Únicos dos testigos que encontraron el cuerpo de la joven se contradicen en las versiones.

La angustia y la ansiedad de la familia por conocer quién asesinó a la joven Dayana Yeyé parece no tener fin. La muchacha, de 22 años y madre de una hija de un año y medio, había salido el pasado 12 de mayo de su casa en el barrio Maracaná, a las 4:45, para dirigirse a una parada de ómnibus a la que nunca llegó.

Estuvo desaparecida 19 días, y su cuerpo sin vida fue encontrado el lunes 30 de mayo por dos hombres que rastrillaban un campo cercano a la casa.

Ese día, Alexis (26) se tomó el ómnibus de la línea 163 de la empresa Cutcsa y se bajó en Camino Cibils y Los Cedros a las 13:55. Allí lo aguardaba Mario (46), con quien se venía escribiendo durante el viaje a través de Facebook. Era la primera vez que se veían.

Una convocatoria que había hecho Mario por Facebook para buscar a Dayana motivó ese encuentro, que culminó con un final inesperado para Alexis.

"¿Y los demás dónde están?", le preguntó a Mario. Este último fue contundente: "Nos fallaron, estamos solos nosotros".

"Yo había visto en las redes sociales que estaban juntando gente para ir a buscarla, y me interesé, nos íbamos a reunir en Camino Cibils a las 14:00 horas, pero cuando llegué estábamos solo Mario y yo", aseguró Alexis. La convocatoria había tenido pocos adeptos.

"¿Entrás conmigo al campo o entro solo?", le preguntó Mario. El hombre se había intresado en la búsqueda de Dayana porque es conocido de la familia desde hace 28 años, aunque hacía 15 que no los veía, según contó la madre de Dayana a El País.

La búsqueda del lunes se realizó en un lugar conocido como el campo de Mailhos, detrás de la tabacalera Monte Paz, cerca de la casa donde vivía la joven desaparecida.

Desde la parada del ómnibus hasta la entrada al predio, hay más de dos cuadras. En el trayecto, Mario, que era el guía de la búsqueda, conversó con Alexis. "Me contaba que Dayana era una buena mujer, que era linda, y que tenía una hija chica, me decía que esto era una injusticia", relató el joven a El País, que lo acompañó anteayer a reconstruir el camino que ambos hicieron aquel lunes.

El lugar ya era conocido por Mario, porque había sido rastreado por él mismo, junto a la Policía y familiares de Dayana, en días anteriores.

"No sé por qué se empecinó en ir a buscar en ese campo, si ya se habían hecho rastrillajes por ahí y nunca encontraron el cuerpo", expresó a El País la mamá de Dayana.

Ese lunes, Mario la había llamado por teléfono. "Me preguntó si íbamos a salir a buscar con él pero le dije que ya habíamos estado ahí, que no insistiera con ese lugar", aseguró la mujer, al tiempo que atendía el llanto de Emily, la pequeña hija de Dayana.

Alexis entró al campo con Mario, por un camino lateral, y vio allí a un hombre parado que sostenía el manillar de una bicicleta. Tenía un gorro de lana sobre su cabeza y una bufanda. No llegó a ver su cara con claridad. "El hombre de la bicicleta quedó mirándose con Mario cuando lo cruzamos. A los pocos metros cuando ya andábamos campo adentro, miré para atrás y vi que el hombre nos seguía, me puse nervioso", relató Alexis.

Ya habían caminado una larga distancia cuando Alexis volvió a mirar atrás y el hombre de la bicicleta ya no estaba.

"Yo le declaré eso a la Policía, pero Mario dijo que no había visto al de la bicicleta. Eso me extrañó", indicó Alexis.

El recorrido de ambos iba bordeando un muro de dos metros de altura, que delimita con el predio de la tabacalera. En el piso había huellas de vehículos. "Estaban frescas, como que había pasado hace poco algún auto o camioneta, (…) ese día había llovido un poco", contó Alexis. Se iban acercando a una zona boscosa, con muchos árboles y pastos largos.

"Yo me separé a la izquierda de Mario, él salió adelante mío, se metió para un barranco y miró para los dos lados. Yo fui hasta ahí a ver que hacía, en ese momento sale nervioso y me dice que ahí ya buscó, que no hay nada, que busquemos una palmera porque un vidente le dijo que Dayana estaba bajo una palmera", aseguró Alexis.

Mario fue entrevistado por El País (publicada el pasado miércoles), instancia en la que dijo que recorría un campo porque había soñado con que Dayana le decía: "vení a buscarme que estoy acá, y me señalaba la palmera". En esa primera entrevista que se le hizo, Mario no mencionó a un vidente, tal como declaró Alexis a El País.

Alexis confesó que "ahí ya tenía miedo, nos estábamos metiendo los dos en otro barranco boscoso, donde había una palmera chica que estaba quemada, como la que él buscaba (…) me pareció raro que se quedara agachado ahí y me dijera que estaba buscando una caravana o un anillo de Dayana, decía que cualquier indicio chico podía ayudar a encontrarla".

Alexis siguió caminando por el barranco y llegó al mismo lugar donde minutos antes, Mario le había dicho que ya había buscado. Levantó la mirada a un árbol de ramas flexibles y encontró lo peor: Dayana estaba ahí, atada con una bufanda al cuello y del otro extremo al árbol. Tenía la cabeza gacha y el cabello sobre la cara.

Durante la recorrida que hizo El País por el lugar donde se encontró el cuerpo de la joven, los relatos de Alexis no coincidieron con los de Mario en más de una ocasión. Ninguno de ellos ha sido citado aún a declarar ante la Justicia.

La familia de Dayana Yeyé asegura que Mario "tenía muchas pistas de todo lo que venía pasando". El hombre fue el primero en encontrar una media de la joven. Luego, fue quien insistió en la búsqueda dentro del campo. Y algunas horas antes de que finalmente Dayana fuera hallada sin vida, Mario declaró a El País que soñó con que estaba bajo un árbol en un campo. El trayecto que tuvo que recorrer el homicida junto a Dayana implica, a pie, unos 15 minutos. La zona donde estaba el cuerpo (arriba, señalada por el joven que la encontró) estaba sumamente tupida de árboles, ramas y yuyos. Había huellas de un auto en el trayecto.

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El celular de Dayana Yeyé fue apagado a las 7:00 de la mañana del 12 de mayo, más de dos horas después de que desapareciera, según el informe que fue entregado a la Justicia por parte de una empresa de celulares. Unos segundos antes de que el aparato fuese desconectado, la encargada del comercio donde trabajaba Dayana la llamó al celular para saber por qué no se había presentado. No obtuvo respuesta.

Fuentes vinculadas a la investigación dijeron a El País que "si la joven estuvo secuestrada, cuando escucharon que alguien llamaba a su celular se lo apagaron".

Otro de los puntos sustantivos de la investigación sobre el celular de la joven determinó que "fue llevada en un vehículo a otro lado, porque cuando ingresa la llamada de su encargada la posición del aparato estaba muy lejos de la casa de Dayana. Eso quiere decir que no iba caminando", declararon las fuentes. La ubicación del celular no fue revelada "porque es determinante para el caso".

La autopsia del cuerpo de Dayana Yeyé descubrió información valiosa para la Justicia, que aún trata de saber quién es el responsable de la muerte de la joven.

Según información a la que accedió El País, las pericias forenses de la joven llegaron a determinar que tenía "una pequeña lesión en la mandíbula, del lado derecho del rostro". En la cabeza y el tórax, Dayana no presentaba golpes ni traumatismos.

En la parte baja del cuerpo, de la cintura hasta las extremidades inferiores, las pericias indican que el estado de descomposición ya estaba muy avanzado.

Según relataron varias personas que vieron el cuerpo sin vida de Dayana Yeyé, luego de que Alexis y Mario la encontraran, a la joven se le veían los huesos de las piernas. "Tenía solo los huesos de sus extremidades inferiores, no había más nada que los huesos, parecía como que un perro se hubiese comido las piernas", aseguró uno de los testigos a El País.

Los médicos forenses que examinaron el cuerpo de Dayana, dijeron que hay indicios de que la joven fue violada porque se encontraron hematomas en el cuello del útero. Los especialistas aguardan más información que está en análisis.

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