Tras 506 días en Campanero, la cárcel de Minas, el ex gerente general de Pluna, Matías Campiani, obtuvo la libertad. La Suprema Corte de Justicia le fijó US$ 50.000 de fianza, que entregará hoy para quedar libre.

La Justicia había negado en seis oportunidades la libertad al empresario argentino por considerar que el crimen cometido —estafa— era lo suficientemente grave para mantenerlo en prisión. Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia consideró por unanimidad que Campiani, por su perfil y la pena cumplida, estaba en condiciones de salir.

La libertad fue decidida tras la visita anual a cárceles que cumple la Suprema Corte de Justicia y posteriormente en Acuerdo —reunión de los cinco ministros—, ya que en la visita a Campanero no hubo una definición concreta.

"Los criterios de la Corte son el cumplimiento de la media pena, si se utilizó la herramienta del trabajo y del estudio", dijo el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak. Este explicó que Campiani había cumplido un año y medio de pena más ocho meses de redención por trabajo y estudio. "Además es primario y, por el perfil, perfectamente apto para la excarcelación", explicó.

Según Chediak, el delito cometido por Campiani, al no atentar contra la vida, tiene un máximo de pena reducido —entre seis meses y cuatro años. Campiani cumplió más de la mitad de la pena máxima que se le podía imputar en un juicio.

El 8 de mayo, el fiscal Juan Gómez había rechazado el sexto pedido de libertad por "la entidad del hecho imputado".

"Es el Estado de Derecho en funcionamiento", dijo Gómez a El País sobre la decisión de la Corte de liberar a Campiani.

El fiscal prefirió no hacer más declaraciones aunque indicó que la Corte tendría sus razones para otorgar la libertad.

"Una cosa es la solicitud de excarcelación que se tramita en el juzgado, en donde en realidad se escucha al fiscal y decide el juez de la causa, y otra cosa es la excarcelación por gracia que hace la Suprema Corte de Justicia. Cambia la modalidad y cambian los criterios que se utilizan", apuntó Chediak.

Según explicó a El País el vocero de la Suprema Corte, Raúl Oxandabarat, Campiani deberá cumplir con las obligaciones inherentes al juicio que está en curso, por lo que si sale del país, deberá volver cada vez que sea citado por la Justicia.

Según dijeron a El País fuentes del caso, es probable que Campiani se instale en Miami, al igual que sus exsocios Sebastián Hirsch y Arturo Álvarez Demalde, ya liberados por la Justicia. Estos iniciaron nuevos negocios en Estados Unidos y Campiani podría tener ese mismo objetivo.

"Por su situación, por haberse ido a vivir al exterior, y su nivel económico, lo que se estableció es que, en lugar de la caución juratoria que se suele usar, se pidió una fianza de US$ 50.000", explicó el presidente de la Suprema Corte.

Campiani, Hirsch y Álvarez Demalde, responsables del consorcio Leadgate que gestionó Pluna S.A. entre 2007 y su cierre en 2012, fueron procesados por el delito de estafa agravada en diciembre de 2013.

La jueza De los Santos y el fiscal Gómez concluyeron que los empresarios llevaron a cabo una serie de "estratagemas y engaños artificiosos" para beneficiarse y perjudicar al Estado uruguayo, que era socio minoritario de la aerolínea.

La jueza determinó que los empresarios crearon un entramado de empresas a través de amigos o familiares que realizaron negocios con Pluna.

Esos negocios resultaban negativos para Pluna, que por eso iba "aumentando cada vez más su pasivo", indicó la jueza. Leadgate entregó sus acciones en Pluna S.A. en junio de 2012, dejando un pasivo de US$ 301,5 millones y un activo de US$ 290 millones.

Hirsch quedó en libertad en marzo. En abril de 2014 había sido el turno de Demalde.

Según un artículo de la pasada semana publicado por The New York Times, Campiani y sus socios no son más que chivos expiatorios del caso Pluna. "Son el chivo expiatorio ideal", manifestó al periódico Gustavo Herrero, director ejecutivo del Centro de Investigación para América Latina de Harvard.

Por este mismo caso fueron procesados sin prisión el exministro de Economía, Fernando Lorenzo, y el expresidente del Banco República, Fernando Calloia, por el otorgamiento del aval a la aerolínea Cosmo para que se presentara al remate de los aviones de Pluna. Calloia apeló y un tribunal revocó su procesamiento. Ahora su caso está en manos de la Corte. Lorenzo, en cambio, no apeló.

La Suprema Corte de Justicia otorgó 123 libertades durante la visita anual de cárceles del interior del país, cumplida entre los días 11 y 21 de este mes. Esto representa el 26% de las solicitudes que se habían presentado ante los ministros.

Unos 15 casos pasaron al Acuerdo (reunión de todos los integrantes de la Suprema Corte de Justicia) para un estudio más detenido. Además, se dispuso la prisión domiciliaria para ocho de los solicitantes.

Los ministros de la Suprema Corte visitaron durante estos diez días prisiones de todo el país divididos en duplas, a excepción del presidente de la Suprema Corte, Jorge Chediak.

La dupla constituida por los ministros Ricardo Pérez Manrique y Felipe Hounie analizó la situación de 211 reclusos, otorgando 59 libertades (27,96%) y disponiendo medidas alternativas en 38 casos. La que estaba constituida por Jorge Larrieux y Jorge Ruibal Pino analizó la situación de 262 reclusos, otorgando 64 libertades (24,42%).

Durante el primer semestre de 2014, la Corte había concedido 334 libertades anticipadas a reclusos. Tomando en cuenta que se presentaron 847 solicitudes, implica que se hizo lugar al 39,43% de los pedidos.

La libertad anticipada puede ser pedida ante la Corporación por el recluso que ya tiene sentencia condenatoria y cumplió la mitad de la pena o, en algunos casos, dos tercios.

Saldrá hoy; la Corte le fijó una fianza de US$ 50.000 y podrá viajar al exterior