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Cannabis: sin farmacias en tres departamentos

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El registro de usuarios permitirá determinar si la cantidad de farmacias es suficiente. Foto: AFP
A salesman prepares an order of marijuana products at the Perennial Holistic Wellness Center which is a medicinal marijuana dispensary in Los Angeles, California on March 24, 2017. Walk into Brett Vapnik's medicinal marijuana dispensary and the pungent aroma of pot is good and strong. All day long, hundreds of people file in and out, a sign of the strength of the pot industry, despite big question marks posed by the new administration of President Donald Trump. / AFP / Mark RALSTON US-LAW-DRUGS-HEALTH-JUSTICE-MARIJUANA
MARK RALSTON/AFP

Son 16 los locales que ya están habilitados para la venta.

Las autoridades de regulación del cannabis fijaron, como primer paso, que haya al menos una farmacia por cada departamento dispuesta a vender marihuana para uso recreativo. Pero a un mes y medio de que comience la comercialización aún no hay locales interesados en Florida, Durazno y Cerro Largo.

Esta ausencia de cobertura geográfica no es la única que preocupa al Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca). En algunas zonas de Treinta y Tres, Canelones y, sobre todo, en el área metropolitana de la capital hay una carencia de farmacias interesadas, confirmó a El País una fuente política.

Desde que el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, dio una conferencia de prensa, hace un mes, la cantidad de establecimientos habilitados sigue estando en 16. Hay otras 30 farmacias que han mostrado interés, incluyendo una cadena, pero que no han completado la fase de inscripción. Tres de ellas se sumaron luego de iniciado el registro de consumidores, el pasado 2 de mayo, y hubo una, en Rocha, que desistió del proceso.

La principal causa de la lentitud en este intento de autorización se debe, según el análisis político, a que muchas farmacias no cuentan con la habilitación del Ministerio de Salud, un trámite necesario por su carácter de negocio que manipula medicación e independiente a la venta específica de cannabis.

Además de esta habilitación, el gobierno les exige a las farmacias que los dueños sean anteriores a la aprobación de la ley para prevenir el narcotráfico; la revisión de las finanzas por parte de la Secretaría Antilavado y que el local no esté a menos de dos cuadras a la redonda de un centro educativo.

Quienes vienen siguiendo este proceso de regulación manejan la hipótesis de que la baja adhesión de farmacias responda a que "muchas están esperando ver qué pasa una vez que comience la venta".

Una vez que se aseguró el interés de empresas productoras de cannabis, el gobierno buscó captar a las farmacias. Para ello comenzó a negociar con las gremiales, justo en el momento en que las cadenas y grandes superficies se agruparon en una cámara distinta a la de particulares. Al mismo tiempo, se optó, sin éxito, establecer vínculos con una tercera gremial que nuclea a negocios del interior.

Según Alejandro Antalich, vicepresidente del Centro de Farmacias del Uruguay, los planteos del gobierno no fueron formales, sino "simples sondeos telefónicos".

Como los primeros intentos no prosperaron, las autoridades pasaron a la estrategia de hablar farmacia por farmacia. De esas negociaciones surgió el debate sobre qué costos deberán asumir los comercios. A priori, solo abonarán la adaptación del software de lectura de huellas dactilares al programa que ya usaban en su negocio, aunque en los primeros meses se hará cargo el Ircca.

Incluso teniendo que pagar esa adaptación informática, "las farmacias estarían ganando, en promedio, US$ 1.000 al mes", calculó Diego Pieri de la ONG Proderechos.

Las farmacias obtienen el 30% del precio de venta del cannabis al público. Eso significa que, de vender los cuatro kilos mensuales a los que podrán acceder, ganarían poco más de US$ 1.000 y luego habrá que descontarle algún imprevisto.

"Es la ganancia promedio de otros productos", dijo Antalich y concluyó que el interés de vender, o no, cannabis "dependerá de cada dueño".

Regulación del consumo de marihuana, Venta de marihuana para fines recreativos, Venta de marihuana en farmacias, Cannabis, Ircca

Hombres universitarios son mayoría entre 2.687 registrados

Hasta ayer se habían registrado en el Correo 2.687 consumidores de marihuana recreativa. Ese promedio diario de 269 residentes en Uruguay que optaron por inscribirse en el primer sistema de regulación del cannabis que impulsa un país, ha sido evaluado por las autoridades como "dentro de lo esperado".

Según allegados al proceso, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) espera que la cifra promedio comience a descender —o alcance una meseta— y que vuelva a tomar impulso cuando se haga efectiva la venta del producto, en julio.

Si bien Presidencia aún no realizó el perfil del consumidor (formal) de marihuana, en base a las cuatro preguntas que les hacen a todos los registrados, datos primarios permiten concluir que se trata mayormente de hombres, de 40 años, de la zona costera y sur, y con estudios universitarios completos. Y que los pioneros en la inscripción fueron los militantes.

En los sectores más pobres, estiman, la adhesión no ha sido tal porque hay una mayor prevalencia de otras drogas o bien porque sigue teniendo mayor peso la informalidad.

La totalidad de adquirentes a los que ya se los ha habilitado para la compra en farmacias, dista de los 160.000 potenciales que estimó el Ircca, según datos del INE de 2015, o de los 18.700 uruguayos que consumen marihuana a diario según el Latin American Marijuana Research Initiative.

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El registro de usuarios permitirá determinar si la cantidad de farmacias es suficiente. Foto: AFP

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