Investigadora chilena dice que persisten “prácticas antiguas”.

La investigadora chilena del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), Lorena Espinosa, explicó que el modelo de gestión de la Justicia Civil uruguaya "no es lo suficientemente consistente" con lo que debiera ser un modelo de gestión propio de un proceso por audiencias.

Esto quiere decir que hoy en Uruguay, las metodologías de trabajo, las estructuras y las prácticas judiciales "no apuntan" a una eficiente producción de audiencias, sino que se orientan a la producción de un expediente escrito. "Siguen en la lógica escrita del trámite", dijo Espinosa.

Esta conclusión la obtuvo Espinosa al constatar que aún persisten prácticas y estructuras de trabajo propias del modelo escrito: la más evidente de ellas es la existencia de "audiencias de mero trámite". En estas audiencias, agregó, "no se aprecia oralidad, pues son solo instancias en las que las partes entregan al juez o jueza sus argumentos por escrito".

Espinosa sostuvo que, en el caso de la "audiencia" de sentencia, es tan solo el señalamiento del día en que el fallo escrito estará a disposición de las partes.

¿Cuál es el impacto de seguir con este modelo?, se preguntó la investigadora chilena. Enseguida respondió: "Por un lado, no se logra la separación de funciones administrativas y jurisdiccionales, cuestión que aumenta la eficiencia y es elemento fundamental de un modelo reformado. Por el otro, se debilita la oralidad, el principio de concentración procesal y la publicidad" de la causa.

Para Espinosa, Uruguay se encuentra en un momento clave para seguir mejorando y fortalecer su sistema de justicia civil. "Debe afrontar los desafíos que este estudio les entrega: profesionalizar la administración, dividir totalmente las funciones administrativas de las jurisdiccionales y modificar sus prácticas cotidianas", agregó.

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