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Blancos se preparan para quebrar doble juego del FA

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El Partido Nacional busca su lugar en un escenario en el que el Frente Amplio hace las veces de oficialismo y oposición en forma simultánea, monopoliza el debate y marca la agenda, al tiempo que el Partido Colorado atraviesa una profunda crisis y está totalmente desdibujado.

Los dos sectores del partido, el movimiento Todos de Luis Lacalle Pou y Alianza Nacional de Jorge Larrañaga, que han sido hasta ahora poco efectivos a la hora de incidir en la gestión del gobierno, se trazan una hoja de ruta para "controlar de cerca lo que ocurra en estos años", señala un documento de Todos al que accedió El País.

El gran desafío para los blancos es construir una oposición fuerte, capaz de derribar el muro que el Frente Amplio ha sabido construir para blindar al gobierno a través de las mayorías parlamentarias, y al mismo tiempo, no caer en un ejercicio que conspire contra la gobernabilidad del país.

El Partido Nacional ha estado acostumbrado a lo largo de su historia a ejercer el rol de opositor, tal vez fue Wilson Ferreira Aldunate quien mejor jugó ese papel, pero hoy las mayorías parlamentarias del Frente Amplio suelen neutralizarlo.

Los nacionalistas son conscientes, incluso, esta semana el diputado Pablo Iturralde, que organizó una mesa para discutir si la Constitución necesita cambios, un tema que impuso y discute el Frente Amplio, terminó asumiendo que el partido necesita "salir a la ofensiva".

"A veces parece que el Frente Amplio pone la música y nosotros bailamos al son de su ritmo. Tenemos que marcar la cancha", aseguró el legislador en el encuentro.

El inicio del gobierno también marcó algunas diferencias internas dentro del partido en el Parlamento, donde Lacalle Pou tiene mayoría en el Senado y están empatados en Diputados, lo cual le jugó en contra. En Alianza no todos estuvieron de acuerdo con que Lacalle Pou, que instauró el término "por la positiva" durante la campaña, sea el primer legislador en interpelar a un ministro.

La participación de la senadora Verónica Alonso, de Alianza Nacional, en la comisión que estudia medidas contra el consumo abusivo de alcohol creada por el presidente Tabaré Vázquez, también generó roces.

Sartén por el mango.

El documento de Todos, que guiará al sector liderado por Lacalle Pou durante los próximos años,

cuestiona con duros adjetivos el escenario actual y define el país que pretenden gobernar en 2019. "No queremos un país dirigido por burocracias opacas, ni por políticos que practican el capitalismo de amigos, ni por corporaciones centradas en la defensa de sus propios intereses (...) Queremos mecanismos de control sobre los que gobiernan, más transparencia y mejores mecanismos de rendición de cuentas", dice.

El texto afirma que los años de abundancia económica que ha pasado el país "se convirtieron en una fiesta de despilfarro de los dineros públicos" y cuestionan las decisiones adoptadas por el gobierno de José Mujica en Pluna, Ancap y Antel.

Advierte también que durante los gobiernos frenteamplistas "se relajaron" todos los mecanismos de control y que el Tribunal de Cuentas ha sido tratado "como si fuera un elemento decorativo".

El sector de Lacalle Pou dice que el gobierno pasó de administrar unos 3.800 millones de dólares en 2004 (ingresos del sector público no financiero) a administrar 16.600 millones de dólares en 2014 y que, sin embargo, el déficit fiscal actual es igual al que había a la salida de la crisis de 2002.

"Es esencial recuperar la probidad administrativa y trabajar para una mejor calidad del gasto público (...) Nosotros queremos menos impuestos y una mejor administración".

En lo que refiere a las líneas de acción para los próximos años, el sector se fijó tres objetivos: aportar soluciones para los problemas que enfrente el país, fortalecer al Partido Nacional como instrumento de cambio y de defensa de valores fundamentales y alcanzar la victoria en las próximas elecciones nacionales de 2019.

"Una agenda de temas prioritarios implica centrarnos en aquellos temas que comprometen el desarrollo sustentable del Uruguay", detalla.

El documento de 13 páginas enumera los temas a los que el sector le prestará "especial atención" en la próxima etapa.

El desafío demográfico de Uruguay, que tiene un ritmo de crecimiento poblacional que continúa reduciéndose, encabeza la lista, seguido por el desarrollo sostenible y la competitividad.

"Mejorar los niveles de competitividad de nuestra economía requiere actuar en varios frentes: la política económica, el desarrollo de infraestructura, el comercio exterior, las relaciones laborales. En todos estos terrenos los gobiernos del Frente Amplio han hecho mal las cosas", asegura el documento que toma distancia del "por la positiva" de la campaña electoral.

Un manejo "displicente de la economía", afirma, enfrenta hoy al gobierno de Vázquez a "un dilema malsano entre inflación y tipo de cambio".

El texto menciona el fracaso de las asociaciones público-privadas y asegura que el malgasto público ha generado un país de carreteras colapsadas, trenes de carga inexistentes y puertos inadecuados. "Una política exterior poco profesional e ideologizada nos ha dejado presos de un Mercosur que no funciona y aislados de los grandes circuitos del comercio mundial", agrega.

Los temas que fueron "caballito de batalla" en la campaña electoral seguirán, como es de esperar, en la mira del sector. En seguridad ciudadana Lacalle Pou plantea incorporar el concepto de "protección social" entendido como un "conjunto de políticas que permite aliviar a las personas y a los hogares frente a una serie de riesgos y necesidades que afectan negativamente a su calidad de vida".

En educación, en tanto, plantea "cambiar la institucionalidad" de la enseñanza. Y para ello propone "renovar" los enfoques pedagógicos y "revolucionar" la formación docente. "Hay que hacerlo rápido, porque cada año que pasa sin cambios genera efectos negativos sobre cientos de miles de uruguayos", dice el texto.

Directivas claras.

Jorge Larrañaga, por su parte, salió esta semana de su recogimiento después de las elecciones departamentales y reunió a su bancada. En el encuentro, Larrañaga retomó la conducción del sector y marcó la cancha: definió la organización interna de sus legisladores y les indicó cómo deben pararse ante el gobierno frenteamplista.

Fuentes de Alianza Nacional contaron a El País que aseguró que el Partido Nacional debe ejercer una oposición "dura".

El sector le dio un contundente apoyo al líder. Varios legisladores insisten en que dentro del Parlamento hay que "hacerle sentir rigor político" al gobierno pese a no tener mayorías parlamentarias.

El diputado Pablo Abdala afirmó a El País que el partido "tiene responsabilidad" de liderar la oposición. "Tenemos que hacerlo responsablemente y con contundencia. Somos el partido de la oposición, la alternativa al gobierno", insistió.

Larrañaga también reunió días atrás a todos sus alcaldes y reiteró su deseo de que trabajen en cometidos asociando esfuerzos nacionales con escala regional y local. En el encuentro se resolvió que existirá una estrecha colaboración entre la bancada parlamentaria y los intendentes y alcaldes, de modo de poder dar estado parlamentario a aquellas inquietudes.

El desafío está claro en ambos sectores que no miran para el costado sino que son críticos del rol pasivo que adoptó el partido, por lo que apuestan a un cambio de estrategia.

El Partido Nacional sale a controlar al gobierno y delinea agenda propia

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