El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, defendió ayer la decisión de su cartera de implementar como obligatoria a partir del próximo año la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (HPV) ante las críticas que ha recibido tanto de autoridades como organizaciones no gubernamentales.

"Ninguna de estas vacunas resuelve ni evita la infección del conjunto de virus, pero genera inmunidad para algunos de estos virus que de alguna manera tienen prevalencia en las mujeres de nuestro país", dijo Basso en conferenciade prensa tras la reunión del Consejo de Ministros.

"Se han ido analizando eventuales efectos adversos y seguramente los resultados y la efectivadad va a llevar más tiempo, pero lo que se sabe es que la vacuna con la cual se cuenta hoy en el mundo previene la circulación de algunos de los virus del papiloma humano que pueden ser la génesis del cáncer de cuello uterino", insistió Basso quien agregó: "No tenemos una vacuna para prevenirlo porque hay un conjunto de virus oncológicos, pero sí tenemos una vacuna que actúa sobre algunos de ellos para evitar la circulación y no ha tenido efectos secundarios".

El Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció la semana pasada que comprará en 2017 unas 200.000 dosis de la vacuna contra HPV para poder incluirlas dentro del carnet obligatorio.

Según las cifras de la cartera, entre abril de 2013 y febrero de 2015 se vacunaron 22.494 adolescentes y 11.943 (el 53%) completaron las tres dosis.

El director general de Salud Jorge Quian dijo a El País días atrás que en 2016 "entre el 30% y 40% de las niñas de 12 años se vacunaron", lo que es "poco".

El exsubsecretario de Salud, Leonel Briozzo, sostuvo el viernes pasado a radio El Espectador que si bien está "completamente de acuerdo" con la medida que adoptó la cartera, la obligatoriedad puede generar una "falsa seguridad".

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