La madre del bebé de 13 días que fue encontrado en una alcantarilla, en una localidad cercana a Solís de Mataojo (Lavalleja) fue procesada ayer con prisión. La mujer, de 35 años, reside en Paso Arbelo, en una zona rural limítrofe con el departamento de Canelones.

El 20 de julio pasado dio a luz a un varón al que mantuvo oculto, hasta que su hermano denunció el caso a la Policía. En el parto, la mujer estuvo sola y no se permitió emitir ningún quejido.

El nacimiento fue en su habitación, distante unos 30 metros de los dormitorios de su madre y su hermano, a quienes ocultó el embarazo diciendo que tenía "un fibroma".

Una férrea presión familiar propició esa mentira.

Durante 12 días seguidos, la mujer —identificada como G.L.B.— se ocupó de esconder a la criatura en montes y galpones. Por las noches, lo llevaba a dormir a su lecho. El niño fue alimentado con leche de vaca porque no le fue posible amamantarlo.

La situación llegó a oídos del comisario de Solís de Mataojo, Daniel Rodríguez, mientras descansaba en su casa de Minas, a unos 40 kilómetros de la seccional.

El hermano de G.L.B. llamó al policía porque sospechaba que "algo raro" estaba pasando. Ella había engordado y todos le decían que estaba embarazada, pero ella lo negaba, diciendo que era una enfermedad.

"Pasaron los meses hasta que ella apareció flaquita de nuevo", narró el hermano.

Explicó que estando junto a su hermana en la casona familiar, sintió un llanto. La mujer dijo que debía ser un gato, pero él no le creyó.

El comisario se presentó el domingo 2 de agosto en la casa de Paso Arbelo. Preguntó si había un bebé y lo negaron. Pidió permiso, revisó las distintas habitaciones de la casa y no encontró nada sospechoso. Sin embargo, siguió buscando en el entorno de la casa. Buscó en los galpones y a unos 200 metros, cerca de un aljibe, encontró ropa de bebé con materia fecal.

"Lo confronté con la muchacha y admitió que tenía un bebé que había nacido hacía 12 días, sin asistencia médica, ni en el embarazo ni el parto, y que ella misma había cortado el ombligo como vio hacerlo a los animales. También dijo que había mantenido oculto al bebé y que lo estaba alimentando con leche de vaca porque no podía darle pecho", dijo el comisario Rodríguez.

Al final la mujer confesó dónde estaba su hijo. El comisario salió corriendo, cruzó un monte, llegó a una cañada, ubicó una alcantarilla (un pequeño puente), se introdujo en la estructura chapoteando agua y, sobre una pared, colgado en un clavo, vio un bolso. Lo abrió y en el interior estaba el niño.

"Pensé que estaba muerto, pero cuando pude ver que estaba vivo salimos a toda velocidad rumbo al sanatorio", contó a El País el comisario minuano.

La Justicia resolvió procesar ayer con prisión a la madre del bebé por "reiterados delitos de abandono".

La mujer, al parecer, actuó bajo la fuerte influencia de su madre, abuela de la criatura, que no aceptaba la idea de tener nietos sin que antes sus hijos se casaran. "Es una mujer conservadora. Decía que los hijos tienen que nacer dentro del matrimonio y que si aparecía con un hijo sin padre, la corría para la calle", dijo Rodríguez.

"Ella no quiso matarlo, tuvo muchas oportunidades para hacerlo y no lo hizo. No se sabe el miedo que pudo haber tenido la muchacha; por eso optó por ocultarlo", indicó.

El padre del niño, un hombre que aparece en la zona "cada tanto", no sabía que su pareja estaba embarazada, según declaró a la Policía.

Ahora el niño está en manos de una prima de la muchacha. Fue ella quien decidió llamar al niño "Daniel", como el comisario Rodríguez, quien visita todos los días al bebé.

El jerarca policial escribió en su muro de Facebook: "Él ya es parte de mi vida y tiene ganado su lugar en mi corazón (...) Pido perdón si por mi accionar tenga que estar un tiempo alejado de su madre".

El tío de la criatura sospechó y denunció; el padre no sabía del embarazo