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La "banda del gas" pone en riesgo algo más que cajeros

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Así quedó el cajero automático al que los delincuentes le dispararon. Foto: Francisco Flores.

UNA MODALIDAD DELICTIVA QUE NO TIENE FRONTERAS

Con una onda expansiva de 25 metros, pone en peligro todo el entorno.

En plena madrugada de ayer se sintieron siete detonaciones en Agraciada y Asencio. Dos delincuentes dispararon sobre un cajero del Banco República ubicado en un supermercado y al lado de otro perteneciente a Banred.

Antes habían saturado con gas el pequeño recinto pero algo no funcionó como estaba previsto. Los técnicos de la Policía Científica y del Servicio de Material y Armamento del Ejército (SMA) estiman que pudo haber fallado el sistema eléctrico, responsable de encender el combustible gaseoso.

Se supone que los tiros buscaban encender el gas y hacer estallar el cajero. Sin embargo, la balacera no alcanzó para provocar un incendio y los delincuentes debieron huir dejando parte de los implementos que estaban utilizando.

Testigos de la huida informaron a la Policía que la banda se mueve en un vehículo oscuro, similar al descripto en ocasión del estallido del cajero de Chucarro y Pagola el pasado 30 de octubre. En esa ocasión los delincuentes también dejaron algunos implementos.

Este es el primer fracaso de la llamada "banda del gas", que ya actuó en tres oportunidades en una semana. Además, es la primera vez de este serie que se afecta a una terminal del Banco República, ya que hasta el momento habían afectado a cajeros de la firma BanRed, según se confirmó a El País desde el departamento de comunicación del banco.

"No se llevaron nada y el cajero siguió funcionando", dijo un funcionario de la repartición estatal que prefirió no ser identificado.

El fracaso de los delincuentes puso sobre el tapete el riesgo que implica la modalidad delictiva. "Hay un peligro importante para quienes manipulan estos artefactos y para las personas que se encuentran alrededor de los cajeros automáticos", indicó a El País el vocero del Ejército, Wilfredo Paiva.

El oficial, basado en información del Servicio de Material y Armamento, advirtió que la explosión puede causar daños y lastimar personas a unos 25 metros de distancia. De hecho, en la explosión ocurrida en Chucarro y Pagola un guardia de seguridad recibió varias heridas tras la detonación.

Método.

Con respecto al caso de Agraciada y Asencio, la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior (Unicom), informó que los delincuentes colocaron una garrafa de supergás de 13 kilos dentro del lugar. Posteriormente, conectaron un extremo de una manguera en el aparato y otro en el dispensador de billetes.

Se trata de una modalidad delictiva económica que comenzó en Europa a fines de la década de 1990 y que luego se trasladó a Chile, donde afecta a miles de cajeros cada año, según señalan diversas crónicas de medios chilenos. Posteriormente, se comenzó a aplicar en Brasil, Argentina, Bolivia y otros países de la región.

El gobierno de Chile debió implementar una serie de normas de seguridad bancaria para evitar los robos mediante la modalidad del gas. Obligaron a la colocación de cámaras y a entintar los billetes para "marcar" a los ladrones. Sin embargo, el fenómeno sigue vigente.

En Uruguay los cajeros automáticos cuentan con cámaras de videovigilancia que graban lo que sucede en su interior. A pesar de ello, hasta el momento no se ha logrado capturar a los delincuentes.

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