El presidente de la República será el encargado de terminar de definir el rumbo de Ancap. Tomó la decisión de capitalizar a la empresa, algo que molestó a la oposición porque no removió a los actuales directores del ente pese a que había sostenido que si tuviera que hacerlo no le temblaría la mano. Priorizó el cuidado de la agrupación de su vicepresidente Raúl Sendic, a quien responde el presidente del ente José Coya. El presidente Vázquez piensa que con vistas al futuro no sería bueno un desgaste de la relación con el número dos del gobierno que encabeza. 

Ha tenido un ir y venir constante en sus declaraciones sobre las causas de la crisis financiera de Ancap. El episodio más fuerte fue su enfrentamiento con Danilo Astori, por cartas públicas en donde se acusan de saber lo que estaba pasando en Ancap desde 2012. Ayer 30 de diciembre, en una entrevista con Brecha, Mujica reconoció que el exvicepresidente Astori y el exministro Fernando Lorenzo le advirtieron que las finanzas de Ancap “estaban fuera de control”. Dijo que los escuchó pero tomó decisiones en base a las opiniones del entonces ministro de Industria, Roberto Kreimerman y la OPP.

 Fue ministro de Economía entre 2005 y 2008 y posteriormente vicepresidente entre 2010 y 2015, cuando volvió a la cartera. Ha tenido un fuerte cruce público con Mujica por las causas del endeudamiento de Ancap. Ante la comisión investigadora del Senado sostuvo que Ancap “incurrió en costos absolutamente excesivos”. Según él, los problemas de Ancap se deben a costos de reestructura muy superiores a los previstos, elevados costos de distribución que trasladaban negociaciones entre Ancap con privados, problemas de gestión de deuda que la llevaron a estar endeudada en un 80% en dólares y a un año de inversiones no rentables.

Sostiene que Ancap llegó a esta situación porque el Ministerio de Economía no le reconoció costos por US$ 800 millones. “Por más sólida que sea no hay empresa -no solo en Uruguay sino en América- que resista que parte de sus costos por US$ 800 millones no estén reconocidos en la plataforma de ingresos de la compañía”, dijo en la Comisión Investigadora. Además dijo desconocer una serie de irregularidades que ocurrían en la empresa. Previo a esto en una entrevista con El País Sendic había dicho que el déficit se explicaba por una decisión política del gobierno anterior, pero eso fue desmentido de inmediato por el Poder Ejecutivo.

 La oposición pide a gritos su caída pero el gobierno lo banca. Si bien admitió en la comisión investigadora que Ancap “está en crisis”, dijo que no piensa renunciar. Rechazó el concepto de “despilfarro” y de “década perdida” en Ancap. Pero dijo que es “autocrítico” en cuanto a “valorar adecuadamente el impacto del endeudamiento por las inversiones y en asumir que seguramente debimos haber recurrido con anterioridad a recursos genuinos del Estado”. Aún así planteó que “a partir del año 2005, Ancap tomó decisiones estratégicas, y defendió a capa y espada las inversiones hechas por el ente a partir de esos años.

Sostuvo que en reiteradas veces se advirtió a Ancap del mal manejo de las finanzas. En una entrevista con Uy Press aclaró: el MEF “puede controlar y alertar sobre el monto de las inversiones, no sobre su calidad, sobre el plan de negocios en las que están basadas, esta no es tarea ni son potestades del MEF”. Y agregó que  “había dos criterios muy distintos en el tema del gasto y las inversiones” entre el MEF y la OPP. En el Parlamento planteó que las inversiones no justificaban pérdidas, que Ancap negó datos de subsidiarias, que el diseño y plazo de la deuda lo diseñó Ancap, y que la masa salarial de Ancap es la más alta del Estado.

Al concurrir a la comisión investigadora del Senado el expresidente del ente defendió su gestión en la empresa petrolera y dijo que bajo su presidencia se elaboró un plan de inversiones que en períodos posteriores implicaron más dinero al previsto originalmente. Pero por más que los senadores se lo preguntaron, Martínez no quiso hacer valoraciones sobre las razones que terminaron por aumentar desmedidamente en costo de esas inversiones, que en algunos casos se multiplicó por cuatro. Evidentemente quiso deslindar su responsabilidad por algunos componentes del déficit de Ancap.

Ha sido uno de los defensores de la gestión de Raúl Sendic en  Ancap. A través de los medios de comunicación instituyó el término “Neoherrerismo” para definir una supuesta maquinación urdida por sectores del Partido Nacional aliados con grupos del Frente Amplio (el astorismo particularmente), para afectar la imagen pública de Ancap con el fin de privatizarla. Esto fue fuertemente negado tanto por los nacionalistas como por allegados a Astori. De León ha insistido en defender a Sendic. “Ha llevado  adelante una muy buena gestión y posicionó a Ancap al convertirla en una empresa moderna”. 

Ha sido permanente crítico de la gestión de Ancap, al punto que desde su sector se promovió la formación de una comisión investigadora en el Senado. Al principio el Frente Amplio no quería votarla pero luego, a instancias del presidente Tabaré Vázquez se accedió. Delgado presentó en la comisión doce carpetas con denuncias sobre temas variados como la publicidad, la planta desulfurizadora, las plantas de Cemento, la construcción de un remolcador y dos barcazas, el negocio con Trafigura, el combustible para Pluna, entre otras. Ya adelantó que algunos temas podrían ir a la justicia.  

 La mayoría de los gerentes de Ancap fue invitada a brindar su testimonio ante la comisión investigadora. Por sus manos pasó en los últimos años mucha información relevante para los senadores. Sin embargo, algunos concurrieron y otros se negaron a hacerlo. Eso, para los senadores, ambientó una serie de suspicacias. Incluso, la comisión le pidió a la presidencia de Ancap que hiciera ver a esos gerentes la necesidad de escuchar su testimonio pero sin éxito. Uno de ellos es Javier Cousillas quien acusó a sectores y dirigentes del Frente Amplio de aliarse con sectores de la derecha para dañar a la empresa.