio muy especialmente agravado. Posteriormente, Moreira y Broggi responderán esa acusación en calidad de defensores del taxista. Finalmente, se fijará una audiencia para el inicio del juicio oral y público. Ahí se designará un juez que no tuvo ningún contacto con el caso.

Gómez estimó que entre abril o mayo se realizará el juicio contra Pintos. Mientras tanto, el acusado permanecerá en calidad de detenido.

Williman, docente universitario de Derecho Penal y Derecho Procesal, consultado por El País sobre la relevancia que le daba a confesión del taxista, respondió que ésta era importante, pero que tenía un valor relativo. Agregó que "la confesión siempre tiene que completarse con otros medios probatorios que permitan concluir plenamente la atribución de responsabilidad. En este caso existen un sin número de pruebas que permiten asegurar la responsabilidad del imputado en el hecho investigado, más allá de la propia confesión".

La confesión del taxista Williams Pintos Pinto (35) no es la única prueba con que cuenta el fiscal especial de Homicidios, Juan Gómez para elaborar su acusación lo que se hará en un par de meses.

Gómez cuenta con filmaciones realizadas por cámaras del Estado y de particulares que prueban que Brissa González viajaba en el asiento del acompañante del acusado, un Renault Laguna, color bordeaux. Además, el fiscal y la Policía recogieron múltiples testimonios de personas que vieron a Pintos Pinto merodeando cerca de la casa de la niña el día a la hora de su ida a la escuela. Otros testigos también señalaron que vieron al auto Renault Laguna salir de la Ruta Interbalnearia e ingresar en la calle secundaria donde se encuentra el predio donde se halló el cadáver de la menor.

Pero las pruebas más contundentes fueron las encontradas en la escena del crimen. En un palo encontrado cerca del cuerpo de la niña, la Policía encontró muestras de ADN de Brissa y también del matador.

Dentro del auto del acusado, la Policía halló manchas pardo rojizas y cabellos que supuestamente eran de la víctima. Fueron analizados por Policía Científica.