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El chalet de Gardel sigue deteriorándose en Malvín

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Reparar la propiedad de Malvín tendría un costo cercano a US$200.000. Foto: M. Bonjour.
Casa, chalet, de Carlos Gardel en Malvin, ND 20160413 foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Fue declarado “de interés municipal”, pero no hay fondos para recuperarlo.

En julio del año pasado la Intendencia de Montevideo remitió a la Junta Departamental un proyecto de decreto para declarar "bien de interés municipal" a la "Villa Yeruá", el pequeño chalet de Malvín en el que veraneaba Carlos Gardel, que se encuentra en estado de total abandono. También desde 2015, el histórico inmueble de Rimac y la rambla no tiene sereno: la comuna optó por ponerle una alarma porque su cuidado, a cargo de una cooperativa y sin que hubiera nada que robar en su interior, costaba bastante más de un millón de pesos al año.

La resolución de julio del año pasado firmada por la intendenta Ana Olivera, intentaba "revertir la actual situación de deterioro del bien", tomando en cuenta su "ubicación privilegiada" y sus valores "tangibles e intangibles". Pasados varios meses, no hay proyectos concretos para recuperar un chalet que no puede ser demolido por tener protección patrimonial.

"Yo le pedí informalmente a una arquitecta de la Intendencia un presupuesto. Se calcula que levantar la casa vale unos US$ 200.000", explicó a El País el concejal del Municipio "E" Diego Murara.

"La idea es que lo tome alguna organización, pero quien tiene la potestad para decidir es la Intendencia, que es quien cobra la Contribución y todos los tributos. Algún proyecto ha llegado al Municipio, pero todavía no hay nada definido", indicó el concejal municipal.

Según Murara, por la historia y características del chalet al que Gardel llevaba sus caballos a recuperarse tras las competiciones, "hay interés de gente del tango, del turf, de la Intendencia de acá, de la Intendencia de Tacuarembó y de nuestro municipio. Pero la llave para que haya una oferta que cierre la tiene la Intendencia, exonerándola de tributos".

Años de abandono.

El inmueble fue expropiado por la Intendencia en el año 1960 y desde entonces permaneció ocupado por un hombre de apellido Aguirre, quien falleció en 2010. Luego, fue habitado por su hijo, hasta que el 21 de noviembre de 2012 se hizo el lanzamiento. En julio de ese mismo año, el senador Gustavo Penadés tomó la palabra en Cámara para alertar sobre el estado del inmueble. "Gardel con sus músicos, así como Leguisamo y tantísimas figuras del quehacer deportivo, artístico y social de Uruguay y Argentina, pasaron por esta casa que lucha por mantenerse en pie, a metros de la playa Malvín", resaltó el legislador nacionalista.

En agosto de 2014, la Intendencia adjudicó de forma directa el cuidado del espacio a la cooperativa social "Redes". El contrato era por $ 1.087.152 y por el término de 8 meses ($ 135.00 por mes). "La cooperativa al final se sacó porque costaba demasiado", explicó Murara.

"Se están buscando posibles organizaciones para que se instalen, pero obviamente que hay que buscar una oferta que sea tentadora para las dos partes. Es Patrimonio Histórico, por lo que no se puede tirar la fachada. Es como una cáscara en realidad, porque en el interior no hay demasiadas divisiones, por lo que se pueden hacer oficinas, algún centro de atención social, aulas para dar talleres", indicó.

"Malvín es un barrio muy organizado desde el punto de vista de los vecinos, y hay verdadero interés de que salga adelante. Pero la llave para que se pueda instalar algo la tiene la Intendencia. Es una ecuación económica: si va una persona con US$ 200.000, hay que darle una exoneración o algún beneficio", entendió el concejal.

Tangueros y burreros.

A comienzos de la década de 1930, la rambla de Montevideo presentaba una fisonomía muy diferente a la actual. Malvín era, al igual que Carrasco, un "balneario" con grandes dunas.

Según la tradición, el motivo que llevó a Carlos Gardel a comprar terrenos cerca de la playa La Mulata y construir allí una casa, en la calle Pablo Podestá, se debió a que a fines de la década de 1920 el "Zorzal Criollo" frecuentaba la Villa Yeruá, propiedad del argentino Francisco Maschio, conocido como "El Brujo de Olleros" (por la calle porteña de Palermo en la que vivía), entrenador de caballos purasangre y compañero de andanzas del cantor.

Uno de los caballos de Gardel que entrenó Maschio fue el famoso "Lunático", al que llevaba a reponerse de las carreras de Maroñas a las dunas y aguas de Malvín.

Fue precisamente a través de Maschio (quien también tenía un stud en Olleros con el nombre "Yeruá") que el tacuaremboense conoció a Irineo Leguisamo, un pequeñísimo jockey apodado "El Pulpo", quien hasta el fin de sus días estaría a su lado como uno de sus mejores amigos.

La Villa Yeruá no lleva sin embargo su nombre por el stud porteño (en el que Gardel cantó por última vez según testimonia una placa que allí fue ubicada), sino por el lugar de nacimiento de Francisco Maschio, en la provincia de Entre Ríos.

Como dato anecdótico, al final de la grabación del tango "Leguisamo solo", Gardel dice sotto voce y con su tono de arrabal: "Bueno, viejo Francisco, decile al Pulpo que a Lunático lo voy a retirar a cuarteles de invierno. Ya se ha ganado sus garbancitos. Y la barra, completamente agradecida. Sentí la barra: ¡Muy bien! ¡Salute!".

Pese a su amor por la Villa Yeruá, solo se conoce una foto de Gardel en ella (de 1933), que es la que acompaña este artículo. En la imagen se ve a Francisco Maschio, a Leguisamo y al "Mago" con su sonrisa perfecta y tradicional peinado a la gomina. Fue tomada en el chalet cuando se celebraba el cumpleaños del dueño de casa.

En el libro "Malvín", de Esteban Perroni, se señala que la casa fue ocupada en 1950 por Hilario Aguirre, conocido en el barrio como "El viejo Lalo", quien siguió haciendo en ella encuentros entre artistas e intelectuales. Fueron testigos de sus rincones, entre otros, los músicos Eustaquio Sosa, Cacho Labandera, Numa Moraes y Alfredo Zitarrosa, quien se radicó en el barrio desde la vuelta del exilio hasta su fallecimiento.

Abandonada.

Desde 2015 la Villa Yeruá de Malvín, en la que veraneaba Carlos Gardel, es "de interés municipal". La propiedad no puede ser demolida por ser patrimonial y se encuentra en un estado de total abandono, pero no aparecen los fondos para recuperarla. El Municipio E ha recibido consultas y algunas propuestas, pero nada en concreto. En la foto inferior, de 1933, el entrenador de caballos purasangre Francisco Maschio (dueño de la casa), el jockey Irineo Leguisamo y Carlos Gardel.

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Reparar la propiedad de Malvín tendría un costo cercano a US$200.000. Foto: M. Bonjour.

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